El presidente francés, Emmanuel Macron, ha reiterado su postura firme en contra de la adopción del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Durante una reunión del Consejo de Ministros, Macron aseguró que "Francia se opondría de manera muy firme" si la Comisión Europea presiona por la firma del pacto, que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, planea firmar este sábado en Brasil.
Preocupación por impacto en la agricultura francesa
El acuerdo, que contempla la integración comercial entre la UE y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), ha desatado una creciente oposición en varios países europeos, especialmente en Francia e Italia. Ambos gobiernos consideran que las condiciones aún no son adecuadas para proteger a sus agricultores.
Según Maud Bregeon, vocera gubernamental, Macron dejó claro que, si las autoridades europeas insisten en la firma del acuerdo sin las debidas garantías, Francia ejercerá su derecho a vetarlo. Esta postura se da en medio de un contexto de malestar generalizado por la gestión de la dermatosis nodular bovina, una enfermedad animal que ha afectado la industria ganadera.
Presiones internas
El desacuerdo sobre el tratado ha calado hondo en la clase política francesa, con una oposición transversal contra su forma actual. Laurent Wauquiez, líder del partido Los Republicanos, instó a Macron a poner todo su peso político en la balanza para frenar la firma del acuerdo.
Por su parte, Arnaud Rousseau, líder del principal sindicato agrícola FNESA, solicitó a los legisladores que voten en contra del tratado si llega a la votación el jueves. Para ese día, se espera una manifestación masiva de 10.000 agricultores en Bruselas. En caso de que el acuerdo sea firmado, Rousseau advirtió que se movilizarán en defensa de los intereses agrícolas, bloqueando autopistas y controlando las importaciones en los puertos.
Acusan de competencia desleal
Los agricultores franceses temen que la entrada masiva de productos sudamericanos, como carne, arroz, miel y soja, que se consideran más competitivos debido a las menores regulaciones ambientales y sanitarias, perjudique a sus propios mercados. En respuesta, el gobierno francés ha exigido una "cláusula de salvaguardia" que permita intervenir en caso de perturbaciones en el mercado.
Además, ha solicitado medidas "espejo" que aseguren que los productos importados cumplan con las normativas europeas de protección ambiental y sanitaria.
Si bien la firma del acuerdo aún depende de la aprobación final del Consejo de la UE, Francia continúa presionando para asegurar que sus intereses agrícolas sean respetados antes de cualquier acuerdo comercial con el Mercosur.
