Acuerdo sobre cambio climático pero importante fracaso en combustibles fósiles: ¿qué dejó la COP30 en Brasil?
Después de dos semanas de tensas negociaciones, los países reunidos en Brasil lograron un acuerdo para triplicar la financiación destinada a la adaptación climática de las naciones vulnerables. Sin embargo, el texto final omite una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles, considerado un retroceso para una amplia coalición de naciones.
Los casi 200 países reunidos en la Cumbre de las Partes sobre el cambio climático de la ONU (COP30) en Belém alcanzaron un nuevo acuerdo este fin de semana. El documento final, aprobado por consenso tras dos semanas de tensas negociaciones, exige un aumento en la ambición de las acciones globales contra el calentamiento y un compromiso para triplicar la financiación destinada a ayudar a los países más vulnerables a adaptarse al cambio climático. Sin embargo, no contiene referencia explícita a los combustibles fósiles, lo que fue visto como un retroceso decepcionante para una amplia coalición de naciones.
Las expectativas para esta COP30 eran especialmente altas. Además de la significativa participación de pueblos indígenas y la posibilidad de una amplia movilización de la sociedad civil, después de tres ediciones consecutivas celebradas en países con restricciones a la protesta (Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán), el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, había elevado las expectativas llamando a establecer una "hoja de ruta" para la salida de los combustibles fósiles.
No obstante, la cumbre no logró la ambición que se esperaba. Durante las dos semanas de negociaciones, los desacuerdos alcanzaron tal intensidad que se temió un colapso total y que la conferencia terminara sin un acuerdo. Sin embargo, poco después del mediodía del sábado, el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, logró sellar un pacto.
el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago. AFP
El presidente de la COP30, André Corrêa do Lago.
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Dado el estancamiento de las negociaciones, sumada a la importante ausencia de Estados Unidos, muchos consideraron el acuerdo como un resultado aceptable dadas las circunstancias. Aunque el resultado final fue criticado por ser débil, se consiguieron algunas victorias que alimentan la esperanza de que los países logren mayores progresos el próximo año.
La omisión de los combustibles fósiles
La Conferencia de la Amazonía, como se le conoció a esta edición de la COP, se enfrentó a profundas divisiones. Pese a la insistencia de la Unión Europea y una coalición de más de 80 países, incluidos Colombia, Francia y España, para que se estableciera una guía detallada para la eliminación progresiva de los hidrocarburos, el texto principal no mencionó la necesidad de dejar atrás estos elementos, que son los principales impulsores de la crisis climática.
Corrêa do Lago reconoció que algunos países "tenían mayores ambiciones", pero la intensa oposición de los petroestados y los grandes consumidores de combustibles fósiles, como China, Rusia, Arabia Saudita e India, impidió un acuerdo final sobre el tema. Esta omisión marca un retroceso respecto al consenso alcanzado en la COP28 en Dubái en 2023, cuando por primera vez el mundo acordó un abandono gradual del gas, el petróleo y el carbón,
Tras la aprobación del acuerdo, varios países en desarrollo se manifestaron en contra, incluyendo Colombia, que objetó formalmente la falta de una referencia a los combustibles fósiles. El presidente colombiano, Gustavo Petro, afirmó en X que su país “se opone a una declaración de la COP30 que no diga la verdad científica al mundo".
No puedo contradecir la ciencia, ni como hombre de izquierda ni como hombre de razón, ni como heredero de la libertad que nos dejó el pueblo Grancolombiano y su conductor: Bolívar.
Soy presidente de Colombia y dije que Colombia sería potencia mundial de la vida, y once millones…
En un movimiento poco convencional para compensar esta ausencia, la presidencia brasileña anunció que elaborará dos textos paralelos que detallarán una "hoja de ruta" global para la transición fuera de los combustibles fósiles y otra para abordar la deforestación. Esta medida, a la que los países podrán sumarse de forma voluntaria, busca demostrar que las preocupaciones de todos fueron escuchadas y podría permitir desarrollar el texto en futuras cumbres, aunque no tendrá el mismo peso que una decisión de consenso de la COP.
Por su parte, Colombia y Holanda anunciaron una conferencia internacional contra las energías fósiles en abril de 2026 en la ciudad colombiana de Santa Marta.
Financiación para la adaptación y compromisos para una “transición justa”
El principal avance concreto de la COP30 se centró en la financiación para la adaptación. Los países más ricos acordaron trabajar para triplicar el dinero disponible para ayudar a las naciones vulnerables al clima a prepararse y responder a las consecuencias del calentamiento global. El objetivo potencial es alcanzar unos 120.000 millones de dólares anuales para 2035, triplicando el objetivo de 40.000 millones para 2025.
Movilización en la COP30. AFP
Frente a esta decisión algunas naciones vulnerables dijeron estar contentas con el apoyo financiero. Evans Njewa, quien representó a un grupo de 44 países menos desarrollados, afirmó a AFP: "No ganamos en todos los frentes, pero conseguimos triplicar la financiación. Esta era nuestra prioridad y la convertimos en una línea roja".
