¿Adiós modelos?

Campaña de publicidad, realización de eventos, patrocinios deportivos, acciones digitales, promociones, concursos, email marketing, y todo aquello que en este mismo momento se esta inventando, sirve como forma de captar la atención de un potencial cliente. 

Desde los inicios del mundo, las modelos fueron las encargadas (a través de su imagen como objeto del deseo) de vendernos ropa, autos, relojes, perfumes. 

Redondeando ESTIMULO – RESPUESTA. 

De alguna manera, acceder a este tipo de productos, promocionados con un envoltorio real, hace que el consumidor sienta un sentido de pertenencia, aunque sea efímero.

Teniendo su pico máximo en los dorados noventa con las súper modelos, todavía quedan algunos destellos y cortocircuitos de luz. En aquellos años dorados, esa belleza estaba rodeada de halo de glamour casi inaccesible para los pobres mortales. Pero incluso con esa distancia, una inteligente estrategia de marketing nos vendia desde una cacerola hasta un auto de lujo.

Pero aunque algunos chispazos quedan, en esta modernidad líquida, donde la tierra parece estar en fast forward, los generadores de tendencia pisaron el freno y doblaron. 

El ojo generador se posó en celebridades (por lo que sea, de Kardashian para abajo y todo lo que eso implique) cantantes, andantes, influencers y todos aquellos que tengan millares de seguidores, no solo para este país sino también para el resto del mundo (aplausos) cuya imagen se acerque al “estereotipo” de moda. 

Esta es la manera de acercarse a las audiencias que están mucho más segmentadas. La efectividad aumenta en las caras conocidas. 
Estas campañas y/o acciones con “líderes de opinión en redes” lo que buscan es mayor visibilidad de la marca. Resulta más beneficioso una cara conocida. 

Los datos demuestran que este fenómeno no para de crecer y las inversiones son cada vez mayores.

Estas acciones en redes no muestran inmediatamente los frutos, sino pasado el tiempo, desde un posicionamiento hasta el boca a boca y todo lo que esté en el medio también. Requiere tiempo y dosis desmesuradas de paciencia. 

El uso de estos “líderes de opinión 2.0” es que motiven emociones, fijan ideas, generan conductas, empatías, convirtiéndolas en embajadores (muy lejos de los pleni potenciaron) de la marca. 

Un producto aceptable, con una buena estrategia comunicacional, con una cara conocida, de la nada puede convertirse en algo con estilo en tanto transmita una idea o pensamiento. Políticamente correcto o no. 

Si el producto logra un nuevo estatus a través de las redes es porque el mensaje llega amplificado a la audiencia.  Así de claro. 

Las modelos son como los políticos: estuvieron antes y van a estar después. Aunque cualquiera se haga llamar modelo, aunque cualquiera se haga llamar político. Las modelos no son moda, son clásicos.