"El productor neozelandés no tiene como variable un camino inaccesible o un conflicto laboral"

¿Qué responsabilidades tiene en CRV Ambreed?
Soy técnico de campo. Mis responsabilidades incluyen la alimentación diaria de los toros en producción, asistir en el movimiento previo y posterior a la colección de semen, asignación de franjas de pastoreo diarias para toros menores al año, el chequeo de la condición sanitaria general y llevar a cabo la toma de muestras y vacunaciones programadas. CRV es la tercera empresa más grande en comercialización de genética animal a nivel mundial, tiene base en Holanda y Bélgica y en Sudamérica tiene sede en Brasil. Principalmente se dedica a la genética bovina de razas lecheras, pero en Brasil el enfoque es hacia las razas carniceras.

¿Desde cuándo trabaja en Nueva Zelanda?
Trabajo desde octubre de 2013. Antes lo hice en un tambo en la región de Waikato (isla norte), hasta mediados del año pasado. Es un tambo de 310 vacas, 90 hectáreas, con un modelo de producción pastoril con poco nivel de inclusión de concentrados. Hay dos personas trabajando diariamente. Es muy importante el manejo de la pradera, básicamente constituida por raigrás perenne y trébol blanco.

¿Qué aspectos lo sorprendieron en todo este tiempo en relación a cómo se produce en ese país?
Creo que la mayor diferencia a nivel del sector lechero es el nivel de industrialización. Desde la parcela hasta la fábrica de Fonterra, todo funciona como un relojito. Hay una cierta estructura jerárquica en la cual los jóvenes empiezan como ayudantes de campo, siguen a gerentes del rodeo y terminan con la figura de sharemilker. El sharemilker es el dueño de las vacas y el encargado de la producción de leche mientras comparte el 50% de las ganancias con el dueño de la tierra. También hay establecimientos donde el dueño de la tierra es el propietario del rodeo, en estos casos no existe esta posición. Hay jóvenes que terminan el liceo a los 16 años y se dedican plenamente a la lechería, llegando en muchos casos a ser sharemilker o tener su propio establecimiento. También me sorprendió el estado de la caminería rural, siendo en su mayor parte caminos asfaltados, principalmente en la isla norte, donde se concentra más del 50% de la producción.

Supongo que ha convivido con profesionales de otras nacionalidades, ¿qué los distingue de quien se formó en Uruguay?
He tenido la posibilidad de conocer jóvenes profesionales, principalmente locales y asiáticos. Es difícil discernir si la diferencia proviene de la cultura o de la formación profesional. Las carreras de grado en Nueva Zelanda tienen una duración de tres años, por lo que la formación es más específica y no tan amplia. Los nichos del mercado laborar son más marcados. No existe el ingeniero agrónomo, sino que existe el agrónomo (especializado en pasturas), el licenciado en ciencias agropecuarias o el licenciado en negocios agropecuarios.

¿Le parece que todo lo que allí se hace, como se hace, puede trasladarse a la realidad uruguaya?
No, por diversas razones. A nivel agropecuario los mejores suelos en Nueva Zelanda son para la lechería y no hay una segunda opción. La agricultura es para consumo interno o como apoyo a la producción lechera (maíz para silo). Los suelos en los cuales se encuentran los tambos son de muy alta fertilidad, con un alto contenido de fósforo y el clima permite una mayor longevidad de las pasturas gracias a temperaturas que rara vez superan los 26 °C en verano. La recolección de leche funciona de manera perfecta, el productor neozelandés no tiene como variable un camino inaccesible o un conflicto laboral que lo obligue a perder uno o más días de producción. A su vez los programas como la working holiday y el alto nivel de inmigración permiten una mayor disponibilidad de mano de obra. Todo esto no significa que no se deban adaptar tecnologías que son compatibles con la realidad uruguaya. Este es el caso del manejo del agua a nivel de parcelas, el manejo del agua de riego (principalmente en el caso de las planicies de la isla sur, dónde el riego es una variable crucial en la producción) y el alto nivel de avance genético. No pienso que Nueva Zelanda es un modelo a seguir como muchos colegas afirman, pero sí punto de referencia cuando hablamos de avance y tecnología.

¿Qué visión se tiene en Nueva Zelanda de Uruguay?
Aquellas personas que asocian a Uruguay como país agropecuario están al tanto de las inversiones de sus compatriotas, como fue el caso de NZ Farming Systems. Al haberse tratado de una operación no tan exitosa, la visión sobre el potencial de nuestro país es algo limitada. En este momento los ojos están puestos en países como Colombia, México y Brasil.

¿Qué puede decir sobre qué imagen tienen del productor los ciudadanos en Nueva Zelanda?
El productor o farmer es parte de la cultura neozelandesa. Se representa con sus clásicas botas de goma, short corto y camiseta. Está asociado al trabajo duro y está presente en cada rincón del país. Fonterra es propiedad de los productores y al tratarse de la empresa más importante del país, hay un alto grado de valoración del rubro.

¿Qué planes se ha trazado?
Mi plan es volver a Uruguay. El momento para adquirir nuevos conocimientos fuera del país era luego de terminar mi carrera. Por eso decidí trabajar en Nueva Zelanda este tiempo y tengo planificado empezar un estudio de postgrado. En mi regreso, me encantaría poder aportar al crecimiento del sector aprovechando la oportunidad de vivir y trabajar en uno de los países líderes en tecnología y economía agroexportadora a nivel mundial.

La ficha del entrevistado

Datos: Nació el 24 de diciembre de 1989, en Montevideo.
Familia: Sus padres son Ernesto y Geraldine y tiene una hermana: María Victoria (18 años).
Profesión: Ingeniero Agrónomo; egresó de la Udelar.
Pasatiempos: Jugar al fútbol y al tenis.
Fútbol: Hincha de Peñarol.