Caras, manos y discursos: las estrategias que Talvi y Andrade podrán aplicar

El precandidato colorado Ernesto Talvi y el frenteamplista Óscar Andrade lo saben muy bien. Lo tuvieron claro desde un principio (en el caso de Andrade) o se dieron cuenta después (en el caso de Talvi) cuando decidieron verse las caras a semanas de una elección interna pese a no ser rivales directos. Van a debatir –algo que no ocurre desde 1994- y lo harán en el horario central de la televisión. Los dos, de antemano, tienen una victoria asegurada: se harán conocer y así lucharán contra una de las cifras (las de desconocimiento) que más les molesta.

Pero, ¿qué recaudos deberían tomar estos precandidatos para que su presencia televisiva sea exitosa? ¿Qué estrategias políticas y comunicacionales deberían poner en práctica en la noche de este jueves para incidir de alguna manera en las urnas? El sociólogo Federico Irazabal y el experto en comunicación Gustavo Rey, se expresaron al respecto en conversación con El Observador.

Para Rey, aunque “hay que tomarlo con pinzas” y son los asesores de los comandos aquellos que “tienen más información” sobre el precandidato y sus objetivos, existen algunas reglas básicas que Talvi y Andrade no deben olvidar.

“Pestañear en forma excesiva”, “tragar saliva” y tener “movimientos corporales incómodos”, son actitudes que, según el comunicador, los precandidatos deberán evitar porque “nada refleja más las emociones que la cara”.

El segundo foco a poner atención, desde este aspecto, son las manos. “Si las manos refuerzan una idea, eso va a proyectar seguridad, intensidad, firmeza. Todo cambia dependiendo de si es un movimiento super distractivo o si es un movimiento seguro", sostuvo Rey.

Tener “ideas fuerza” claras y saber transmitirlas también será clave desde el punto de vista comunicacional, porque para Rey, la mayoría de la teleaudiencia se quedará solamente con “una imagen, una emoción y alguna idea fuerza”. “Ni tres, ni cinco, ni ocho, alguna idea fuerza”, enfatizó.   

Con respecto a la vestimenta y a la barba, Rey no cree que haya novedades ni que las deba haber. "Si hoy Andrade va con más o menos barba, no le va a quitar ningún voto de los que ya tiene. Tiene un marco de votantes que, el hecho de que use barba, o que la barba esté sin arreglar, no le resta. En el caso de Talvi, no creo que de una imagen de doctor de Chicago. Puede dar una imagen más cercana a nosotros como teleaudiencia. Puede ser que tenga una camisa y un saco, no creo que aparezca de corbata porque marcaría mucho la distancia entre quien representa más el mundo trabajador y quien representa el mundo profesional", profundizó el periodista radial y profesor universitario.

Desde su punto de vista, Andrade tiene un discurso político (y sindical) trabajado desde hace muchos años y Talvi uno más profesional que ha ido acomodando a este nuevo mundo político donde se introdujo.

Según informó canal 4, que emitirá el debate que será conducido por el periodista Daniel Castro, los precandidatos hablarán parados y con atriles, durante una hora. El debate se dividirá en ejes temáticos y se centrará en la “visión política, económica y social del Uruguay y del mundo” de cada uno de los precandidatos.

"La escena comunica mucho en cuanto a la apertura de su apoyo, de sus ademanes. Lo que se podrá observar ahí es si uno está más incómodo que el otro. Y lo que refleja más la incomodidad es la cara. Entonces va a haber primeros planos, por ejemplo, está Talvi hablando, va a haber primer plano a la cara de Andrade. Y viceversa. Y ahí, sus asesores le pueden decir dos cosas: miralo a los ojos, sostenele la mirada, o le pueden decir, en algún momento mirá hacia abajo tus papeles y cuando te toque hablar ahí le sostenés la mirada”, analizó Rey.

“Todoterreno” vs “hombre de políticas sociales”  

Para el analista político Federico Irazabal, aunque en el debate cada uno defenderá “el modelo que representa”, hay estrategias que tanto Talvi como Andrade pueden tomar para sacar ventaja.

Andrade, según Irazabal, deberá tratar de correr al colorado de su idea de un "liberalismo progresista" y llevarlo al campo del neoliberalismo y de políticas “privatizadoras”.

En ese sentido, el comunista podría usar la propuesta de Talvi de multiplicar por 136 los liceos como el Impulso, que tiene en quien fue director ejecutivo de Ceres (Centro de Estudio de la Realidad de Economía Social) uno de sus fundadores.

“Ahí Talvi tiene un flanco débil, porque el liceo Impulso, naturalmente es un emprendimiento privado, si bien tiene un carácter público o abierto, no es para todo el mundo. De todas formas, desde el otro lado, sería un poco injusta la crítica dado el estado actual de la educación en el Uruguay", expresó el consultor político.

A su vez, debe reforzar su posición “de dirigente sindical, de comunista, de hombre de izquierda, con algunos datos del mundo del trabajo, que pueden tener que ver con las políticas sociales", según Irazábal.

Talvi, por su parte, debería “destacar su rol de economista” sin perder de vista “contra quién está debatiendo”. Para el politólogo, el precandidato opositor debe reforzar “esa imagen de hombre todoterreno” como lo marcan sus publicidades: “es el economista que va a Estados Unidos y habla de economía pero también es el hombre que en Casavalle le dio vida al proyecto del liceo Impulso y que entonces está preocupado por lo comunitario, por el proceso de inserción social de determinadas comunidades”.

Para Irazabal esa es una ventaja para Talvi que debe remarcar y en la que Andrade pisa en falso porque “no tiene esa posibilidad de desdoblarse para dos segmentos del electorado bien diferentes”. 

Por último, el sociólogo pronosticó que el conflicto en Venezuela aparezca en el debate junto con la valorización de la  democracia. Talvi, en ese sentido, podría apostar sus fichas en remarcar “el fracaso del comunismo” y dejar claro que Andrade no es un precandidato cualquiera dentro del Frente Amplio sino aquel que representa al Partido Comunista.

Lo que Irazabal y Rey no necesitan pronosticar es que, pase lo que pase, por la exposición mediática que un debate genera de por sí, los dos ya ganaron.