Peñarol se retiraba en su ómnibus sin inconvenientes y con la Policía de Tránsito abriendo el camino, pero sin la guardia policial habitual.
Eso llevó a que mientras se iban de Jardines del Hipódromo, comenzara una lluvia de piedras en contra del bus.
Se rompieron algunos vidrios y el arquero argentino Pablo Migliore fue quien se salvó de una pedrada en su cara, ya que una piedra le pasó muy cerca.
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