La noticia doméstica de esta semana es que, finalmente, dos precandidatos a la presidencia sostendrán un debate en la televisión abierta. Los que, por fin, se atrevieron a dar este paso son Óscar Andrade (Partido Comunista – Frente Amplio) y Ernesto Talvi (Ciudadanos – Partido Colorado). El programa que logró el milagro fue Todas las voces, que conduce el periodista Daniel Castro en canal 4. Que un debate sea noticia no deja de tener un lado deplorable. Lo que debería ser la norma sigue siendo, en Uruguay –la mejor democracia de América Latina–, todavía una rarísima excepción. La “lógica” imperante entre la abrumadora mayoría de precandidatos sigue siendo el estar a favor de los debates en teoría, pero rehuirlos, siempre con una buena excusa, en la práctica. Primero el cálculo miope, de corto plazo. Luego, bien lejos, el respeto básico, axiomático, que la ciudadanía se merece.
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