Ancap reclama por cambios en el mercado del supergás, que tiene un subsidio “insoportable”

Durante un taller para periodistas, las autoridades de la empresa volvieron a insistir en el perjuicio que hoy representa para las cuentas del ente  el subsidio del supergás, y que según el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic es algo que “se torna insoportable”.

En la actualidad, el precio Paridad de Importación (PPI) del supergás que marca la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) es de $ 60,13 por kg. Sin embargo, Ancap recibe $ 17,44 por ese combustible que el público paga hoy a $ 63,35 por kg. La diferencia (subsidio) de $ 42,69 por kg cuesta, a valores de hoy, unos US$ 96 millones por año. El margen de distribución promedio y envasado del GLP es de $ 34,44 por kg (hoy el 57% del precio). También se suman a la cuenta otros US$ 12 millones que corresponden al subsidio del supergás a granel.

En tanto, el representante de Cabildo Abierto en el Directorio del ente, José Luis Alonso, apuntó contra los contratos hoy existentes con las empresas del sector, que definió como “leoninos” porque, según dijo, “se le contemplan todos los costos a la cadena de distribución y envasado”. Ancap ya comunicó que dos de los contratos que vencen en 2023 no se van a renovar en las condiciones actuales.

La cadena de abastecimiento tiene como único proveedor a Ancap. La petrolera estatal es quien produce, almacena e importa. En tanto, la cadena de envasado y distribución es de libre competencia, pero a la vez está regulado. El envasado lo realizan dos empresas: Gasur y Megal, mientras que la distribución está a cargo de cuatro empresas: Acodike, Riogas, Ducsa y Megal. La cadena también se compone de pequeños transportistas, subdistribuidores y fleteros.

Según el ente, las soluciones pasan por una nueva regulación del sector, nuevos términos de contratos y un “tratamiento del subsidio generalizado” que hoy existe.

En el gobierno se está estudiando la posibilidad de modificar el subsidio general y focalizarlo en las familias de menores recursos, aunque se reconoce como algo difícil de instrumentar. También está en carpeta la revisión de otros aspectos vinculados a la cadena de envasado y distribución. Esto es parte de la revisión integral del mercado de combustible.

Los números de 2021

En el mercado monopólico de Ancap, la pérdida fue de US$ 32 millones. En este período, la empresa tuvo ingresos por debajo de los precios de importación durante ocho meses.

La no adecuación del precio de venta de los productos en el mercado interno a la evolución del mercado internacional significó para Ancap una pérdida de ingresos de US$ 159 millones en el período. De esa cifra US$ 96 millones corresponden a la brecha de precio del supergás, US$ 19 millones a nafta Súper y US$ 15 millones a gasoil. El resto corresponde a otros productos.

Por su parte, hubo ganancias por ventas a otros mercados y negocios, que ascendieron a US$ 41 millones. Aquí se incluyen, por ejemplo, exportaciones a las pasteras, bunker, lubricantes, gas natural, portland y combustible de aviación que ahora se puede importar.

También sobresalen las ganancias por ventas de gasoil a UTE para generación de energía exportable (US$ 56 millones). Esa operación se vio puntualmente favorecida por la crisis hídrica que afectó a Brasil y que disparó las importaciones de energía uruguaya desde el país vecino. El presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, lo definió como algo “absurdamente excepcional”.

De acuerdo con la presentación del balance, Ancap cerró el año con un resultado operativo positivo de US$ 102 millones. Eso fue contrarrestado por una pérdida financiera de US$ 30 millones. En tanto, las sociedades vinculadas al grupo aportaron ganancias por US$ 26 millones, y contabilizando otros US$ 10 millones de resultado por Impuestos a la Renta (IRAE), el resultado global fue positivo en US$ 88 millones en el año.

Resultados por empresa

Entre los resultados por participación en empresas se destaca que Ducsa (tiene el 66% del mercado) terminó con ganancias por US$ 25,2 millones. ALUR obtuvo resultado positivo de US$ 2,9 millones. El ente destacó la sustitución del “modelo asistencialista” para la producción de caña de azúcar en Bella Unión por un modelo de negocios “sostenible” basado en contrato a cinco años que incorpora “conceptos de eficiencia y reducción pre acordada del precio básico”.

Cementos del Plata cerró con un rojo de US$ 2 millones. El contrato vigente con la central termoeléctrica de Candiota en Brasil prevé ventas de cal en reales. El tipo de cambio desfavorable “pegó fuerte” en 2021, según dijo Stipanicic. La central brasileña también redujo su volumen de compra de cal a menos de lo pactado. A eso se suman pérdidas de US$ 13 millones en el negocio del portland. Esta cifra incluye el resultado contable por deterioro de US$ 6,3 millones.

Por otro lado, la demanda de combustibles en el mercado interno mostró una recuperación de 1% respecto a 2019 previo a la pandemia. En particular la demanda de gasoil registró un récord histórico que se explica por mayor actividad agrícola.

Además, Stipanicic afirmó que en 2021 se “consolidó” el cambio de gobernanza en las sociedades vinculadas con un único directorio, y la creación de un Centro de Servicios Compartidos que en seis meses generó ahorros por US$ 600 mil.

Pasivo ambiental por US$ 26 millones