Este lunes Grecia completó oficialmente el último de los programas impuestos por la Unión Europea para hacer frente a su crisis de deuda.
Pero los efectos de la misma todavía se seguirán sintiendo durante un buen tiempo.
El programa -de tres años de duración y vinculado a un préstamo de emergencia de más de US$70.000 millones-, formó parte del mayor plan de rescate financiero de la historia, valorado en unos US$330.000 millones, y el país necesitará décadas para cancelarlo.
Además, los profundamente impopulares recortes en el gasto público -una de las condiciones del rescate- continuarán.
Pero, por primera vez en ocho años, Grecia podrá prestar dinero a las tasas del mercado.
Y la economía griega también ha crecido lentamente en los últimos años.
Sin embargo, la economía helena todavía es un 25% más pequeña que cuando estalló la crisis, hace una década.
De hecho, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), sólo cuatro países han visto sus economías contraerse más que Grecia en los últimos 10 años: Yemen, Libia, Venezuela y Guinea Ecuatorial.
Y según Tassos Smetopoulos, quien administra un programa de repartición de alimentos en el centro de Atenas, el número de personas atendidas por iniciativas como la suya nullestá aumentandonull.
nullEl rescate podrá haber terminado sobre el papel, pero no en la realidadnull, le dijo a la BBC mientras cortaba vegetales para una gran olla comunal.
Los últimos US$70.000 millones fueron otorgados por el Mecanismo Europeo de Estabilización (MES) para apoyar los esfuerzos de Atenas para reformar su economía y recapitalizar sus bancos.
El rescate -como se denominan los préstamos de emergencia para mantener la economía griega a flote- empezó en 2010, cuando los estados de la eurozona y el FMI se unieron para entregar un primer tramo de US$20.800 millones.
Para ese entonces el euro, la moneda única europea, había caído a su más bajo nivel contra el dólar estadounidense desde 2006 y se temía que la crisis de deuda en Grecia frenaría la recuperación de Europa de la crisis financiera global de 2008.
En el peor momento de la crisis, hubo dudas de si la eurozona podría sobrevivir. Existía la posibilidad muy real de que Grecia, y tal vez otros países, tendrían que abandonar el euro.
En respuesta a esto, hubo préstamos de rescate para un total de cinco países y la promesa de parte del Banco Central Europeo que compraría, de ser necesario, las deudas de de gobierno de los países en peligro de verse obligados a salir de la eurozona.
Establecido por los países de la eurozona, el MES estaba preparado para otorgar otros US$27.000 millones a Grecia, pero el organismo dijo que el país no tuvo necesidad de pedirlos.
nullGrecia se puede para en sus propios piesnull, celebró el presidente del MES, Mario Centeno.
La mayoría de los griegos, sin embargo, se siguen apretando el cinturón.
nullNo veo que esta crisis esté terminandonull, le dijo a la BBC Fotini, una mujer de Atenas que perdió su empleo hace tres años.
Esta nación orgullosa ha tenido problemas aceptando su pérdida de dignidad y esta mujer de 54 años es uno de los pocos beneficiarios del programa de repartición de alimentos que comenta abiertamente el tema.
nullEstamos estresados e iracundos porque no tenemos trabajos. Me avergüenzo de no poder comprarles a mis nietos un regalonull, le dijo a la BBC.
nullSólo queremos vivir cómodamente en nuestros hogares para que podamos darle la cara a nuestros hijosnull.
La falta de trabajo sigue siendo un problema.
Durante el auge de la crisis, el desempleo se disparó a 28%, pero hoy en día está en 19,5%.
Y los que están empleados a menudo tienen trabajos por debajo de sus cualificaciones, como Pangiota Kalliakmani, de 34 años, una graduada en química.
Con pocas perspectivas de continuar su carrera en su ciudad natal de Thessaloniki, ahora ha encontrado un empleo como chef.
nullLa crisis fue como una bofetadanull, le relató a la agencia AFP. nullCrecimos acostumbrados a las ventajas de vivir en un país europeo y, de repente, todo se vino abajonull.
nullNo hay certidumbre de nadanull, añadió. nullLa crisis nos enseñó a no hacer planes a largo plazonull.
Unos 300.000 griegos han emigrado en búsqueda de empleo desde que empezó la crisis, mientras que los que dependen de los beneficios sociales han visto sus ingresos reducidos.
Un ejemplo es Yorgos Vagelakos, un trabajador de fábrica jubilado de 81 años, quien antes de la crisis recibía US$1.425 al mes en pensión y beneficios.
Actualmente recibe US$781 y sus deudas están aumentando.
Agelakos le contó a la agencia Reuters que ya no puede ayudar a las familias de sus dos hijos y a duras penas le alcanza para él y su esposa.
nullMe despierto en las mañanas ante una pesadillanull, reconoció.
null¿Cómo voy a lidiar con mis finanzas y mis responsabilidades? Esto es lo que enfrento todas las mañanasnull, dijo.
Aunque jóvenes como Tassos Kakalis, quien hace poco regresó de Londres a Atenas, creen que las cosas están mejorando lentamente.
nullCuando vine de vacaciones en medio de la crisis podía ver en los rostros de la gente que estaban tristes y enojados. Ahora creo que las cosas están mucho mejor. la gente se está recuperandonull, le dijo Kakalis a la BBC.
Aunque su colega Alexia Mandriali es mucho más cautelosa.
nullCreo que no se puede decir que hemos salido de la crisis, eso es una ilusiónnull, advirtió. nullPero el hecho de que ya no nadie se pregunte si vamos a salir de la eurozona mañana nos da algo de estabilidadnull, dijo.
Y para el profesor Kevin Featherstone, director del Observatorio Helénico de la London School of Economics, la eurozona también tiene que agradecerle a Grecia, que ayudó a salvaguardar su futuro al aceptar las condiciones del programa del rescate.
nullGrecia ha salvado el euronull, le dijo a la BBC.
nullY para que un sistema político haya pasado estos años de austeridad, esta profunda dificultad económica y seguir pudiendo mantener una sociedad funcional, una democracia funcional, es testamento de la robustez de Grecia como estado modernonull, destacó también el economista.
Por lo pronto, sin embargo, la libertad que ahora tiene Grecia para administrar sus propios asuntos económicos estará regulada por una mayor vigilancia de parte de la Comisión Europea.
Esto está diseñado para que Atenas no se retracte de las reformas acordadas con sus acreedores.
Y el profesor Costas Meghir, un economista de la Universidad de Yale basado en Atenas, coincide en que el fin del programa de rescate no quiere decir que los problemas de la economía griega hayan sido resueltos.
nullPor supuesto que es un hito importante, tanto psicológicamente como en la práctica, pero no significa que los problemas terminaronnull, señaló a la BBC.
nullTampoco significa que se terminó la austeridad. En cierto sentido, el gobierno griego tendrá que tener más disciplina porque tendrá que depender de que los mercados internacionales le den tazas razonables para que pueda prestarnull, explicó.
nullLa austeridad sólo podrá terminar una vez se establezcan políticas de crecimiento que permitan el florecimiento de la inversión, para la inversión directa y los negocios en general, y esto todavía no ha pasado al nivel necesarionull, advirtió el economista griego.
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