¿Por qué nos rascamos cuando lo hacen otros?

Se trata de una reacción programada en el cerebro, no solo en humanos y primates, sino también en roedores

Tiempo de lectura: -'

13 de marzo de 2017 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington han descubierto por qué, al igual que en el caso de los bostezos, ver a alguien rascándose es un comportamiento contagioso.

Según explicaron los científicos en la revista Science, esta reacción está "programada" en el cerebro.

Hasta ahora, se creía que el picor contagioso ocurría solamente entre seres humanos y otros primates, pero se descubrió que también afecta a los roedores.

En un experimento, los investigadores colocaron un ratón en un recinto frente a una pantalla que mostraba a otro roedor rascándose compulsivamente. A los pocos segundos, el ratón del recinto también comenzó a rascarse. "Esto fue muy sorprendente, ya que los ratones son conocidos por su mala visión. Ellos utilizan el olfato y el tacto para explorar el entorno, por lo que no sabíamos si un ratón se percataría del viídeo. No solo lo hizo, sino que se dio cuenta de que el ratón que aparecía en él se estaba rascando", dijo Zhou-Feng Chen, director del Centro para el estudio del picor de la Universidad de Washington y principal autor del estudio.

El equipo descubrió cómo una región del cerebro llamada núcleo supraquiasmático (NSQ), que controla cuándo los animales se duermen o se despiertan, se activó de forma notable luego de que el ratón viera el video. Se cree que esta estructura liberó una sustancia química llamada PLG (péptido liberador de gastrina), un transmisor de señales entre la piel y la médula espinal. "El ratón no ve a otro rascándose y entonces piensa que tiene que hacerlo también, sino que su cerebro empieza a enviar señales de picazón utilizando el PLG como mensajero", explicó Chen.

Para comprobar esta teoría, los científicos utilizaron varios métodos para bloquear el PLG o el receptor que lo une a las neuronas en la región NSQ. En esos casos, los ratones no se rascaron al ver el video, pero sí lo hicieron al ser expuestos a sustancias que inducen al picor.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.