La justicia argentina decidió condenar a Julieta Silva a tres años y nueve meses de cárcel, según publicó el diario La Nación. La joven argentina, oriunda de la provincia de Mendoza, fue juzgada por haber atropellado y matado a su novio, el rugbier Genaro Fortunato en setiembre del 2017.
Los tres jueces que trabajaron en el caso, Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle, declararon a Silva culpable de delito de homicidio culposo agravado. A pesar de la pena de casi cuatro años de cárcel, Silva seguirá teniendo el beneficio de la prisión domiciliaria. También le aplicaron una inhabilitación especial para conducir vehículos por ocho años.
El homicidio ocurrió el 9 de setiembre de 2017 cuando Silva y Fortunato salieron alcoholizados del bar La Mona, ubicado en la ciudad de San Rafael, Mendoza. La pareja comenzó a discutir y luego ella se subió a auto, arrancó y no dejó que Fortunato subiera al vehículo. Él cayó sobre el asfalto y, segundos después, Silva hizo un movimiento en “U” y pasó con el auto por encima del cuerpo de Fortunato, arrastrándolo unos metros, según publicó La Nación.
Este lunes se retomó la etapa final del debate, donde se le dio a Silva la posibilidad de decir sus últimas palabras, pero prefirió callar, por lo que los magistrados pasaron a deliberar para dar a conocer la sentencia. Sin embargo, la madre de Fortunato, Graciela Linares, solicitó permiso a los jueces para decir unas palabras.
“¿Por qué? ¿Por qué pasó esto Julieta? Genaro te quería, tenía proyectos con vos. Sólo le pido a Dios que le de paz a tu alma, porque destrozaste a esta familia y a la tuya también. No hay venganza, hay rencor”, dijo Linares. Las palabras de la madre del rugbier provocaron que Silva se pusiera muy incómoda, por lo que su abogado pidió que pararan la exposición.
Alejandro Cazabán y Marco Terranova, abogados defensores de Silva, intentaron desligar a su defendida del trágico hecho, al desacreditar la relación de pareja y las declaraciones de los testigos. “Lo que ella ve es un bulto, no un cuerpo, y ya estaba arrollado. Qué hacía ahí en el piso Genaro, no lo sabemos, pero ella no puede ser responsable. Es la prueba concreta que el cuerpo estaba sobre el carril. Ella no lo vio. No está ni configurada la culpa”, fueron los argumentos de la defensa, según La Nación.
Por otra parte, el fiscal Fernando Guzzo pidió 14 años de cárcel efectiva por “emoción violenta”, con el agravante por el vínculo. El abogado de la familia, Tíndaro Fernández, pidió al Tribunal Penal Colegiado que condene a Silva a 20 años de prisión y se revoque la prisión domiciliaria.
De esta manera, los jueces tuvieron que definir si se trató de un hecho involuntario, en el que tuvo incidencia una afección oftalmológica que padece la acusada, o de una acción en la que Silva debió figurarse la oportunidad de concretar un acto criminal bajo un estado de ira, según publicó La Nación.
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