Así funciona un ojo biónico
Un estudio determinó que el dispositivo es seguro y eficaz a largo plazo
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26 de junio de 2015 a las 11:48
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Sin embargo, no se conocía el impacto que el aparato podía tener en los pacientes a largo plazo. Los resultados de un estudio publicado en la revista Ophthalmology –la revista de la Academia Americana de Oftalmología– demuestran que Argus II es seguro y eficaz a largo plazo.
El dispositivo consiste en una cámara de video en miniatura insertada en unas gafas que lleva el paciente y que envía las imágenes a una pequeña unidad de procesamiento de video computarizado que puede ser guardada en un bolsillo. Esta unidad transforma la imagen en señales eléctricas que se envían de forma inalámbrica a un dispositivo implantado en la retina y que envía al cerebro y este las transforma en imágenes.
Un dispositivo que mejora la calidad de vida
"Este estudio muestra que el sistema Argus II es una opción viable como tratamiento para las personas ciegas por retinosis pigmentaria y les puede aportar un cambio significativo en su calidad de vida proporcionando un beneficio prolongado en el tiempo", indica Allen C. HO, investigador del hospital de oftalmología Wills Eye (EEUU) y autor principal del estudio.
La investigación se llevó a cabo con 30 personas de entre 28 y 77 años en los EEUU y Europa. Según el estudio, todos los participantes se encontraban en una fase de retinosis en la que habían perdido casi la totalidad de la visión.
La FDA encargó a un grupo de científicos independientes un test de evaluación de la visión reducida, (FLORA, por sus siglas en inglés), en el que los pacientes se sometían a pruebas de identificación y seguimiento de líneas en el suelo u objetos cotidianos, además de entrevistas sobre su experiencia con Argus II.
Los resultados de FLORA mostraron que el 89% de los sujetos mejoraron su función visual con el dispositivo. Además, el 80% de estos, en las entrevistas posteriores indicaron que habían mejorado su calidad de vida sin efectos adversos.
A lo largo de los tres años posteriores a la implantación de Argus II solo 11 pacientes experimentaron algún acontecimiento negativo grave. La mayoría de estos sucedieron tras la implantación y fueron solucionados con éxito a excepción de un solo caso en el que se tuvo que retirar el implante.
"Espero que futuros estudios con esta tecnología posibiliten la expansión de la utilización de este producto para el tratamiento de otras enfermedades y lesiones en los ojos", concluye Allen C. HO.
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