Adicionalmente, el acuerdo incluyó un compromiso sobre un plan para una "transición justa": la idea de que, a medida que el mundo se aleja de los combustibles fósiles, los trabajadores de estas industrias reciban apoyo para acceder a empleos más limpios, aunque esto se logró sin incluir financiación específica para dicha transición. También hubo acuerdos menores sobre redes de energía y biocombustibles.
A diez años del Acuerdo de París
Este año se conmemoraba el décimo aniversario del Acuerdo de París, en el cual se estableció la meta global de mantener el calentamiento por debajo de los 1,5 ºC. En el marco de este acuerdo, cada país debía actualizar sus compromisos climáticos, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), cada cinco años, y este era el año de su presentación. Pero cumbre también reveló una debilidad alarmante en los planes climáticos nacionales de los países: de las 195 naciones parte de la ONU, muchas entregaron NDC con objetivos poco ambiciosos y otras ni siquiera cumplieron con su entrega.
Movilización en la COP30. AFP 3
Un análisis realizado por la propia ONU concluyó que, en conjunto, estos planes solo lograrían una reducción de alrededor del 12% en la contaminación que calienta el planeta. Esta cifra se encuentra muy por debajo del 60% necesario para tener alguna posibilidad de mantener vivo el objetivo acordado internacionalmente de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales.
Las tensiones comerciales de la transición y el fondo para bosques
Una victoria política para las potencias emergentes, fue la inclusión de un "diálogo" de tres años para abordar las tensiones comerciales mundiales en el marco de las negociaciones climáticas. Esta novedad fue impulsada principalmente por China, que junto a otros países exportadores, venía cuestionando las barreras comerciales ambientales impuestas por naciones desarrolladas, en particular el impuesto al carbono en las fronteras de la UE.
Reunidos en el corazón de la Amazonia, Lula da Silva aprovechó el marco de la COP para lanzar el Fondo para los Bosques Tropicales, un nuevo mecanismo financiero diseñado específicamente para la preservación de las selvas. Tras la cumbre, la iniciativa logró una recaudación inicial de aproximadamente $5.500 millones de dólares en compromisos.
el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la COP30. AFP
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la COP30.
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Las reacciones de los líderes
Lula da Silva aplaudió que "la ciencia prevaleciera" y "el multilateralismo triunfara" durante las negociaciones. "Movilizamos a la sociedad civil, la academia, el sector privado, los pueblos indígenas y los movimientos sociales, convirtiendo la COP30 en la COP con la segunda mayor participación de la historia", dijo a la prensa desde la cumbre del G20 en Johannesburgo.
Por su parte, India y China también se mostraron satisfechos. "Apoyamos plenamente la presidencia y reconocemos los extraordinarios esfuerzos del equipo presidencial, que incluyen pasar muchas noches sin dormir trabajando para asegurarnos de que nos llevemos algo significativo de Belém", declaró a AFP un representante de India, en nombre de la coalición de Brasil, Sudáfrica, India y China (BASIC).
No obstante, hubieron quienes admitieron su decepción frente a las negociaciones. "No vamos a ocultar que hubiéramos preferido tener más ambición en general", declaró a la prensa el comisario de clima de la UE, Wopke Hoekstra, aunque consideró que el acuerdo igual iba "en la dirección correcta".
El presidente de Brasil, Lula da Silva, levanta las manos junto a jefes de Estado y representantes mientras posan para la foto oficial de la Cumbre de Líderes, previa a la COP30. AFP
Lula da Silva, levanta las manos junto a jefes de Estado y representantes mientras posan para la foto oficial de la Cumbre de Líderes, previa a la COP30.
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Hubo acalorados intercambios durante la reunión final de la conferencia, ya que los países se criticaron mutuamente sobre el plan de combustibles fósiles. Jiwoh Abdulai, ministro de medio ambiente y cambio climático de Sierra Leona, dijo: "Este es un piso, no un techo".
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, comprendió la decepción por la falta de un progreso más audaz, afirmando que "la brecha entre nuestra situación actual y lo que la ciencia exige sigue siendo peligrosamente amplia".
La cumbre, celebrada en el telón de fondo de la selva amazónica, dejó la sensación de que, aunque el proceso multilateral se salvó, la ambición necesaria para llegar a objetivos significativos sigue estando seriamente comprometida.
Movilización en la COP30. AFP 4
“La COP de los pueblos indígenas”
La COP celebrada en Belém, una ciudad de 1,4 millones de habitantes con escasa infraestructura y una mayoría de la población que vive en favelas, le dio un contexto singular a la cumbre. La COP30 además tuvo una amplia presencia de la sociedad civil, con decenas de miles de personas que se manifestaron en las calles el 15 de noviembre.
La cumbre fue apodada la "COP de los pueblos indígenas" debido a la participación récord de líderes autóctonos en las conversaciones. Sin embargo, este hecho no impidió que algunos voceros denunciaran que tuvieron que luchar constantemente para que sus demandas fueran escuchadas. De hecho, se registraron dos interrupciones de manifestantes indígenas que irrumpieron en la conferencia para exigir un asiento más importante en la mesa de negociaciones.
El encuentro no estuvo libre de incidentes: un incendio se declaró el jueves en la zona de pabellones nacionales, obligando a evacuar a miles de participantes, cuyas causas aún se desconocen.