¿Donald Trump o Kamala Harris? Uno de ellos será el presidente de Estados Unidos. Pero no son los únicos que se presentarán a la elección de este martes. Varios aspirantes independientes y de terceros partidos han lanzado sus candidaturas, buscando captar a votantes desencantados con el sistema bipartidista. Aunque cuentan con una baja intención de voto, estos candidatos alternativos podrían desempeñar un papel crucial en un escenario donde el margen de victoria es estrecho y cada voto cuenta.
Los terceros candidatos en esta elección no solo amplían la diversidad ideológica de la oferta electoral, sino que también podrían influir directamente en el resultado al restar votos a Harris o Trump en estados clave. Entre estos candidatos se encuentran figuras de peso en distintos sectores, cada uno con un mensaje específico que desafía las narrativas de los partidos tradicionales.
¿Quiénes son los otros candidatos de la elección de EEUU?
Cornel West: un intelectual progresista
Cornel West, reconocido filósofo y activista, ha lanzado su candidatura como independiente mostrándose como un crítico acérrimo del sistema capitalista, del expresidente Barack Obama y como defensor de causas como la justicia racial y económica. Su candidatura se enfoca en atraer a votantes jóvenes y progresistas que consideran insuficientes las propuestas del Partido Demócrata.
Al principio, dijo que se postularía con el Partido del Pueblo, un movimiento dirigido por un exintegrante de la campaña del senador Bernie Sanders. Finalmente se presentó de manera independiente.
Jill Stein: el regreso de una voz ambientalista
Jill Stein, quien fue candidata presidencial por el Partido Verde en 2012 y 2016, vuelve a la contienda en 2024. Su campaña enfatiza la urgencia de abordar el cambio climático y sugiere que el bipartidismo es un obstáculo para implementar políticas ambientales efectivas. Aunque Stein ha captado porcentajes de voto relativamente bajos en el pasado, su perfil crítico podría atraer a electores ambientalistas descontentos con las políticas climáticas demócratas y republicanas.
Las encuestas no le dan más del 2% de intención de voto, aunque ha ganado cierto apoyo por sus cuestionamientos a Israel en la guerra en Gaza. Stein, de 74 años, defiende además el acceso universal a la salud, al aborto y los derechos de la población transexual.
Chase Oliver: el candidato libertario
Chase Oliver, un activista político de 39 años, es el candidato del Partido Libertario, al cual llegó después de una estrecha victoria en la interna de su partido. Exdemócrata y autodenominado "armado y gay", según reseñó The New York Times, Oliver comenzó su activismo político como opositor a la guerra de Irak y mantiene una posición crítica respecto a la política exterior estadounidense. Se ha manifestado en contra de las acciones de Israel en Gaza y aboga por la abolición de la Reserva Federal, alineándose con las posturas libertarias en temas económicos.
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En 2022, Oliver se presentó como candidato al Senado por el estado de Georgia, donde obtuvo aproximadamente el 2% de los votos, un porcentaje bajo pero decisivo, que forzó una segunda vuelta entre el demócrata Raphael Warnock y el republicano Herschel Walker. Su candidatura en 2024 podría atraer a votantes progresistas y libertarios que buscan una alternativa tanto a Harris como a Trump, especialmente en temas de política exterior y derechos civiles.
Claudia De la Cruz: una voz socialista y activista
Claudia De la Cruz, de 44 años, es candidata del Partido Socialismo y Liberación (PSL) y una figura destacada dentro de los movimientos de izquierda en EEUU. Pastora de la Iglesia Unida de Cristo y cofundadora de People’s Forum, un centro de organización en Nueva York para la clase trabajadora y comunidades marginadas, De la Cruz basa su campaña en propuestas orientadas a los derechos sociales y económicos de los sectores populares.
Su plataforma incluye demandas como un sistema de salud de pagador único, compensaciones económicas para la población negra como forma de reparación histórica y una drástica reducción del presupuesto militar.
¿Cómo pueden influir estos candidatos en la elección?
Aunque a priori los candidatos de partidos menores no tienen posibilidades de ganar, "históricamente han marcado la diferencia", recuerda Thomas Whalen, profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Boston, según recogió la agencia EFE.
El resultado que registren estos candidatos puede torcer el rumbo de la elección.
En los comicios de 2000, Ralph Nader, del Partido Verde, obtuvo aproximadamente el 3% del voto popular. En Florida, su votación pudo haberle disminuido sufragios al demócrata Al Gore, contribuyendo a la victoria de George W. Bush por un margen estrecho.
En las elecciones de 1992 sucedió algo similar. Ross Perot, del Partido Reformista, logró cerca del 19% del voto popular, el mejor resultado de un candidato fuera de los dos partidos tradicionales en muchos años. Fueron más de 19 millones de personas que lo apoyaron. Aunque no ganó estados, su participación influyó en la dinámica electoral entre George H. W. Bush y Bill Clinton.
En 2016, Stein sumó 132.000 votos en Wisconsin, Michigan y Pensilvania. En esos mismos estados, la demócrata Hillary Clinton quedó detrás por un margen total de 77.000 votos.
Con las encuestas totalmente empatadas entre Harris y Trump, Stein vuelve a sonar como una posible piedra en el zapato para la demócrata, especialmente por el apoyo de EEUU a Israel en la guerra de Gaza.
En un encuentro virtual con un reducido grupo de medios en español, entre ellos EFE, arremetió contra quienes la critican por "robar" votos a los demócratas. Su nombre figurará en las papeletas de una treintena de estados, incluido el decisivo Michigan, que tiene una gran población árabe y donde los demócratas temen que el apoyo de la Administración de Joe Biden a la guerra de Gaza les pase factura.
Un temor que se ha puesto de manifiesto en campaña, con los demócratas lanzando un anuncio de televisión en contra del Partido Verde en el que advierten que "un voto para Stein es realmente un voto para Trump". Para ella, recibir la embestida demócrata, cuenta, es "un motivo de orgullo".