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¿Cómo sobrevivir a los cólicos del bebé?

Es común que lo tengan durante los primeros cuatro meses. La clave está en que los padres no se desesperen.
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22 de enero de 2018 a las 05:00

Muchos bebés sufren cólicos entre los primeros días de vida y los cuatro meses, lo que suele ser una gran preocupación para los padres. Sobre todo si son primerizos.

Un bebé tiene cólicos cuando traga aire, tiene dificultad para expulsarlo y le duele hacerlo.

Las causas pueden ser varias, ya que se hacen visibles elementos de inmadurez del aparato digestivo, aprendizaje del manejo del alimento y aparición de la flora intestinal.

Es importante aclarar que los bebes tienen la necesidad de llanto diaria, en la que reclaman contención, sentirse protegidos. Esto quiere decir que no siempre obedece a patologías.

Usualmente, los cólicos arrancan en la tarde o en la noche y se extienden por dos o tres horas. No se puede hacer mucho para aliviarlos.

Esta situación es más frecuente en primeros hijos. No se debe a que traguen menos aires, sino a que los padres aprenden a manejarlo.

De todas formas, siempre es recomendable consultar con un médico. Los controles con el pediatra son necesarios, debido a que hay algunas patologías que podrían aparecer, que tienen síntomas similares y es mejor descartarlas de entrada.

Usualmente, los cólicos arrancan en la tarde o en la noche y se extienden por dos o tres horas. No se puede hacer mucho para aliviarlos.

Es conveniente que los padres estén atentos a fenómenos como: cambio en el patrón de llanto o de horario, aparición de fiebre, sangre en la materia, asociación de vómitos. Estos elementos deben llevar a una consulta inmediata. Es decir, hay que descartar que atrás del llanto no haya nada más. Si no tiene fiebre, si comió en forma normal, si hizo caca, si no está sucio, si no tiene frío o calor.

En general, los cólicos son muy molestos, pero sobre todo muy inquietantes para los padres. A ningún padre le gusta ver a su hijo llorar. Una vez que descartan otras causas y que se aprenden a reconocerlos, no es más que el malestar que provocan.

Primeramente, los padres deben calmarse, ya que la ansiedad es contagiosa. En esos momentos es fundamental turnarse, para no agotarse y desgastarse. Incluso, si uno está sobrepasado puede irse a otro cuarto hasta que se sienta mejor, mientras su pareja se ocupa del niño.

No hay fórmulas mágicas para manejar los cólicos. Cada bebé es diferente y cada familia también.

Para tranquilizarlo se puede acunarlo, tenerlo en brazos, ponerlo en posición boca abajo, poner media luz, silencio, evitar los paseos y acunados violentos. Se recomiendan hacer masajes en la zona abdominal. También, un baño tibio y/o el chupete puede ayudar.

Es importante no tenerle miedo a las mañas. Los bebés necesitan sentirse contenidos y muchas veces eso solo es suficiente.

Más allá de las causas gastrointestinales, si los padres se angustian por el llanto o se ponen ansiosos terminan transmitiéndole esa tensión al bebé, que como consecuencia se estresará más. Es un círculo vicioso que en algún momento debe cortarse.

Por otro lado, las madres deben ser conscientes de que los bebés no solo lloran por hambre, y por lo tanto, no hay que ponerle el pecho si ya comieron hace minutos.

¿Se pueden evitar?

En realidad es poco lo que se puede hacer. Lo más importante es aprender a reconocerlos, descartar otras patologías y tener claro que, fuera de lo molestos que son, nada grave está pasando.

Si el aire que ellos tragan es un factor importante, es claro que ayudarlos a hacer provecho ayuda mucho, así como mantener la cabecera de la cama elevada. También ayuda tratar de que la lactada sea un momento sereno, que la posición en que mama sea confortable para el bebé y la madre, y que puedan haber pausas en la alimentación.

Es fundamental recordar que la leche materna es un fluido biológico, por lo que participa de lo que la madre ingiere. Estimulantes como refrescos cola, café, mate, té en exceso pasan por la leche y pueden ayudar a excitar al niño. Lo mismo sucede con medicamentos.

¿Se recomienda dar factor AG?

A muchos padres les dicen que no salgan del sanatorio sin factor AG. Sin embargo, no esta demostrado que eliminen los cólicos.

Ayuda a eliminar los gases, como lo hace también en el adulto. Otra ventaja es que es dulce y rico. A veces el niño está llorando y se le dan dos gotas de factor AG y para de hacerlo. Los padres piensan que las gotas son mágicas, pero en realidad es que le gustaron por el sabor. Un día serán fantásticas y otro no harán efecto. Pueden usarse porque ayudan y no tienen contraindicaciones.

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