Argentina: en la clásica calle Florida ya se ven más arbolitos que comercios

Las personas que se dedican a la compraventa de dólares cada vez son más en detrimentos de los negocios formales

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10 de febrero de 2021 a las 12:09

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Por Mariano Gorodisch/El Cronista-RIPE

Basta caminar por la peatonal de la calle Florida para ver el contraste. Mientras por un lado se ven cientos de persianas bajas, producto de que cerraron unos 550 comercios, por el otro los arbolitos que se dedican a la compraventa de dólares cada vez son más.

En cada cantero que hay, cada diez metros, pueden verse hasta cuatro arbolitos: uno en el margen derecho, otro en el izquierdo, otro adelante y otro atrás. Cada uno tiene su lugar, como si fuese el escritorio de una oficina.

El voceo de "pago más" delata que la mayoría se dedica más a comprar los dólares que venden los ahorristas para poder pagar cuentas que a la venta de divisas. Incluso, muchos citan "casa de cambio", como fórmula para dar apariencia de formalidad entre algún ahorrista despistado.

Hay momentos del día en que en la calle Florida, entre Mitre y Perón, se pueden ver más arbolitos que peatones. Todos con barbijo y alcohol en gel, para respetar los protocolos que impuso la pandemia.

Empiezan a llegar a las diez y media de la mañana. El mercado del informal abre a las 11 y a las 11.30 se va "formando precio", de acuerdo con el comportamiento previo del dólar MEP y del contado con liquidación, el sistema mediante la cual se forma el precio del billete informal.

El mercado cierra a las 16, así que todos los que van a comprar antes de las 11 o después de las 16 tendrán que pagar sobreprecio, porque los cambistas deben cubrirse en las dos puntas, tanto si abre para arriba como si lo hace para abajo.

Hay dos tipos de arbolitos. Por un lado está el cuentapropista, que maneja su propio cash y tiene comunicación directa con el corredor, que es quien le pasa las puntas compradoras y vendedoras, para que a partir de ahí puede comisionar y cobrar el "precio cara".

Es que el valor depende también del tipo de billete: hoy los únicos que valen el 100% son los US$ 100 de Franklin con "cabeza grande". A los de cabeza chica de US$ 100 se le descuenta 5%, porque solo se los acepta en los Estados Unidos. Lujos de la cuarentena y del cepo. Aunque cabe remarcar que si uno los deposita en el banco, tienen obligación de tomarlos. Los de US$ 20 y de menor denominación siempre cotizaron 3 pesos argentinos menos. El de US$ 50 ahora también entró dentro de ese grupo.

Para los pesos, si son billetes chicos (menores de 100 pesos argentinos) se les cobra el mismo recargo, aunque todo es negociable con el cambista. Es cuestión de regateo y de comparar precios.

Aunque varios arbolitos juntos suelen trabajar para el mismo mesadinerista. Estos "promotores cambiarios" suelen ponerse cerca de alguna casa de cambio, para tentar con mejores precios a quienes van ahí, pero como ahora están cerradas, no tiene mucho sentido. Ellos van a comisión de lo que consigan recargarle al precio de lista que les pasa el jefe. Los arbolitos, por último, no tocan plata: derivan al cliente a una galería donde se concreta la operación.

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