Se trata de un potente anticiclón que atrapa el calor cerca del suelo e impide que se disipe, lo que promete registros históricos de altas temperaturas incluso por las noches. Hasta cuándo durará esta anomalía climática.
Una imagen que describe el domo de calor que afectará con mayor fuerza a España y Francia.
La primera gran ola de calor del año comenzó a instalarse en España, y promete dejar registros históricos en los próximos días.
El país se enfrenta a un fenómeno climático extremo que alcanzará su punto álgido este domingo, con temperaturas que podrían rozar los 45 grados en varias regiones del interior peninsular.
Pero lo que más preocupa a los expertos no es solo el calor actual, sino la posibilidad de que se forme un domo de calor en el sur de Europa, una situación que podría intensificar el calor en los próximos días y extenderlo durante semanas.
Este fenómeno, poco común pero cada vez más frecuente con el cambio climático, se produce cuando un potente anticiclón atrapa aire caliente en una zona específica, impidiendo su circulación. El aire desciende y se comprime, calentándose aún más, como si quedara atrapado bajo una gigantesca cúpula.
El resultado: temperaturas que se disparan muy por encima de los valores normales para esta época del año.
Según Meteored, este domo de calor se está gestando sobre el Mediterráneo occidental, afectando especialmente a España y Francia, y podría convertir a junio en uno de los más cálidos jamás registrados.
Las anomalías térmicas previstas alcanzan entre 8 y 12 grados por encima de la media en zonas por debajo de los 1.500 metros de altitud. “Las temperaturas serán propias del periodo canicular, entre el 15 de julio y el 15 de agosto”, advirtió el meteorólogo Francisco Martín en declaraciones a EFE.
Las previsiones son especialmente alarmantes en el Valle del Guadalquivir, donde los termómetros marcarán entre 40 y 42 grados a la sombra. El calor extremo se mantendrá al menos hasta el martes, con noches tropicales en las que no se bajará de los 25 a 35 grados, dependiendo de la región.
El impacto de este fenómeno no se limita a España. En Italia, el Ministerio de Salud activó la alerta roja en ciudades como Florencia, Bolonia y Turín, donde las máximas también superan los 40 grados.
En Portugal, el Instituto del Mar y de la Atmósfera emitió un aviso naranja por temperaturas de hasta 43 grados en Beja, cerca de la frontera con Extremadura. Y en Francia, el calor se dejará sentir especialmente en el sur, con 38 grados en Montpellier, 37 en Lyon y temperaturas superiores a los 35 grados en varias ciudades del interior.
Este episodio de calor extremo es una señal más de cómo el cambio climático está intensificando los fenómenos meteorológicos severos en Europa.
Las autoridades sanitarias y meteorológicas insisten en extremar las precauciones, evitar la exposición prolongada al sol y mantenerse hidratado, ya que estos días pueden suponer un serio riesgo para la salud, especialmente para niños, personas mayores y colectivos vulnerables.