Elsa Suárez (65) y su hija, Sofía Chaparro (31), vivieron juntas en su residencia en Aguado al 600, en General Pacheco, hasta hace tres meses. Sin embargo, todo cambió con la llegada de Daniel Derderian (45), quien retornó al hogar materno. La tragedia golpeó el lunes cuando ambas mujeres fueron halladas muertas en el patio de la casa, mientras que Derderian, de inmediato, se convirtió en el principal sospechoso. Su captura se llevó a cabo el miércoles en la estación de Garín por personal del GTO de Pacheco y de Sub DDI de Tigre de la Policía Bonaerense.
Derderian estaba siendo buscado intensamente en las localidades de General Pacheco, Escobar y Benavidez, donde se sospechaba que podría haber huido tras el doble homicidio. No obstante, la localización del celular fue la pista más certera que condujo a su arresto en Garín, por orden del fiscal José Amallo. En el momento de su detención, Derderian llevaba al menos seis cuchillos, y un testigo señaló que llevaba "lentes negros", un rasgo característico del buscado.
Los investigadores rastrearon el número de línea utilizado por el presunto homicida a través del análisis de sus redes sociales. Derderian tenía al menos dos cuentas en Instagram y otras dos en Facebook, donde solía publicar contenido relacionado con el terror y mostraba una obsesión por la pornografía. Sin embargo, su estilo cambió repentinamente el 9 de febrero, cuando comenzó a compartir frases de amor.
Los detectives que investigan el doble homicidio con arma blanca creen que el regreso de Derderian a la casa materna podría ser el punto de inicio del caso. Esta es la principal hipótesis que están tratando de confirmar, intentando reconstruir el rompecabezas para comprender por qué Derderian habría decidido atacar con una katana a su madre y hermanastra, aunque no sea necesario para llevarlo a juicio.
En este contexto, se han centrado en testimonios que sugieren la venta de un terreno en Benavidez, donde residía Derderian, descrito por testigos como una persona "muy reservada". Sin empleo, se vio obligado a regresar a la casa de su madre, quien se cree que estuvo involucrada en la operación inmobiliaria.
Las mujeres le asignaron una casilla en el fondo de la vivienda, que no era muy cómoda, lo que pudo haber generado un ambiente tenso para Derderian. Según informes, desde su regreso, los vecinos escucharon discusiones entre las mujeres y el nuevo residente. Aunque no hay registros de denuncias por violencia familiar, la última pelea se registró el sábado anterior.
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