El Parlamento europeo aprueba el blindaje para los productores agrícolas y allana el camino al acuerdo con el Mercosur
El secretario de Estado español para la Unión Europea, Fernando Sampedro, asegura que “nunca se han dado circunstancias tan favorables” como las actuales para sellar el entendimiento con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay
El pleno del Parlamento Europeo dio este martes su visto bueno a las salvaguardas propuestas por la Comisión Europea para reforzar la protección de losagricultores europeos en caso de que el acuerdo de libre comercio de la UE con Mercosur tuviera un grave impacto en su actividad.
Este marco de protección, que incluye un mecanismo para suspender las ventajas arancelarias a las producciones de Mercosur en caso de graves distorsiones para los europeos, es independiente al pacto comercial en sí, pero varios socios condicionaron su apoyo al acuerdo a que salieran adelante estas medidas.
De hecho, Bruselas diseño esta red de seguridad para tratar de convencer a los países más reticentes al pacto comercial, entre ellos Italia y Polonia, pero sobre todo a Francia, que mantiene su firme rechazo aunque por sí solo no suma la minoría de bloqueo suficiente para frustrar el acuerdo.
Con el visto bueno del pleno, la Eurocámara podrá formalizar con el Consejo (gobiernos) la adopción de las salvaguardas en las próximas horas, un paso previo que aguardaba la presidencia danesa de la UE para proponer a los 27 aprobar la firma del acuerdo de libre comercio, con el objetivo de que la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo, António Costa, viajen a Brasil para rubricar el acuerdo este mismo sábado.
España pone presión para cerrar el acuerdo
España volvió a presionar este martes para cerrar el proceso antes de fin de año y subrayó la “urgencia” de adoptar un acuerdo que considera “vital” para el bloque.
Desde Bruselas, el secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, sostuvo que “nunca se han dado circunstancias tan favorables” como las actuales para sellar el entendimiento con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
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Fernando Sampedro
En un contexto internacional marcado por tensiones comerciales y reacomodos geopolíticos, Madrid insiste en que el acuerdo es una prioridad estratégica para la UE.
El calendario que maneja la Comisión Europea apunta a una firma antes de que termine el año, incluso este mismo sábado en Brasil, al margen de la cumbre del Mercosur.
Para eso, sin embargo, los gobiernos europeos deben completar una serie de pasos formales en el Consejo, incluida una votación que requiere el respaldo de al menos 15 países que representen el 65% de la población del bloque.
Si ese aval se concreta, el acuerdo podría entrar en vigor de manera provisional a comienzos de 2026, sin esperar la ratificación final del Parlamento Europeo, un trámite que suele llevar más tiempo.
Francia, el principal foco de resistencia
El mayor obstáculo sigue siendo Francia. París reiteró el fin de semana que “no están dadas las condiciones” para aprobar el pacto y pidió un nuevo aplazamiento, alegando riesgos para su sector agrícola y cuestionamientos ambientales, especialmente en materia de deforestación.
La posición francesa contrasta con la de países como Alemania y España, que ven en el acuerdo una oportunidad “crítica” para la economía europea.
Pese a su peso político, Francia no puede bloquear por sí sola la adopción del tratado. Para formar una minoría de bloqueo necesita sumar aliados, algo que hasta ahora no ha logrado de manera consistente, aunque cuenta con reservas de países como Polonia e Italia y con las dudas de Austria. Bélgica, por su parte, se vería obligada a abstenerse por falta de consenso interno.
Italia aparece como el actor bisagra. El gobierno de Giorgia Meloni había dado señales meses atrás de aceptar las salvaguardas propuestas por la Comisión para proteger a los agricultores más vulnerables, pero las protestas del campo reabrieron las dudas en Roma. En Bruselas reconocen que su posición final puede inclinar la balanza.
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Emanuel Macron
Presión del Mercosur y clima interno en la UE
Desde el Cono Sur, el mensaje es claro: si la UE deja pasar esta ventana política, el Mercosur buscará acuerdos equivalentes con otras grandes economías. Brasil, anfitrión de la cumbre regional del fin de semana, trabaja con la hipótesis de una firma inmediata si Europa despeja sus trámites internos.
Todo ocurre, además, en una semana especialmente tensa para la UE. El jueves habrá una manifestación masiva de agricultores en Bruselas contra los recortes previstos para la Política Agraria Común después de 2027, el mismo día en que los líderes europeos celebrarán su cumbre de diciembre, con Ucrania y el presupuesto comunitario en la agenda.
En ese escenario, el acuerdo UE–Mercosur se consolida como una prueba política para el bloque: avanzar en su apertura comercial y estratégica o dejar que las resistencias internas vuelvan a postergar un pacto que, para muchos en Bruselas, ya no admite más demoras.
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Firma del acuerdo entre la UE y el Mercosur en Montevideo