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¿Qué pasó con las creadoras de Bienbebenido?

María José Moreira y Gabriela Schimchak vendían ropa para bebé en forma de originales arreglos florales. Hablan sobre las lecciones que les dejó su pasaje por el emprendedurismo
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10 de abril de 2019 a las 05:00

En 2011 Café & Negocios publicó una nota sobre Bienbebenido, un emprendimiento de dos uruguayas que, en forma de ramo, vendían ropa para bebés recién nacidos. Los productos se presentaban en pequeñas macetas, la ropa, doblada como flores formaba un ramillete apto para todas las salas de maternidad. En ese año Bienbebenido fue uno de los finalistas del Premio EmprendO de El Observador. 

María José Moreira y Gabriela Schimchak fueron las creadoras del emprendimiento que duró hasta 2014, cuando, por el cierre de sus proveedores en Argentina, decidieron darlo por finalizado. 
Las emprendedoras conversaron con Café y Negocios para la primera nota de un nuevo ciclo de Qué pasó con?, en el que se da cuenta de cómo evolucionaron los emprendedores que se han dado a conocer en el suplemento. 

Moreira se dedica hoy exclusivamente a su familia y recuerda lo que aprendió de la experiencia Bienbebenido: “nuestro producto era muy de nicho, porque la tasa de nacimiento en nuestro país no es alta. Aprendimos que fabricar en Uruguay es casi inviable, tenemos un precio de mano de obra muy alta”. Si bien ha tenido propuestas, y no descarta incursionar en turismo y servicios, hoy le cuesta un poco más animarse a emprender. “En Uruguay las condiciones de producción son titánicas, somos un mercado muy chico con costos fijos y de producción muy altos” agregó.


Sobre las flores de ropa, que cada una de ellas formaba a mano, Schimchak recuerda porqué la tarea se volvió difícil. “Era mucho trabajo, y la gente no te paga la mano de obra artesanal, igual ahora me metí en algo re artesanal” dice sobre un nuevo emprendimiento que está planeando. 
La idea de Schimchak es hacer productos para niños en telar con lana merino uruguaya. “Siempre odié la lana porque me picaba y me di cuenta de que era porque usaba lana gruesa. La merino tiene fibras finas y es más suave. Además me interesa el cuidado del medio ambiente, estamos plagados de productos sintéticos y la lana es un producto biodegradable con muchas propiedades” contó.

Voluntariado

A la par de su trabajo y la idea de emprender, Gabriela Schimchak toma sus ratos libres para ser “la sachetera de Montevideo”. Bajo ese nombre es la líder de un proyecto voluntario en el que confecciona capas de lluvia para niños usando sachets de leche y yogurt y una selladora de calor. Este emprendimiento social que nació en Argentina tiene como objetivo final donar el producto a quienes lo necesiten. Schimchak trasladó la idea a la realidad montevideana después de contactar a las creadoras del proyecto y, si bien suele trabajar sola, hace un año que llevó la idea a un liceo donde, en un taller de reciclaje, la ayudan con la producción.  

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