¿Qué elementos deben tener en cuenta las empresas antes de lanzarse al teletrabajo?

Hay algunas claves y reglas que conviene tener en cuenta por trabajadores y empleadores

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18 de marzo de 2020 a las 05:04

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Por estos días son varias las empresas de distintos rubros que comenzaron a implementar la modalidad de teletrabajo con sus empleados, como forma de prevención del coronavirus y en la medida que el tipo de tarea a desarrollar lo permite. Se trata de una experiencia nueva para la amplia mayoría de los trabajadores y empleadores. En diálogo con El Observador la abogada y socia del estudio Ferrere, Verónica Raffo explicó algunas claves y reglas que deben de quedar claras y conversadas entre las dos partes antes de lanzarse al home office.

¿Qué tipo de reglamentación existe en el país?

No existe una reglamentación específica en Uruguay. A nivel internacional el teletrabajo está regulado por el convenio internacional 177 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) denominado como “Convenio de Trabajo a Domicilio”. Asimismo, existe una recomendación de esa organización que también regula el tema.  Pero Uruguay no ha ratificado el convenio, y si bien es miembro de la OIT, no tiene obligación de cumplir con lo dispuesto por la recomendación. Por lo tanto, no son normas jurídicas que deban aplicarse en Uruguay.

¿Qué cosas se deberían acordar entre la empresa y el trabajador antes de poner en marcha esta modalidad?

Hay temas básicos que se deben coordinar y que tiene que ver primero con las herramientas de trabajo. Esto supone definir la tecnología que se va a usar y los costos asociados a la misma (laptop, wifi, celular). “El concepto general es que trabajar desde la casa no puede implicar mayores costos para los empleados y si es así, tendrían que coordinar con la empresa como se compensarían”, explicó Raffo.  

En segundo lugar está el tiempo de trabajo. Según explicó, trabajar desde la casa no implica un cambio en las condiciones de contratación respecto al horario y los descansos, por lo que debe implementarse algún sistema de control de la dedicación diaria.

Y en tercer lugar mencionó la confidencialidad de la información. Como el teletrabajador no cumplirá sus tareas desde las oficinas de la empresa, es importante remarcar la importancia de la confidencialidad y la seguridad de la información que manejará el trabajador. “Es recomendable regular las condiciones de extracción y utilización de la información”, apuntó.

¿A qué velocidad implementarlo?

Para la experta lo ideal sería que el teletrabajo se implemente de manera gradual y no sumando a la totalidad del personal desde el comienzo. En tiempos normales, las empresas que implementan el sistema de home office lo hacen en forma mucho más estratégica y coordinada.

En este caso, todo el sector privado que puede hacerlo intentará un gran ensayo general que claramente va a requerir acomodamientos y flexibilidad de ambas partes, explicó Raffo.

“En el particular contexto que se están adoptando las decisiones en este momento, es probable que se decida empezar a teletrabajar en forma urgente e imperfecta y alcanzando a muchos empleados con la modalidad porque se busca minimizar la cantidad de gente adentro de las empresas”, afirmó.

La confianza

En general, los esquemas de teletrabajo implican un importante nivel de confianza entre las partes. Se parte de la base de que los empleados van a actuar de forma eficiente y que van a aportar valor aunque no trabajen en forma presencial. Y a su vez los empleados, tienen que confiar en que la empresa los va a evaluar en forma justa e involucrar con el resto de los equipos a pesar de que no estén en la oficina, explicó Raffo.

Una oportunidad a futuro

La experta considera que la nueva experiencia puede ser una buena oportunidad para sacar conclusiones a futuro sobre esta modalidad, tomando en cuenta la flexibilidad de la que tanto se habla hoy y que es buscada por trabajadores jóvenes, por ejemplo.

“Estamos ante una enorme crisis que empuja en este sentido, pero como corolario muchas empresas que hasta ahora eran muy tímidas a la hora de practicar el teletrabajo se van a ver obligadas a hacerlo. Y esto debería marcar la cancha a futuro, porque no hay duda que el moderno mundo del trabajo implica mucha más flexibilidad y colaboración que la actual”, afirmó.

Desde su punto de vista también será necesario revisar ciertas limitaciones legales que disuaden en general de la aplicación de estos sistemas.

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