Buenos Aires y Guadalajara. Allí residen, durante unas pocas semanas del año, dos de las ferias literarias más importantes y significativas de Hispanoamérica. Allí, entre oleadas de gente que chocan contra los stands repletos de libros, los autores toman impulso fuera de fronteras, el contacto con agentes literarios extranjeros se robustece y las ciudades invitadas pasan a ocupar un lugar preponderante que las pone al frente de la vanguardia literaria latinoamericana. Por eso, que Montevideo fuera invitada como ciudad de honor en la feria de Buenos Aires –que terminó este lunes– era una oportunidad perfecta para que las letras uruguayas contemporáneas siguieran ganando terreno en suelo argentino y para que los autores más tradicionales reafirmaran su peso fuera de fronteras.
Cuando los organizadores pasan raya del evento, todavía muy fresco y sin todos los números procesados, la palabra que surge en primer lugar es “satisfacción”. Por ejemplo, esa palabra fue la que usó Álvaro Risso, presidente de la Cámara Uruguaya del Libro, para describir la participación uruguaya en la feria argentina.
“Era un desafío muy grande, y la Intendencia nos pidió colaboración en una parte que para el stand era clave. Nosotros nos pusimos la misión de tener una buena representación bibliográfica de lo que es el mundo del libro uruguayo, una representación plural, abierta, que incluyera todo el universo editorial local. Y estamos seguros de que eso se logró. Desde la Cámara estamos más que satisfechos, verdaderamente conformes con el trabajo que se hizo”, dijo.
Para el presidente del organismo, que además de encargarse de enviar el material al otro lado del río también seleccionó el personal que trabajó en el stand, el afluente de público que pasó por el sector de Montevideo fue muy bueno y, sobre todo, constante.
“Hubo muchísimo público. El stand estuvo siempre muy cargado de gente. Lógicamente, la mayoría eran argentinos que estaban visitando la feria, pero también se acercaron muchos profesionales del libro que fueron a trabajar”, relató a El Observador.
La participación de Montevideo como ciudad invitada de honor incluyó un área de 200 metros cuadrados ubicado en un lugar estratégico del paseo. El diseño del sector uruguayo se inspiró en uno realizado por Ámsterdam cuando fue elegida como ciudad invitada y la idea fue que se tomara elementos de uno de los lugares más icónicos de la ciudad: la rambla.
“El stand fue muy bien recibido y elogiado por el público, las autoridades de la feria y los periodistas argentinos que pasaron por allí. La gente de Barcelona –que será la ciudad invitada en 2019– nos decía que les había gustado mucho su diseño. Con él pudimos dar la idea que queríamos, la de un espacio abierto donde la gente descubriera la literatura uruguaya, pero donde también se sentaba a conversar, a leer, a descansar y a tomar mate”, explicó Juan Canessa, director de Artes y Ciencias de la Intendencia de Montevideo.
El encargado de la curaduría del stand de Montevideo –y de las charlas de autores, presentaciones de libros y debates– fue el escritor y periodista Gabriel Peveroni, que enfocó la participación uruguaya en tres grandes líneas conceptuales. La primera fue Poéticas montevideanas, enfocadas en la mujer; la segunda fue Narrativas contemporáneas y la tercera se enfocó específicamente en el escritor Mario Levrero como figura de peso en la literatura uruguaya.
Para el stand se llevó mucho más material que el que se acostumbra para este evento. Según Risso, se estima que la cantidad de libros trasladados aumentó en un 300%. Los volúmenes fueron mandados en a un avión que la Fuerza Aérea puso a disposición.
“Si bien aún no hay números específicos, la venta del material fue constante, muy fluida. Por supuesto, siempre hay algunos autores que tienen la preferencia de la gente, por tener más nombre en Argentina, pero como la ocasión nos dejó llevar tantos libros, la variedad se amplió mucho y la capacidad de venta y exhibición también”, dijo Risso. “No tenemos las cifras definitivas, pero antes del último fin de semana llevábamos más de 1.500 títulos vendidos”, aseguró, por su parte, Canessa.
Así, después de tres semanas de protagonismo en Buenos Aires, Montevideo le pasa la posta a Barcelona, que será la ciudad invitada en 2019 y que deberá mantener en alto la vara que le cede el país.
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