Xi Jinping y Putin brindan en Moscú luego de cerrar el acuerdo por el gasoducto Fuerza de Siberia 2

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China es, hasta ahora, la gran ganadora del conflicto en Ucrania

La construcción del segundo gasoducto entre Rusia y China fue un tema central de la reciente cumbre entre Putin y Xi Jinping, pero el acuerdo aún no fue cerrado, lo que resalta el rol dominante de Beijing en esa alianza
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25 de marzo de 2023 a las 05:02

China se convirtió en un salvavidas económico para Moscú el año pasado, cuando las sanciones occidentales por la invasión de Ucrania hundieron sus intercambios comerciales, especialmente de energía.

Pero para darle continuidad a esa reorientación, Rusia necesita a toda costa compensar sus pérdidas permanentes en el mercado europeo con un gran gasoducto hacia China.

Los presidentes chino y ruso, Xi Jinping y Vladimir Putin, abordaron este proyecto durante la cumbre celebrada esta semana en Moscú.

Después de la reunión, Putin dijo que "se cerraron todos los acuerdos" para la puesta en marcha del gasoducto Fuerza de Siberia 2. Pero el comunicado conjunto se limitó a afirmar que ambos países trabajarán para hacer avanzar "la investigación y las consultas" sobre el proyecto.

Diversos analistas consultados por la agencia de noticias AFP aseguraron que este proyecto demuestra el creciente desequilibrio entre estos dos aliados estratégicos en favor de Beijing.

Moscú confía en que el nuevo gasoducto Fuerza de Siberia 2 salga adelante, pero China evitó hasta ahora un compromiso explícito.

Para los analistas, esta demora en la respuesta denota la posición dominante de China en los acuerdos bilaterales sobre energía, así como los recelos de Beijing a depender en exceso del combustible ruso.

El país asiático "no tiene ninguna prisa para firmar nada a no ser que la propuesta sea favorable y moldeada a las condiciones de China", afirmó la investigadora María Shagina, del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IISS) en Berlín.

El Fuerza de Siberia 2 puede facilitar el transporte anual de 50.000 millones de metros cúbicos de gas a China, casi la misma capacidad del ahora desactivado gasoducto Nord Stream 2 desde Rusia a Alemania.

En los hechos, de concretarse el proyecto con China podría reemplazar al segundo gasoducto bajo el Báltico, que no llegó a inaugurarse y además fue dinamitado en un operativo por el que Rusia culpa a la OTAN.

Todo el gas hacia Oriente

Rusia era el principal exportador mundial de gas natural licuado (GNL) pero su comercio se hundió en 2022 después de las sanciones occidentales por la guerra en Ucrania.

Mientras Europa buscaba otros proveedores, Moscú acudió a compradores alternativos como China, a quien ya abastece a través del gasoducto Fuerza de Siberia 1.

En 2022, el gigante asiático superó a Alemania como principal comprador de la energía rusa.

Y este año ya pagó un total de US$ 12.200 millones por carbón, gas y petróleo de Rusia, según el Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio, con sede en Helsinki.

Las entregas de gas ruso a China a través del gasoducto Fuerza de Siberia 1 alcanzaron un récord de 15.500 millones de metros cúbicos el año pasado.

Pero la cifra empalidece ante los 155.000 millones de metros cúbicos de gas ruso exportado a Europa antes de la guerra en Ucrania.

"Rusia está desesperada por enviar tanto gas como sea posible hacia el este, mientras Europa se esfuerza para reducir su dependencia del gas ruso", dijo Philip Andrews-Speed, investigador del Instituto de Estudios de Energía de la Universidad Nacional de Singapur.

Un eventual acuerdo para el segundo Fuerza de Siberia consolidaría a China como cliente a largo plazo, afirmó Jaime Concha, experto del mercado gasístico en la firma de análisis Energy Intelligence.

La actual infraestructura de Rusia "estaba principalmente estructurada para abastecer el mercado europeo", explicó el especialista a AFP.

Lecciones de Europa

Por su parte, China trata de asegurarse una variedad diversa de proveedores de energía.

En los últimos años firmó varios acuerdos de suministro de gas a largo plazo, incluido uno a 27 años con Qatar por US$ 60.000 millones.

"Los dirigentes chinos también observan las lecciones de la sobredependencia de Europa de las importaciones de energía de Rusia", dijo Yan Qin, analista principal del mercado de energía y carbono en el gabinete Refinitiv.

Gracias a su posición reforzada en las negociaciones sobre energía con Rusia, "China emergió como la ganadora de la guerra en Ucrania", según María Shagina.

"Beijing capitalizó el aislamiento internacional de Moscú e incrementó sus compras con fuertes descuentos de petróleo, gas y carbón de Rusia", agregó.

Aun así, China sintió las turbulencias del mercado energético global por la guerra.

Los precios del carbón térmico están "casi tan altos como en Europa" y el encarecimiento del GNL impactó en las plantas de gas y la industria, apuntó Qin.

Por ello, el gasoducto Fuerza de Siberia 2 podría "impulsar enormemente la capacidad de importación de gas de China y reducir potencialmente la demanda de importación de GNL".

(Con información de AFP)

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