L. CARREÑO

Desde Cristina Fernández a Raffaela Carrá: todas las caras de Fátima Florez

La imitadora argentina llega al Teatro Metro con su premiado show Fátima Superstar

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13 de julio de 2018 a las 05:00

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Apenas entró, su perfume caló en todo el espacio. Con un rubio muy Susana Giménez, tapado el doble de su tamaño y lentes de sol negros que no se quitó pese a estar en una habitación donde no había sol, Fátima Florez –actriz, cantante y bailarina– ingresó al Four Points con la labia lo suficientemente entrenada como para dar una seguidilla de entrevistas sin perder por un segundo su simpatía y buena energía.

Con 37 años y más de un centenar de imitaciones encima, entre las que se destacan la caracterización que hizo de la expresidenta Cristina Fernández, o las de personajes mediáticos como Moria Casán, Susana Giménez o Mariana Nanis –a quién hizo renacer de las cenizas–, Florez siempre supo cautivar al público más allá del formato que estuviera mediando en esa interacción. Ya sea junto a Marcelo Tinelli como en el programa político de Jorge Lanata, las interpretaciones de esta actriz siempre dieron que hablar e impulsaron picos de rating.

El terreno del humor, históricamente, ha sido marcado por el machismo. Pero Fátima Florez logró colocarse en el lugar de mujer-sujeto que hace reír y se alejó de aquel rol mujer-objeto utilizado, de forma habitual, por los capos cómicos para hacer o rematar algún chiste.

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Comenzó antes de los veinte a aprender "tras bambalinas" de las grandes figuras del espectáculo argentino, con la firme convicción de lo que quería para su vida; apostó todo a una carrera artística que no deja de ascender. A fines de este mes –del 27 al 29– vuelve a Uruguay con su show Fátima Superstar, que en la temporada de verano en Mar del Plata, le valió el premio de oro en los galardones Estrellas de Mar.

Estudió canto, actuación y baile. ¿Cómo algo que, quizás empezó en chiste, pasó a ser su mayor herramienta profesional?
Ya en 5º grado imitaba a una maestra. Después, en los viajes que hacíamos, cuando empecé, con Pepe Cibriani hacía imitaciones en broma durante el viaje y mis compañeros de elenco se divertían. Pero profesionalmente fue en un casting en Perú donde necesitaban una comediante y quedé. Ahí me tocó trabajar con otros imitadores y al verlos sentí que también podía hacerlo. Me acuerdo que al poco tiempo de haber conocido a mi marido un día le hice en broma una imitación y me dijo: "No, no ¡pará! Esto es lo tuyo, te sale muy bien. No hay gente que haga esto". Y enseguida me dijo: "Igual te falta mucho, hay que pulir y pulir". Y bueno, ahí me puse día y noche a sacar personajes y a perfeccionarlos, hasta que se dio mi oportunidad y una vez que se abre una puerta, no se cierra más. Al principio asombró mucho porque era una mujer haciendo imitaciones, cosa rara. Pero cuando pude empezar a mostrar lo que hacía cada vez más, me di cuenta de que a la gente le gustaba y cada vez me iban llegando más propuestas de trabajo. La oportunidad llega para todos, solo hay que estar preparado para cuando venga.

¿Cómo fue meterse en el ámbito humorístico, históricamente predominado por hombres?
Fue fuerte. Yo empecé trabajando en otras compañías, con Sofovich, con Pachano, con Moria, donde tenía mí lugar destacado con mi rutina donde me podía lucir. Un día con mi marido decidimos que yo podía hacer mi propia obra. Pensamos que podíamos pegarnos un palo porque, de repente, no venía nadie a verme. Pero en la vida hay que jugársela, y me la jugué. Nos fue muy bien. Empezamos y ya había casi 300 personas, señal de que esto podía funcionar. Y así, cada vez más, y más, el público empezó a decir "Che qué bueno que esta el show de Fátima". Hay que autogestionarse lo que uno quiere y no esperar que suene el teléfono y te lo propongan. Y de a poquito el trabajo que hicimos, más la tele, más estar en programas importantes, sumó mucho, por supuesto. Porque si un día estás en un programa de mucho rating, tenés que sacarle el jugo. Todo lo que me pasó se fue sumando a una especie de complot bueno y todo se armó a mí favor.

