Ines Guimaraens

Acuerdos de precios, una receta repetida y cuestionada cada vez que la inflación ronda el 10%

Lejos de combatir las causas del problema, la medida ha funcionado solo como un alivio pasajero para contener el IPC por unos pocos meses; la mayoría de los economistas la rechaza

Tiempo de lectura: -'

12 de mayo de 2020 a las 05:03

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Cada vez que la inflación llega a 9% o supera la barrera psicológica del dígito, como ocurrió el pasado abril (10,9% interanual), la idea se suma rápidamente al menú, sin importar el gobierno de turno. El acuerdo de precios es una herramienta a la que antes había recurrido las distintas administraciones del Frente Amplio (FA) en más de una oportunidad y que ahora vuelve a reeditar el gobierno de coalición que lidera el Partido Nacional en medio de la crisis social y económica generada por la pandemia.

La medida tiene efectos en el corto plazo, pero es poco efectiva para el combate de la inflación en el largo plazo. Así lo repiten varios analistas económicos por estos días.

“Los acuerdos voluntarios de precios son ineficaces: no afectan causas inflacionarias subyacentes, ni las expectativas. Ni siquiera tienen efectos perdurables sobre los síntomas. Y son una muy mala señal sobre la pretendida mejor calidad en las políticas macro”, escribió en su cuenta de Twitter el economista Aldo Lema, poco después que se conociera la negociación que autoridades de gobierno llevaban adelante con proveedores y grandes superficies para sellar el acuerdo anunciado el viernes a última hora.

Incluso la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche reconoció durante la conferencia de prensa que no es la forma de combatir la inflación. “Esta medida no ataca las causas inflacionarias, ya que este contexto se aborda con medidas de coordinación en lo que tiene que ver con la política monetaria, cambiaria, fiscal y de ingresos, y es en esas líneas macroeconómicas que se continúa trabajando, subrayó. Esta vez incluirá alrededor de 4.000 artículos de la canasta básica y será por tres meses, aunque sujeto a la evolución de variables como el dólar, por ejemplo.

Pero vale repasar que ocurrió en el pasado cercano y en qué contexto se promovieron los acuerdos de precios desde el Poder Ejecutivo.

2015

El último acuerdo entre el gobierno con los supermercados, importadores y sectores de la industria para "congelar" el precio de venta de unas 1.300 variedades de alimentos envasados, bebidas, artículos de tocador, higiene personal y algunos cortes cárnicos había estado vigente entre agosto y setiembre de 2015. Se extendió por 60 días y fue durante el segundo mandato del ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori. Por esos días, la inflación había regresado a la franja de 9%.

"Yo estoy seguro de que va a tener éxito, que vamos a lograr con esta medida una desaceleración importante del proceso inflacionario y con ella seguir luchando sin tregua contra este desequilibrio importante que no puede persistir en Uruguay", afirmó Astori durante una  conferencia de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) en julio de ese año. En esos meses el Índice de Precios al Consumidor (IPC) llegó hasta 9,48 % en agosto y bajó a 9,14 % en setiembre.

“Los rubros en que se acuerda el precio muchas veces ni siquiera se terminan concretando en los hechos y siguen subiendo igual, porque si al vendedor le suben los costos no puede comprometerse a dejar los precios congelados", recordó en julio de ese año  el economista Ignacio Munyo. Y añadió que lo que evitó que la inflación alcanzara el 10% en meses anteriores fue el congelamiento de tarifas y otros precios administrados aplicados con anterioridad.

La medida se renovó por tres meses más entre noviembre de 2015 y enero de 2016. El 2015 terminó con inflación de 9,44%, similar al punto de partida.

Luego entre febrero y julio de 2016 fueron meses con inflación de entre 10% y 11%, principalmente por la suba del dólar y por aumento de frutas y verduras  que se encarecieron por condiciones meteorológicas adversas. Al igual que ahora eran épocas de negociaciones salariales que no fueron del todo fáciles.

2014

Un año antes, en marzo de 2014 y con Mario Bergara al frente del MEF, la medida fue por 75 días e incluyó alrededor de 1.000 artículos. Cuando caducó, la alternativa fue que se aplicara con más flexibilidad por el lapso de un mes. Eso implicó que dejara de haber una lista y las decisiones quedaran abiertas a la política de cada empresa.

En esos meses el gobierno logró evitar que se alcanzara el 10% y la inflación en los 12 meses cerrados a abril fue de 9,18%, cuando en el año finalizado a febrero era de 9,82%.

“Hay algunas grandes superficies que se portan unas mejor que otras, pero creemos que en general el resultado es satisfactorio", afirmó Bergara en abril de ese año.

En ese paquete también se incluyó la eliminación de IVA sobre el cargo fijo de las facturas de electricidad y telefonía fija, la exoneración de IVA para frutas y verduras, una rebaja de 33% en el precio del 5 de Oro, y se aumentó el subsidio a las mutualistas para congelar el precio de la cuota mutual.

Luego, a mediados de año también se dispuso una rebaja en el precio de la tarifa eléctrica de UTE de 5,5% en promedio que sirvió para que la inflación cerrara el año en 8,26%.

2012

Otro acuerdo estuvo vigente en el último trimestre de 2012 cuando las grandes superficies acordaron rebajas de 10% en el precio de unos 200  productos, con excepción de carnes, frutas y verduras.

El IPC había llegado en octubre a 9,1% y terminó diciembre en 7,5%. Al año siguiente la medición interanual de los precios estuvo todos los meses por arriba de 8%.

2009

En enero de 2009  se acordó una rebaja promedio de 10% en 144 productos de la canasta básica, que estuvo vigente entre febrero y marzo de ese año. La medida fue acordada en aquel entonces por el ministro de Economía, Álvaro García y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Enrique Rubio, con las grandes superficies.

Ese acuerdo llegó después que en diciembre de 2008 y enero de 2009 la inflación trepara a 9,21 % desde un 8,5% previo en noviembre.

También estuvo acompañado por otra serie de medidas, como un ajuste de solo 2,3% en las tarifas de UTE, congelamiento de las tarifas de OSE y Antel, baja de combustibles, mantenimiento del precio de la leche, subsidios al boleto y la  cuota mutual, más exoneración de IVA para frutas y verduras, según había informado en ese momento el diario La República. El resto de ese 2009 –año electoral- la inflación fluctuó entre 6% y 8%.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.