Massachusetts es un estado que ha estado teñido de azul durante décadas: este año, Kamala Harris ganó con el 61,3% de los votos. Allí fueron varias las universidades que cancelaron clases, ofrecieron espacios de contención y reprogramaron exámenes tras la victoria de Trump.
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Marilyn Cliett está en su cuarto año en la carrera de música de la Universidad de Berkeley
Marilyn recordó el momento en que se conocieron los resultados de las presidenciales: “Obviamente estábamos muy movilizados, pero me llamó la atención cómo compañeras blancas, privilegiadas en muchos aspectos, se desmoronaban de los nervios. No sé, pero para mí las personas negras y minorías resistimos de otra manera porque vivimos este tipo de discursos todos los días”.
Movilizaciones contra la guerra en Gaza
En 2023 y 2024 las movilizaciones de estudiantes y docentes contra la guerra de Israel en Gaza tomaron tal dimensión que se convirtieron en una problemática a nivel nacional. Fueron miles de jóvenes los que ocuparon los campus y organizaron acampes para expresar su rechazo al apoyo del gobierno estadounidense a Israel.
A medida que el conflicto se extendía, la administración de Biden y las instituciones universitarias tomaron medidas más estrictas en torno a las manifestaciones y a los estudiantes. Sin embargo, con la llegada de Trump se espera que las repercusiones sean más extremas. En su programa de gobierno, el nuevo presidente electo prometió “deportar a los radicales pro-Hamas y hacer que nuestros campus universitarios vuelvan a ser seguros y patrióticos”. En ese sentido, se esperan deportaciones de estudiantes universitarios extranjeros que hayan participado de protestas no autorizadas, investigaciones federales a los integrantes de las movilizaciones y posibles acusaciones.
"Lo que sí estamos haciendo es volcarnos hacia nuestras comunidades, organizándonos de manera tal que podamos garantizar nuestras redes y enfrentar lo que se viene”. "Lo que sí estamos haciendo es volcarnos hacia nuestras comunidades, organizándonos de manera tal que podamos garantizar nuestras redes y enfrentar lo que se viene”.
“En Berkeley no tuvimos un movimiento pro-Palestina tan fuerte como sí hubo en otras universidades cercanas, como Harvard, MIT o New England. Es decir, hubo una organización y se hicieron sentadas, charlas y espacios de debate, pero no se tomó la universidad ni se hicieron acampes”, contó Marilyn.
“No creo que cambie mucho la situación con el cambio de gobierno. La persecución política y el financiamiento estuvieron igual con el gobierno de Biden; no se ven muchas diferencias en ese aspecto entre ambos partidos", sostuvo.
Para Marilyn estas son épocas muy distintas. “No es como hace años, cuando había radicalización en el reclamo por los derechos”, aseguró, y sumó: “Ahora vamos a ir viendo sobre la marcha lo que sucede. Lo que sí estamos haciendo es volcarnos hacia nuestras comunidades, organizándonos de manera tal que podamos garantizar nuestras redes y enfrentar lo que se viene”.
Incertidumbre para los estudiantes extranjeros
Durante el último año académico, Estados Unidos acogió un número histórico de 1,1 millones de estudiantes internacionales provenientes de más de 210 países, según la encuesta realizada por el Instituto de Educación Internacional y patrocinada por el Departamento de Estado.
Hace algunos días, varias universidades enviaron correos a estudiantes internacionales instándolos a "considerar seriamente" regresar al campus después de las vacaciones de invierno, antes de que Trump asuma el cargo en enero, en medio de preocupaciones sobre cambios de visas y deportaciones masivas.
"Honestamente no siento que corra el riesgo de no poder finalizar la carrera, pero obvio siempre está la amenaza de que te digan que tenes que volver". "Honestamente no siento que corra el riesgo de no poder finalizar la carrera, pero obvio siempre está la amenaza de que te digan que tenes que volver".
Kiara es argentina, tiene 24 años y vive en Boston. En 2022 migró a Estados Unidos porque consiguió una beca para estudiar producción musical en la Universidad de Berkeley y ya está en su tercer año de carrera. En diálogo con este medio, contó: “A mi no me falta mucho para terminar y honestamente no siento que corra el riesgo de no poder finalizar la carrera, pero obvio siempre está la amenaza de que te digan que tenés que volver. Nunca llegás a sentirte del todo tranquilo acá”.
“Conseguir una visa de estudiante siendo latino es mucho más complicado que para jóvenes de otros países. Mientras que a estudiantes europeos les habilitan la visa por 3 o 4 años, nosotros tenemos que renovarla año a año, con lo que implica el costo de volver a nuestros países para hacerlo y la preocupación de no conseguirlo”, afirmó.