En esto de ser actriz, mujer, joven, que hace humor e imita, ¿Es precursora en Argentina?¿Hay actrices que se dediquen a esto?
Como digo siempre, creo que es un ambiente muy machista pero hay potencial y mucho talento femenino, el tema es que se les dé lugar. No hay muchos lugares para mostrar lo humorístico. No hay programas especialmente de humor, sino que a los humoristas se los va poniendo en huequitos de programas, se les busca el lugar. Es un poco así pero aunque tengas cinco minutos, si le sabes sacar provecho, los explotás y te ve todo el país. A todos nos encantaría que haya un poco más de humor, pero los productores son un poco reticentes, no se animan.

¿Qué implicó formar parte del programa de Jorge Lanata?
Estar con Lanata fue el boom; hacer de la presidenta en un programa político mientras ella estaba en el mandato fue muy fuerte. Nunca me imaginé que en un programa político iba a tener tanto rating y tantas repercusiones. Y por suerte, vivimos en una sociedad democrática donde cada uno puede expresarse como quiera, nunca nadie me dijo "no hagas esto" o "fijate en lo que decís".

La imitación de Cristina Fernández es fascinante, desde la gesticulación hasta cada respuesta que da, es como verla a ella. ¿Cómo es el proceso de crear un personaje?
Cuando quiero imitar a alguien me pongo a investigar su vida, estudio su biografía entera, analizo entrevistas que le hicieron, observo y escucho, y trabajo mucho el color de la voz que es muy importante. Una vez que le capto el alma, el personaje y la esencia, está hecho. Me tengo que sentir cómoda y saber cómo piensa, siente y qué diría en tal o cual situación.

Ha imitado a personajes como Moria Casán, Susana Gíménez y Graciela Alfano mientras ellas estaban a su lado. Esa interacción, ¿supone un doble desafío para la imitación?
Sí claro, porque ahí tenés el espejo al lado. Ahí no solo depende de tu trabajo de hacer bien la imitación, también depende de que el look, el maquillaje, la peluca y todo lo accesorio estén igual. A mí me encanta correr ese tipo de desafíos, conecto con la persona, le termino de sacar hasta lo último. Lo disfrute siempre, nunca lo padecí o me sentí incomoda.

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El año pasado formó parte del programa de Susana Giménez. ¿Cómo vivió ese momento y es cierto, como comentaron muchos medios argentinos, que tuvo algunos inconvenientes con Antonio Gasalla?
La gente me veía hace muchos años por canal 13 y cambiar de pantalla implica un nuevo público que se incorpora a verte. También trabajar al lado de una diva como Susana y en su aniversario número 30, fue un placer. A lo largo de la historia no han sido muchos los humoristas o comediantes que han trabajado con ella así que para mí fue un orgullo. Lo de Antonio creo que fue un chispazo, pero no de mi parte. Le molestó que el primer día que hice de Cristina, hablé bastante. Pero fue porque la producción me puso un cartel de que estirara porque estábamos midiendo bien. Después lo hablamos y está todo más que recontra bien. Son cosas que pasan seguido; a veces saltan a la luz y a veces no.

¿Con qué se va a encontrar la gente que vaya a ver Fátima Superstar?
Con Valeria Lynch, Los Pimpinela, Raffaella Carrá, Michael Jackson y Madonna. Van a ver a Cristina (Fernández), Vicky Xipolitakis, Carmen Barbieri y hasta March Simpson, personajes muy diferentes y de todas las épocas que hacen que el público se movilice mucho. Además con tanto cambio de vestuario, se van a impresionar.

¿Cuántos cambios de vestuario son en total?
Veinte. Eso esta ensayado de la misma manera que se ensayan las coreografías porque si te perdiste, no llegás al siguiente cambio. La gente muchas veces pregunta si hay una doble, pero no, siempre soy yo.

¿Cuánta gente hay en escena?
Mucha. Desde actores como Julián Labruna y Fernando San Martín –que hace de forma alucinante a Sandro– hasta acróbatas, bailarines, músicos en vivo, y pantallas LED que son increíbles. La forma en la que estoy acompañada en contenido visual, artístico y sonoro le da una calidad al show que la gente no puede creer. Somos 25 familias en total que nos movilizamos en toda la gira.

El show

Fátima Superstar tendrá lugar en el Teatro Metro el 27 y 28 de julio a las 20.30 horas y el 29 a las 18.30 horas. Las entradas se pueden adquirir por Red UTS y su costo va desde $1325 hasta $1950, antes del 20 de julio se pueden conseguir bonificadas desde $1075 a $1595.
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