GREG BAKER / AFP

Crecimiento de China cae por debajo del resto de Asia por primera vez desde 1990

El Banco Mundial se une a otras instituciones financieras en recortar el pronóstico económico chino

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29 de septiembre de 2022 a las 13:42

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Por Edward White y Mercedes Ruehl

La producción económica de China quedará rezagada con respecto al resto de Asia por primera vez desde 1990, según las nuevas previsiones del Banco Mundial que destacan el daño causado por las políticas de cero Covid del presidente Xi Jinping y el colapso del mercado inmobiliario más grande del mundo.

El Banco Mundial revisó a la baja su pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) en la segunda economía más grande del mundo a 2.8 por ciento, en comparación con 8.1 por ciento el año pasado, y desde su predicción de abril de entre 4 y 5 por ciento para este año.

Al mismo tiempo, han mejorado las expectativas para el resto de Asia oriental y el Pacífico occidental. Se espera que la región, excluyendo a China, crecerá un 5.3 por ciento en 2022, frente al 2.6 por ciento del año pasado, gracias a los altos precios de las materias primas y al repunte del consumo interno tras la pandemia del coronavirus.

China había establecido un objetivo de PIB de alrededor del 5.5 por ciento este año, que habría sido el mínimo de tres décadas. Pero las perspectivas se han deteriorado notablemente en los últimos seis meses.

La política de Xi de suprimir implacablemente los brotes de coronavirus a través de confinamientos repentinos y pruebas masivas ha restringido la movilidad y minado la actividad de los consumidores justo cuando el sector inmobiliario de China, que representa alrededor del 30 por ciento de la actividad económica, está sufriendo un colapso histórico.

El último pronóstico del Banco Mundial sigue a una serie de instituciones financieras, incluyendo Goldman Sachs y Nomura, que han recortado sus estimaciones para el próximo año. El aumento del pesimismo se basa en las expectativas de que Xi prolongue su política de cero Covid más allá de 2022.

Muchos economistas y analistas habían pronosticado que Beijing aumentaría significativamente las medidas de estímulo en respuesta al decaído crecimiento económico, acelerando las medidas de relajación para impulsar el consumo y ayudar a detener la recesión del mercado inmobiliario.

Sin embargo, Aaditya Mattoo, economista jefe del Banco Mundial para el este de Asia y el Pacífico occidental, dijo que, si bien China tenía “inmensas municiones para proporcionar un poderoso estímulo”, parecía que Beijing había llegado a la conclusión de que el estímulo fiscal sería “emasculado” por las restricciones de cero Covid.

Los datos surgen en un contexto de preocupaciones más amplias de que Xi — quien está listo para asegurar un tercer mandato sin precedentes como líder del Partido Comunista Chino el próximo mes — está deshaciendo el dinamismo económico que comenzó bajo la era de reformas de Deng Xiaoping.

El Banco Mundial también estaba preocupado de que la desaceleración del mercado inmobiliario pudiera representar un problema "estructural" profundo. Para reducir el riesgo inmediato de contagio de la "turbulencia" del sector inmobiliario, el banco dijo que Beijing necesita brindar más apoyo de liquidez a los desarrolladores en dificultades y garantías financieras para la finalización de los proyectos. Sin embargo, a largo plazo, se necesitan reformas fiscales para proporcionarles a los gobiernos locales fuentes de ingresos más allá de la venta de tierras, incluyendo un impuesto a la propiedad.

Por el contrario, se espera que las economías del este de Asia y el Pacífico occidental, en particular las economías impulsadas por las exportaciones del sudeste asiático, crezcan más rápido y tengan una inflación más baja en 2022.

En Indonesia, Tailandia y Malasia, los subsidios gubernamentales a los combustibles han ayudado a mantener la inflación baja según los estándares mundiales. El consumo interno ha aumentado a medida que la región abandonó los confinamientos y los enfoques más estrictos para manejar la pandemia.

Al mismo tiempo, los precios más altos de las materias primas provocados por la crisis energética mundial han impulsado a las economías de la región que dependen de las exportaciones. Indonesia, un gran exportador de carbón, reveló la semana pasada que las exportaciones generaron un récord de US$27.9 mil millones en agosto.

Sin embargo, algunas medidas tomadas por los países de la región, como los subsidios a alimentos y combustibles, podrían convertirse en un lastre para el crecimiento a finales de año, advirtió el banco. Los controles de precios distorsionan el mercado, a menudo ayudando a los ricos y las corporaciones grandes mientras aumentan la deuda pública, según el informe.

Ya hay signos de estrés. Mongolia y Laos tienen altos niveles de deuda, gran parte de la cual está denominada en moneda extranjera, y son vulnerables a la inflación mundial y la subsiguiente depreciación del tipo de cambio.

“En esta etapa, esto es algo que debe vigilarse, no una fuente de preocupación seria”, dijo Mattoo.

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