En relación con las movilizaciones por la guerra en Gaza durante el último año, Kiara sostuvo que la situación para los inmigrantes es diferente. “En Berkeley la política de faltas es muy estricta, solo podés tener dos ausencias por clase y si no reprobás. Esto hace que sea fácil para la universidad sancionar a los estudiantes que faltan a clase por protestar, pero para los extranjeros, que generalmente tienen becas y deben cumplir con determinadas exigencias para la visa también, es otra la situación. Arriesgarse puede tener otro costo”, sostuvo.
“Cuando asumió Trump se sintió bastante parecido a como cuando asumió (Javier) Milei en Argentina”, dijo al recordar el momento en que se dieron a conocer los resultados. “No es que solo asume un presidente, sino que asume una mirada sobre las personas, un punto de vista desde el cual se va a gestionar”, sostuvo.
“Mientras que algunos están preocupados por la llegada del próximo gobierno, otros en cambio están esperanzados”. “Mientras que algunos están preocupados por la llegada del próximo gobierno, otros en cambio están esperanzados”.
La esperanza de los votantes de Trump
Más al sur, en el estado de Florida, vive Nina Tejera. Nacida y criada en la ciudad de Miami, con 20 años Nina es la presidenta de la Sociedad de Honores de Ciencia Política de la Universidad Internacional de Florida (FIU). Para ella, la reacción al triunfo de Trump fue “muy variada”. “Mientras que algunos están preocupados por la llegada del próximo gobierno, otros en cambio están esperanzados”, dijo a El Observador USA.
En Florida, el triunfo fue de Trump con el 56,1% de los votos. En el estado que hace más de 20 años vota en su mayoría a republicanos, los resultados se vivieron de manera distinta.
“A los estudiantes que votaron a Harris se los ve preocupados por las repercusiones que pueda tomar la gestión de Trump, en particular sobre determinadas comunidades, como los migrantes y la comunidad LGBTIQ. Pero, por otro lado, a los votantes de Trump se los ve aliviados luego de lo que para ellos fue un gobierno que trajo muchos desafíos económicos”, analizó Nina sobre la situación de los estudiantes de la FIU.
“Lo que noto también es que entre la gente de mi edad se vuelve complicado el intercambio cuando se habla desde posiciones diferentes. El diálogo entre las personas que defienden a partidos políticos distintos se vuelve muy difícil y es frustrante porque es imposible pensar en soluciones si no podemos generar un campo común en el cual trabajar", contó. Por eso, según ella, desde el club de Ciencia Política de la facultad buscan generar un espacio para discutir ideas, sin distinción partidaria.
En cuanto a las movilizaciones estudiantiles, la estudiante de Ciencias Políticas mencionó: "En la FIU sé que hubo estudiantes que se movilizaron por Palestina, sobre todo el año pasado, cuando hubo un pico de protestas. Generalmente las situaciones las manejan las propias universidades, por lo que las decisiones que tomó la FIU supongo que las seguirá tomando. No noté diferencias desde que se conocieron los resultados de las elecciones".
La posible disolución del Departamento de Educación
Durante la campaña electoral Trump defendió en repetidas oportunidades el desmantelamiento del Departamento de Educación, al que acusó de estar infiltrado de “radicales, fanáticos y marxistas”. Frente a esa situación, las instancias educativas más afectadas serían la educación primaria y secundaria, dada la independencia de las universidades. Sin embargo, es esta agencia la que gestiona la distribución de ayuda financiera federal para los estudiantes universitarios, por lo que tendría consecuencia en su financiamiento integral. Para el cierre del Departamento de Educación se necesita la aprobación del Congreso y en esta ocasión los republicanos cuentan con la mayoría en ambas cámaras para hacerlo.
“Un tema que sí preocupa bastante es la financiación y las becas para estudiantes. Muchos estudiantes dependen de fondos FASFA o las becas PELL -programas federales que ayudan a los estudiantes que no pueden pagar sus estudios- y lo que se espera es una reducción de este tipo de programas, lo cual inquieta a varios”, afirmó Nina, y agregó: “De todas formas, a largo plazo eso podría significar una reducción de tarifas en general, por lo que tendríamos que ver cómo termina afectando”.
Para Nina es fundamental que los estudiantes se familiaricen con la política local y sepan cómo trabaja el Departamento de Educación de Florida, por ejemplo. "En muchas ocasiones, me da la sensación de que los estudiantes solo hablan de las consecuencias de las presidenciales, pero no reparan en la importancia de los gobiernos locales y cómo nos afectan", aseguró.