El Servicio Secreto de Estados Unidos ha tomado nuevas medidas para proteger al candidato presidencial republicano Donald Trump, después de que el mes pasado sobreviviera con heridas menores a un intento de asesinato en un acto político en Pensilvania. El plan es utilizar vidrios blindados en futuros eventos al aire libre para garantizar su seguridad.
Este tipo de protección a prueba de balas ya es común para los presidentes y vicepresidentes en funciones, pero Trump, al ser un expresidente y candidato, no cuenta con el respaldo logístico de transporte militar que normalmente facilita la movilización de estos recursos.
Por lo tanto, el Servicio Secreto distribuirá vidrios blindados en distintas ubicaciones del país, siendo los agentes los responsables de transportarlo y asegurarlo en los eventos de Trump, indicó una fuente a CNN.
20240713 Donald Trump tras el atentado que sufrió en Pensilvania
Foto: AFP
Aunque no todos los actos al aire libre requerirán el uso de esta medida, se empleará en lugares donde existan mayores riesgos o se necesiten precauciones adicionales, reveló la cadena NBC.
El intento de magnicidio en Pensilvania, que motivó la renuncia de la entonces directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, fue un motivo para que la agencia refuerce la seguridad de todos los candidatos presidenciales.
Al comparecer ante una comisión de la Cámara de Representantes, Cheatle afirmó que el intento de asesinato al expresidente supuso el "mayor fallo operativo" de la agencia "en décadas".
En respuesta, el Servicio Secreto ha aumentado el personal asignado a Trump y ha implementado nuevas tecnologías para reducir amenazas durante sus eventos. Entre las medidas adicionales se incluye el despliegue de francotiradores y equipos de vigilancia para evitar ataques.
Desde el incidente, Trump no ha realizado actos de campaña al aire libre, lo que ha llevado a las autoridades a evaluar cuidadosamente los riesgos en futuros eventos y a tomar acciones decisivas para mejorar su seguridad.
El ataque a Donald Trump
Trump fue herido de bala en una oreja mientras participaba el 13 de julio en un mitin en Butler (Pensilvania). El tirador había trepado a un tejado a unos 140 metros del expresidente, aunque fuera del perímetro de seguridad.
Testigos habían alertado desde dos minutos antes de los disparos de la sospechosa presencia del agresor, un joven de 20 años cuyos motivos aún se desconocen y que fue abatido por agentes del Servicio Secreto.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), del que depende el Servicio Secreto, anunció el mes pasado que, por orden del presidente Joe Biden, inició una investigación independiente sobre lo ocurrido con miembros de los dos partidos que debe concluir en un plazo de 45 días.