Caso de salud mental de una presa fue estudiado por 88 técnicos en línea

El evento, que congregó en una misma teleconferencia a 88 personas que participaron desde 68 lugares diferentes, fue posible gracias a una iniciativa del doctor y profesor Henry Cohen, director del proyecto Echo en Uruguay.

“El objetivo es promover estrategias para el abordaje integral e interinstitucional de las personas privadas de libertad que presentan problemas de salud mental o consumo problemático de drogas”, explicó Cohen.

El proyecto Echo fue creado hace 17 años por el médico indio estadounidense Sanjeev Arora, con el objetivo de que médicos de localidades alejadas y áreas rurales del estado de Nuevo México pudieran acceder a dialogar e interactuar con especialistas, para instruirse y mejorar la atención de sus pacientes, sin necesidad de que estos viajaran o se trasladaran a las grandes ciudades para una consulta.

“Movemos conocimiento en lugar de mover pacientes”, es uno de los lemas de Echo.

Aplicado a la salud mental de las cárceles en Uruguay, Echo permite que personal penitenciario, policías, enfermeros, médicos, psiquiatras, especialistas en adicciones, compartan y estudien los casos de personas privadas de libertad. La instancia sirve para analizar las situaciones y su posible abordaje, y al mismo tiempo para que el personal que está en las cárceles se forme de la mano del intercambio con los especialistas.

“La actividad fue un éxito porque por primera vez logramos establecer un diálogo entre los prestadores de salud, el Instituto Nacional de Rehabilitación y otros actores del sector, algo que va a redundar en una mejor capacidad de actuar de todos los que viven situaciones similares al caso presentado”, dijo Fara de Ávila, funcionaria del área técnica del Instituto Nacional de Rehabilitación y coordinadora de la actividad.

Por su parte el comisionado parlamentario para el sistema penitenciario, Juan Miguel Petit, calificó el inicio del proyecto como “una muy buena noticia”.

“Es un programa de vanguardia científica mundial que llega a las personas más abandonadas. Permite poner sobre el tapete el tema de la salud mental y las adicciones, un asunto muy complejo sobre el cual Uruguay tiene mucho para hacer y no solo en las cárceles”, manifestó.

Según datos del comisionado, el 80% de los ingresos a las cárceles en el área metropolitana corresponden a personas que tienen consumo problemático de drogas o consumen varias al mismo tiempo. Y el 50% de los ingresos son personas que tienen problemas de salud mental.

Eso se agrava, porque la atención en las cárceles no es suficiente. “Las horas de psiquiatra para personas privadas de libertad son muy pocas”, agregó la coordinadora De Ávila.

Para el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, Santiago González, las clínicas Echo servirán para mejorar la formación del personal que comenzará a trabajar en salud mental dentro de las propias cárceles.

Democratizar el saber

Cohen es director en Echo en Uruguay y desde hace años venía bregando para que este sistema –que se utiliza en 44 países– pudiera ser aplicado a los problemas de salud mental de los presos.

Lo había intentado en el anterior gobierno, sin que se lograra concretar. “La semilla quedó sembrada. El 30 de junio tuve mi primer contacto con el ministro Jorge Larrañaga y hubo un gran interés. En muy poco tiempo ya logramos comenzar las actividades”, declaró.

Para el profesor, quien goza de prestigio mundial como gastroenterólogo, “la sociedad uruguaya desde hace tiempo está en deuda con las personas privadas de libertad y su atención psiquiátrica. Es cierto que ellos también están en deuda con la sociedad, por sus actos, pero están pagando. Tienen derecho a su salud mental. Han perdido la libertad, no otra cosa”.

Hasta fin de año se prevé realizar una sesión mensual de Echo sobre estos temas, para pasar a un ritmo quincenal en 2021. “Si pudiéramos llegar a que fueran semanales, sería fantástico”, dijo Cohen.

Diego Battiste

Las clínicas Echo aplicadas al sistema carcelario tienen previsto también realizar abordajes didácticos sobre temas de salud mental vinculados a la convivencia (paranoia, alucinaciones, conductas agresivas, pensamientos mágicos, etc.), conductas disruptivas complejas de tratar para los funcionarios (autoagresiones, dificultades de relacionamiento entre pares, abuso de drogas, cuadros de abstinencia, abusos sexuales, problemas de conducta, etc.); dependencia psicofármacos, dificultades de integración para aquellos pertenecientes a una minoría, entre otras.

“Echo es un movimiento que desmonopoliza el conocimiento y democratiza y amplifica el acceso a la atención médica a los menos favorecidos en todo el mundo”, señaló Cohen.

Las clínicas Echo han sido usadas en Uruguay en diversos campos relativos al combate a la pandemia del covid-19, como el abordaje psicológico de los enfermos, o la experiencia en los tratamientos de cuidados intensivos.

Desde Uruguay también se instruye a usar el proyecto a otros colectivos en otros países de América Latina.

Cohen integra el Grupo Asesor Científico Honorario que asesora al gobierno del presidente Luis Lacalle Pou respecto al combate al coronavirus.