MAURO PIMENTEL / AFP

China toma la delantera en América Latina en medio de caótica respuesta de EEUU ante el coronavirus

La 'diplomacia de las mascarillas' de Beijing impulsará el comercio y la inversión en la tradicional zona de influencia estadounidense

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13 de agosto de 2020 a las 14:34

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Por Michael Stott

América Latina, que padece casi la mitad de los nuevos casos de coronavirus del mundo, tiene un largo camino por delante para ganar la guerra contra el covid-19. Pero ya hay un vencedor en la región: China.

Pekín se ha apresurado a donar equipos y suministros médicos, ofrecer ayuda técnica y expresar su solidaridad en América Latina. Sus embajadores han inundado las redes sociales con mensajes sobre la cooperación y solidaridad chinas, eclipsando a EEUU, la potencia tradicional de la región.

Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China, coronó los esfuerzos de Pekín con una videoconferencia virtual para sus homólogos latinoamericanos y del Caribe la semana pasada, en la que ofreció US$1 mil millones en préstamos para ayudar a la compra de una vacuna producida en China una vez que esté disponible y pidió relaciones más estrechas con la región, la cual es una importante proveedora de alimentos y metales, después de la pandemia.

"Es muy notable lo que está sucediendo, la magnitud de la actividad", dijo Margaret Myers, directora del Programa Asia-América Latina de Diálogo Interamericano, un grupo de expertos con sede en Washington. "Hemos visto más de 250 casos de compromisos para envíos de equipos, donaciones y ventas en toda la región de América Latina y el Caribe”.

El ímpetu ha llegado desde las más altas esferas de Pekín: el presidente Xi Jinping ha llamado por teléfono a al menos seis líderes latinoamericanos, con el objetivo de discutir la ayuda, desde que el virus comenzó a azotar la región.

El sector privado chino se ha sumado a los esfuerzos. Jack Ma, fundador del grupo de comercio electrónico Alibaba, publicó un tuit sobre su donación de 2 millones de mascarillas, 400,000 kits de prueba y 104 respiradores a 24 países latinoamericanos. El grupo de equipos de telecomunicaciones Huawei, que está librando una batalla mundial con EEUU a causa del despliegue de su tecnología móvil 5G, está ofreciendo su capacidad en materia de inteligencia artificial para ayudar a diagnosticar casos de coronavirus en la región.

Aunque la "diplomacia de la mascarilla" de Pekín ha sido un esfuerzo a escala mundial, los expertos dicen que el ímpetu de sus esfuerzos en América Latina tiene especial importancia debido al estatus de la región como una tradicional esfera de influencia de EEUU y al hecho de que ha sido tan duramente afectada por el virus.

Al comienzo de la crisis, cuando se disparó el número de infecciones en América Latina y los gobiernos corrieron a pedir ayuda, EEUU acaparó titulares por las razones equivocadas: los envíos de respiradores y suministros médicos con destino a la región, que los necesitaba desesperadamente, fueron retenidos en puertos estadounidenses, y, en algunos casos, fueron desviados para uso doméstico, según las autoridades.

Cuando EEUU envió ayuda finalmente, ésta no llegó en forma de asistencia médica, sino de una flotilla de buques de guerra cuyo propósito era tomar medidas enérgicas contra el narcotráfico.

"Les hemos dejado la puerta abierta a los chinos", dijo José Fernández, quien fue subsecretario de Estado de EEUU para Asuntos Económicos durante la administración Obama, sobre la respuesta estadounidense. "China estaba enviando equipos de protección personal cuando nosotros los estábamos acaparando en EEUU y estábamos imponiendo restricciones a la exportación".

A las autoridades latinoamericanas, con serias dificultades para controlar la pandemia mientras ésta se ensañaba en los barrios marginales de la región y abrumaba sus deficientes hospitales, les alegró mucho recibir ayuda china.

"¡Gracias China!", dijo en un tuit el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, después de que un avión lleno de equipos aterrizó en su país a finales de marzo. La ayuda china llegó incluso a la lejana Patagonia, donde aterrizaron aviones cargados de equipos de protección y kits de prueba de coronavirus en la remota provincia de Santa Cruz, azotada por los vientos, cortesía de un consorcio chino-argentino que está construyendo dos represas hidroeléctricas gigantes.

Por el contrario, los políticos latinoamericanos que criticaron a China por la pandemia sintieron rápidamente la ira de Pekín. Los diplomáticos chinos en la región fueron despiadados en sus ataques contra quienes desafiaron la narrativa oficial.

El hijo del presidente brasileño Jair Bolsonaro, Eduardo, quien es un influyente congresista, recibió duras críticas después de referirse al covid-19 como el "virus chino". En un agresivo artículo de prensa en abril dirigido personalmente a Eduardo, el cónsul general de China en Río de Janeiro lo acusó de haberse dejado lavar el cerebro por los estadounidenses.

Una de las pocas naciones latinoamericanas que no ha recibido ayuda médica china este año ha sido Paraguay, el único aliado diplomático de Taiwán en América del Sur.

Una vez que disminuya la pandemia, Pekín espera que su "diplomacia de mascarillas" se traduzca en un mayor comercio e inversión. China, que ya es el mayor socio comercial de Brasil, Chile, Perú y Uruguay, probablemente sumará más naciones como Argentina a esa lista este año conforme se recupere su economía. El contraste entre la rápida recuperación económica de China y el caos que todavía envuelve a gran parte de EEUU no pasa desapercibido para los latinoamericanos.

Más de una docena de países latinoamericanos ya se han suscrito al impulso de infraestructura de Un Cinturón, Una Ruta de Pekín y Wang dijo que China estaba "buscando oportunidades en la crisis actual para promover la cooperación de esa iniciativa". El comercio total entre China y América Latina ha aumentado de US$17 mil millones en 2002 a casi US$315 mil millones en 2019, según el congreso estadounidense.

"China continuará profundizando la cooperación en infraestructura, energía, agricultura y otros sectores tradicionales. También espera diversificarse hacia la salud pública, la economía digital y otras nuevas infraestructuras”, fortaleciendo la relación entre China y América Latina y el Caribe, dijo Wang según una cita del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.

El apoyo de China a América Latina durante la pandemia también ha resultado beneficioso en el ámbito de la diplomacia. Cuando el Consejo de Derechos Humanos de la ONU discutió la radical ley de seguridad nacional de Pekín impuesta a Hong Kong, Cuba patrocinó una resolución en apoyo a la ley que obtuvo 53 votos a favor, incluyendo el apoyo de Venezuela y Nicaragua. Una resolución del Reino Unido criticando la represión china obtuvo sólo 27 votos. La pequeña Belice fue la única nación latinoamericana que apoyó la propuesta británica.

Fernández resumió de la siguiente forma los esfuerzos diplomáticos chinos en medio de la pandemia: "Hace diez años no hubiéramos pensado que llegarían tan lejos. Pero han desviado la discusión sobre los orígenes del virus y la han enfocado en cómo le proporcionarán medicinas a tu abuelita: ésa ha sido una declaración poderosa".

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