El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, asistió este Viernes Santo junto a su familia en los ritos de la Pasión del Señor en la basílica de San Pedro del Vaticano, una ceremonia en la que no estuvo el papa Francisco, convaleciente de su larga internación por problemas respiratorios.
Vance, que se convirtió al catolicismo en 2019, accedió al templo vaticano acompañado por su esposa, Usha, y sus tres hijos -llevando a uno en brazos-, y se sentaron en primer fila ante el altar papal.
Antes de acudir a misa con su familia, deseó un "bendito" Viernes Santo a todos los cristianos del mundo y, en particular, a los de su país, Estados Unidos. "Él murió para que nosotros podamos vivir", escribió en la red social X.
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La convalecencia de Francisco complica una reunión con JD Vance
El vicepresidente de Donald Trump está de viaje oficial en Italia hasta el domingo, cuando viajará a India. Por la mañana mantuvo un encuentro con la primera ministra Giorgia Meloni, y luego un almuerzo junto a varios miembros de su gobierno, una visita que volvió a mostrar la sintonía ideológica de la líder de Hermanos de Italia con la Administración de EEUU.
Y que ocurrió un día después del encuentro que mantuvo con Trump en la Casa Blanca, tras el cual coincidieron en avanzar en las negociaciones para alcanzar un acuerdo en torno a los aranceles impuestos a la Unión Europea, ahora en una pausa estratégica de 90 días.
JD Vance tiene previsto además una reunión el sábado con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, ya que la salud de Francisco dificulta ese compromiso.
Las imágenes de JD Vance junto a su familia
Pero la presencia del vice de Trump en el Vaticano no pasó desapercibida. Se lo vio en primera fila, muy atento a la ceremonia por los ritos de la Pasión del señor, aunque también siguiendo el comportamiento de sus hijos pequeños.
La liturgia de Viernes Santo es uno de los ritos más solemnes del calendario litúrgico y único día en el que no se oficia misa, marcado por el silencio y el recogimiento, ya que la Iglesia, de luto, conmemora el martirio y crucifixión de Jesús de Nazaret.
Cómo fue la ceremonia con los ritos de la Pasión del Señor
Francisco delegó la ceremonia en el cardenal italiano Claudio Gugerotti, que lo inició tumbándose en el suelo para orar ante el lugar donde según la tradición fue enterrado el apóstol san Pedro.
Después, tres diáconos vestidos con paramentos rojos, color del luto, entonaron los pasajes de la Pasión del Evangelio de San Juan, el arresto, martirio, crucifixión y muerte de Jesús. Al término de la lectura, toda la asamblea se arrodilló y rezó.
Una vez cumplido ese acto, por primera vez en Semana Santa tomó la palabra el nuevo predicador de la Casa Pontificia, el capuchino Roberto Pasolini, que en noviembre pasado sustituyó al franciscano Raniero Cantalamessa tras 44 años predicando en el Vaticano.
En su larga homilía, escuchada en silencio por los cerca de 4.500 presentes en el templo vaticano, entre estos la familia Vance, Pasolini sostuvo que Jesús "nos revela que la fuerza no salva el mundo sino la debilidad del amor".
"En un tiempo como el que vivimos marcado por el mito de la prestación y seducido por el ídolo del individualismo", destacó el religioso.
La ceremonia continuó con un diácono que recordó en latín al pontífice ausente: "Oremos por nuestro papa Francisco, para que el Señor y Dios Nuestro le conceda vida y salud y lo conserve como guía y pastor del pueblo santo de Dios".
Luego, ya al finalizar la ceremonia un diácono portó la cruz a lo largo de la nave central de la basílica para su adoración, franqueado por otros dos que llevaban dos cirios encendidos.
Por último, se impartió la comunión -aunque este día no haya eucaristía- y en ese momento pudo verse al vicepresidente estadounidense de rodillas orando.
