Horas después del asesinato de ese joven, otro enfrentamiento entre bandas tuvo como consecuencia el asesinato a balazos de un adolescente de 18 años en el barrio Marconi, informó Subrayado y confirmó a El Observador una fuente vinculada al caso. El joven era amigo de otro adolescente que murió en mayo del año pasado en un enfrentamiento con la Guardia Republicana, luego de incidentes que se desencaderaron tras el robo de una moto y que derivó en un tiroteo y la quema de un ómnibus de la línea 405.
Una disputa por mercados de drogas en Montevideo terminó con la vida de un joven de 20 años que fue asesinado de un disparo a quemarropa ayer al mediodía en avenida Italia y bulevar Batlle y Ordóñez. El joven integraba una banda familiar que estaba enfrentada con otro grupo de narcotraficantes en el norte de la capital, informaron a El Observador fuentes vinculadas al caso. La Policía maneja como principal y prácticamente única hipótesis que su homicidio fue un ajuste de cuentas por esa disputa entre narcos. La banda con la que están enfrentados tiene intención de desplazar a esa familia que se dedica al narcotráfico y tomar la posta en el liderazgo del mercado de drogas en un sector de Montevideo.
Según información manejada por el Ministerio del Interior, el joven era un presunto sicario que estuvo vinculado a la muerte de Wellington Segade, alias el Tato, quien durante años fue referente de la barrabrava de Peñarol y fue asesinado a balazos en 2015. La Justicia lo indagó por su vinculación con el caso pero no llegó a procesarlo. Un año después, la esposa del exlíder de la barra de Peñarol fue secuestrada y apareció muerta en su auto, que había sido incinerado en el barrio Tres Ombúes. Tato no solo lideraba la barra brava aurinegra, sino que era uno de los que comandaba el barrio 40 Semanas.
El año pasado también fue indagado por dos homicidios en esa zona (uno ocurrió en abril y el otro en mayo) y la Policía sospechaba, a su vez, que había sido el autor de un intento de homicidio al integrante de otra banda de narcos. Cuando interrogaron al herido en un sanatorio montevideano, se negó a denunciar al hombre asesinado ayer.
Ayer, un hombre se bajó de una moto y fue directo a la víctima, que esperaba un ómnibus junto a otra persona. Le disparó en un instante y salió corriendo para volver a subirse a la moto que era manejada por un cómplice. El acompañante del joven asesinado fue conducido ante la Justicia para declarar como testigo. Las fuentes indicaron que aseguró haber estado hablando con él –como se puede ver en videos captados por cámaras de seguridad de esa esquina– pero dijo que no lo conocía.
Otro crimen entre bandas
Ayer también hubo dos heridos que eran quienes habían sido contratados para dispararle. Según supo El Observador, los heridos le dijeron a la doctora que los atendió que eran "enemigos" de quien había muerto. Uno de esos sicarios se encuentra internado grave.
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