El tráfico marítimo enfrenta serias dificultades por conflictos que distorsionan el comercio mundial. El Mar Rojo es asediado con ataques de rebeldes de la zona y expertos advierten sobre el riesgo de un quiebre en la cadena de suministro a nivel mundial.
La naviera danesa Maersk, segunda más grande del mundo, decidió el mes pasado suspender en forma indefinida el pasaje de sus barcos por el Mar Rojo. La decisión fue tomada luego que el portacontenedores Maersk Hangzhou recibiera un ataque dirigido por rebeldes hutíes de Yemen.
“Toda la información disponible confirma que el riesgo para la seguridad sigue estando en un nivel significativamente elevado. Por tanto, hemos decidido que todos los buques de Maersk que vayan a transitar por el Mar Rojo y el Golfo de Adén se desviarán al sur del Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica) en el futuro previsible”, señaló la compañía a través de un comunicado.
Esa decisión todavía no ha sido modificada. Otras navieras, como Hapag-Lloyd, Mediterranean Shipping Company (MSC), ZIM y ONE, buscan todas las maneras posibles para evitar el tránsito por el Mar Rojo.
Wolfgang Wendefeuer
Contenedores
Un informe reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) relevó que el tráfico de buques por el Mar Rojo cayó 37% entre el 1º y el 16 de enero de 2024, en comparación con el mismo período del año anterior.
Desde el 19 de noviembre, los rebelde hutíes de Yemen efectuaron más de 35 ataques contra barcos en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, según detalló el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Eso llevó a las navieras a modificar las rutas en una zona por donde transita el 15% del comercio mundial.
Un informe publicado por el Banco Mundial indicó que si las agresiones continúan en marzo y abril, cuando el comercio mundial experimenta un repunte estacional, las limitaciones de capacidad podrían desencadenar una crisis en la cadena de suministro como la que ocurrió hace un par de años.
Recordó que la anterior crisis sucedió cuando el transporte internacional no pudo soportar la recuperación del comercio global que comenzó a fines de 2020. En ese momento, los cierres relacionados con la pandemia de covid-19 y la escasez de personal en los puertos hicieron que los buques tuvieran que esperar días o semanas para movilizar sus cargas y eso redujo la cantidad de embarcaciones disponibles para el transporte de mercadería.
“El origen de las tensiones en la cadena de suministro es diferente hoy en día, pero el resultado podría ser similar”, advirtió el documento escrito por Jean François Arvis, Cordula Rastogi y Daria Ulybina.
La suspensión de las operaciones a través del canal de Suez para evitar el Mar Rojo llevaron a que navieras como Maersk y Hapag-Lloyd, al desviarse por el Cabo de Buena Esperanza, agreguen entre 5.500 y 6.500 kilómetros y de siete a 10 días en un viaje normal entre Europa Y Asia. El documento añadió que la distancia adicional podría absorber hasta 1.9 millones de contenedores estándar (20 pies) de capacidad de envío, dependiendo de la estimación.
Los costos agregados por el viaje alrededor del Cabo de Buena Esperanza, que incluyen hasta US$ 1 millón en combustible por cada trayecto de ida y vuelta, se reflejan en tarifas de fletes más elevadas.
El escrito señaló que Maersk decidió agregar un “recargo por interrupción del tránsito” de US$ 200 por contenedor de 20 pies para los viajes entre Asia oriental, el norte de Europa, el mar Mediterráneo y la costa este de Estados Unidos. Complementó que MSC informó que impondrá un “cargo por ajuste de contingencias” de US$ 500 por contenedor en los fletes desde Europa a Asia y Medio Oriente.
Las alteraciones en el Mar Rojo tuvieron como resultado que el flete de Asia a Europa se incrementó a más de US$ 3.000 por contenedor de 40 pies, una suba del triple con respecto a la tarifa más baja de 2023, que había sido de aproximadamente de US$ 1.000.
“Esto podría significar que los exportadores de Asia estén compitiendo de nuevo por los espacios en los buques en previsión de interrupciones importantes en la cadena de suministro”, expresó.
Para las próximas semanas es probable que la capacidad de carga existente tal vez sea suficiente para atender las rutas marítimas más largas.
Pero si los ataques en el Mar Rojo se prolongan hasta marzo “podrían volver a tener un impacto significativo en el comercio global y las cadenas de valor mundiales”, concluyeron los expertos del Banco Mundial.