La Policía de Reino Unido destruyó un Ferrari 458 Spider de unos U$S 300.000 por sospechar que era robado, no tenía seguro y era categoría B, lo que, según la legislación, deben ser destruidos, independientemente de su precio.
El dueño del vehículo resultó ser Kahid Khan, un millonario de 31 años que denunció que la Policía aplastó el coche de forma ilegal. "Este dinero podría haber sido destinado para una buena causa, ya que un Ferrari roto por piezas vale más que el auto en su conjunto", dijo.
El millonario acusa a la Policía de tomar acciones injustas, por sospechar de que el vehículo no fuera suyo: "La policía me dijo que no creían que el auto fuera mío y que debía probar que era de mi propiedad". Khan dijo que presentó los papeles que confirman que el auto fue comprado de forma legal y refaccionado con piezas originales. De todas formas, los documentos llegaron luego de que el auto fuera enviado a su destrucción.
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