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De Fabio Moreno a Ávalos, los experimentos que salieron mal

Damiani dijo que quiere dar una sorpresa con un nueve extranjero; los cuatro que llegaron bajo su mandato fueron un fracaso
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29 de julio de 2017 a las 12:06

El mercado de pases da para todo. Ofrecimientos imposibles, jugadores que se cotizan, juveniles que se venden y promesas dirigenciales que buscan, desde la ilusión, matizar el resultado negativo ante un fracaso deportivo.

Peñarol, que perdió los últimos cuatro títulos que jugó si se toman en cuenta el Uruguayo Especial, el Torneo Apertura, el Torneo Intermedio y la Copa Libertadores, está inmerso en una campaña electoral de cara a las elecciones de diciembre y ese escenario puede ser un factor desencadenante para algunas llegadas de peso. De las tres incorporaciones presentadas por Peñarol, Fabricio Formiliano es visto como una solución para la zaga mientras que Walter Gargano y Maximiliano Rodríguez son dos inversiones claves por su recorrido y trayectoria.

Sin embargo Peñarol no se queda quieto y pese a que tiene a Corujo arreglado, el presidente busca un nueve goleador fuera de fronteras.

"Nos interesa en un nueve goleador. Queremos un delantero sólido. A lo mejor les damos una sorpresa", dijo el presidente aurinegro consultado en Sport 890 sobre los extranjeros que estaban en el radar ofensivo de Peñarol. A saber, el chileno Esteban Paredes y los argentinos Walter Bou y Lucas Viatri.

¿Pero qué pasó cuando Damiani prometió goleadores extranjeros? Desde la llegada al poder en Peñarol tras el fallecimiento de su padre, Juan Pedro Damiani incorporó a cuatro delanteros área extranjeros que fueron un fracaso.

El cantante desafinado

El primero fue el colombiano Leonardo Fabio Moreno, quien llegó para reforzar al plantel de Gustavo Matosas proveniente desde Atlético Bucaramanga. Robusto físicamente, el colombiano no mostró ningún mérito para jugar en Peñarol y se ganó la reprobación de los hinchas en los primeros partidos por su bajo nivel. El entrenador lo bancó hasta donde pudo porque cada vez que tocaba la pelota el Estadio Centenario se venía abajo. Hizo un gol solo ante Miramar Misiones y cerró su etapa entre silbidos. Se retiró del fútbol un año después en Boyacá Chicó.

El mismo representante

Con Jorge Fossati como entrenador, Peñarol buscó un goleador fuera de fronteras y así llegó el argentino Javier Toledo desde Colo Colo de Chile. Grande físicamente, con bueno juego por arriba pero una lentitud que hacía perder la paciencia a cualquier mortal, Toledo llegó gracias a que su representante era el mismo que manejaba la carrera del entrenador, por eso la confianza en sus condiciones era ciega pese a los números negativos que arrastraba en Chile (tres goles en 16 partidos). Esos antecedentes no le importaron a Damiani que abrió la chequera del club para contratarlo. ¿El resultado? Apenas dos goles en 11 partidos y fuera del club a los seis meses. También pasó por Estudiantes de La Plata, donde festejó 6 goles...en 26 partidos.

La apuesta que no fue

El colombiano Miguel Ángel Murillo fue, sin dudarlo, el más destacado de los tres delanteros de área extranjeros que llegaron con Damiani en la presidencia. No solo fue Campeón Uruguayo, sino que pudo contribuir con ocho goles en 25 partidos. Potente, con buena visión del juego. Llegó cedido desde Deportivo Cali con una opción de compra de U$S 2 millones y a sus 22 años parecía una apuesta muy importante. Incluso se llegó a manejar la opción dentro del club de comprar un porcentaje de la ficha del futbolista. Sin embargo como se fue diluyendo con el correr de los partidos hasta perder el puesto, Peñarol lo devolvió sin hacer uso de la opción. Incluso hubo una opción de Beijing de la segunda división de China que tampoco prosperó. Peñarol pagó U$S 200.000 para tenerlo en sus filas y hoy juega en su club de origen, Deportivo Cali.

Cuando la solución trae más problemas

El último experimento de Peñarol comprando goleadores por catálogo fue el paraguayo Gabriel Ávalos, quien llegaba desde Crucero del Norte, del ascenso de Argentina y con una operación de ligamentos cruzados reciente. Como si esos antecedentes fueran pocos, llegó a Peñarol en junio cuando su último partido oficial había sido en agosto...del año anterior. El arreglo por el delantero fue el siguiente: llegaría sin costo pero con un salario muy elevado para el club. Y Damiani aceptó su llegada. Eso llevó a que su club de origen le iniciara acciones legales al delantero ya que entendían que tenía contrato vigente. "Soy un jugador que va bien por arriba, manejo bien la pelota por abajo y soy rápido", se definió Ávalos con una clase de autoestima. En Peñarol no demostró ninguna de esas habilidades y se fue con un registro contundente para un delantero: cero gol. Ni bien Leonardo Ramos puso un pie en Los Aromos el ciclo del paraguayo se terminó. "Rescindí mi contrato porque Ramos me dijo que no me iba a tener en cuenta", dijo Ávalos tras su salida.

Desde que Juan Pedro Damiani gobierna a Peñarol también llegaron los delanteros extranjeros Cristian Mejía, Alejandro Martinuccio, Jonathan López, Nicolás Ramírez, Joao Pedro, Mauro Fernández y Carlos Luque, aunque todos ellos jugaron por las bandas o un poco más retrasados en el campo.

Salvo Martinuccio, finalista ante el Santos de Neymar en la Copa Libertadores de 2011, el resto se fue de Peñarol con mucha más pena que gloria.

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