"El miedo" detrás de las denuncias falsas de secuestros de niños

Enseguida, efectivos policiales cercaron la zona y detuvieron a cada vehículo de color rojo que veían hasta que por fin dieron con un hombre que calzaba con las caracteristicas que la mujer había denunciado. A través de las redes sociales, vecinos se enteraron del hecho y entraron en cólera: incendiaron neumáticos, cortaron calles y convocaron una propuesta para denunciar la situación.

Mientras la Policía conducía a la comisaría de la zona al sospechoso de secuestrar a la niña, un médico de la policlínica llevaba consigo a la menor. La mujer se la había olvidado en el centro de salud. Todo se trató de una falsa alarma amplificada por las redes sociales.

El jueves, la historia se volvió a repetir. Efectivos de la seccional 20 de Canelones se presentaron en la escuela 254 de Casarino, donde varios vecinos habían organizado un corte de la ruta 84 en reclamo de más seguridad, luego de que un hombre de la zona contara que a su hija de cuatro años la habían intentado raptar.

Según el relato del hombre, sobre las 8:30 de la mañana, cuando llegaba a la escuela junto a su hija, dos personas se bajaron de una camioneta de color negro y se dirigieron hacia la niña que caminaba a 20 metros de él. Al advertir que se acercaban la llamó y los dos hombres volvieron a subir a la camioneta y se fueron del lugar. El hombre hizo la denuncia recién luego de que los efectivos policiales lo ubicaran en la manifestación, varias horas después.

Sin embargo, luego de que se revisaran las cámaras del lugar, pudo constatarse que el padre, la niña y la camioneta de color negro no estaban en el lugar en el momento en el que supuestamente se dio el intento de secuestro. Los comerciantes de la zona tampoco vieron nada.

El último caso se dio este viernes. Fue denunciada la desaparición de una niña de 8 años de la Escuela 231 de El Pinar. La historia se viralizó rápidamente en redes sociales, y se organizó una búsqueda en las inmediaciones.

La niña apareció a 100 metros de la escuela. Se había pintado las uñas a escondidas y para evitar que su padrastro la rezongara, se escabulló por una puerta lateral del centro educativo para luego ocultarse.

El miedo y la conmoción

Los tres casos de falsos secuestros llegaron pocos días después de que se encontraran los cuerpos de Brissa González, de 12 años, y de Valentina Walter de 9 años, tras ser secuestradas, abusadas y asesinadas. Para el director de las Mesas locales para la Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, Gustavo Leal, esos antecedentes influyen. "Cuando el pánico se hace fuerte la sociedad se hace más débil y manipulable", afirmó.

Según dijo el experto al Portal Ecos, las personas "creen cosas que no son. Posiblemente (...) por ese estado de conmoción social".

Esta semana, el director de la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior, Fernando Gil, dijo a El Observador que creen que detrás de estas falsas denuncias puede estar la delincuencia organizada, tratando de distraer a la Policía.

Leal sumó el factor del miedo y dijo además que hay quienes se "aprovechan" de estas circunstancias para "reafirmar sus posiciones ideológicas y políticas" al promover manifestaciones "ante situaciones que ni siquiera confirman".

"Muchos creen que la seguridad del país está muy mal y que el Frente Amplio defiende a los delincuentes. Cosas que manifiesta la derecha de este país con mucha insistencia. Luego que se informan sobre estos casos reafirman su postura", dijo el especialista a Ecos.

El Ministro del Interior, Eduardo Bonomi, en tanto, dijo que detrás de estos hechos puede existir una intención de hacer que la denuncia pierda efectividad, distraer a la Policía, o bien "generar un malestar o malhumor social".