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Acto de clausura en la Rural del Prado: tres homenajes, las materas y una advertencia
Si bien los discursos, como suele suceder cada año, generaron la mayor atracción durante del acto de clausura de la 114a muestra ganadera de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), hubo otros momentos destacados sobre el mediodía de este sábado 14 de setiembre, en la undécima de las 12 jornadas de la Expo Prado.
El primero fue un cambio en el protocolo que establecía, hasta ahora, que el izamiento de los pabellones patrios frente al palco oficial era una responsabilidad en manos de las autoridades de la gremial anfitriona. Esta vez, en un gesto elogiado, para reconocer a tres personas, la ARU designó a para tal honor a la maestra rural Silvia Nauar, de Cerro Largo, simbolizando en su presencia a todos los maestros rurales, quien izó el pabellón nacional; a don Evaristo Melo, cabañero de 80 años y con 30 años trabajando en la exposición ganadera de la Rural de Prado izó la de Artigas; y a Mario Grandal, jefe de exposiciones con 40 años trabajando en ARU y en su última Expo Prado previo a la jubilación izó la de los Treinta y Tres Orientales.
Otro cambio con relación a anteriores ceremonias fue que en tanto fueron desfilando los grandes campeones, se mencionó no solo al ejemplar y a la cabaña criadora y/o expositora que era lo habitual, también se dijo el nombre del cabañero cuidador del animal, recibiendo cada uno de ellos de obsequio una matera artesanal con entregas realizadas por autoridades de la ARU que a tales efectos se trasladaron momentáneamente del palco al ruedo: Gabriel Capurro, presidente de la ARU; Rafael Ferber, director de exposiciones de la ARU; Gonzalo Valdez, directivo de la ARU; y Alejandro Tedesco, directivo de la ARU.
Finalmente, en una situación que tampoco se había dado otros años, Juan Carlos López -conductor del acto-, a pedido de la organización advirtió a los presentes en la Rural del Prado que estaba prohibido, por motivos de seguridad, ingresar al ruedo durante el acto que se extendió durante algo más de dos horas, seguramente buscando impedir contratiempos como el que hubo en el acto inaugural, el miércoles 4, cuando un grupo de jóvenes de entidades protectoras de los animales ingresó sin permiso al ruedo interrumpiendo el discurso de Capurro, tras lo cual fueron expulsados del predio de exposiciones.
