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Divergencias por Corea del Norte activan el final del ciclo Tillerson
Distintos medios dan como un hecho salida del Secretario de Estado pero la Casa Blanca lo niega
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01 de diciembre de 2017 a las 05:00
Es un secreto a voces: aunque en la Casa Blanca se empeñan en descartar un eventual cese del jefe de la política exterior estadounidense, las constantes, y crecientes, desavenencias entre el presidente Donald Trump y su secretario de Estado, Rex Tillerson, siguen acercando a este último a la puerta de salida.
Las diferencias entre el presidente y uno de sus más influyentes colaboradores no son nuevas.
Pero, claro, el peculiar estilo del mandatario republicano no necesariamente es compatible con de algunos de sus colaboradores.
Y, más aún, cuando está en juego un asunto tan importante y estratégico al mismo tiempo como el de la política exterior.
En ese rubro, como en tantos otros, volvieron a quedar en evidencia las visiones contrapuestas entre el presidente y el secretario de Estado.
Por eso no fue de extrañar que el influyente New York Times diera cuenta de las intenciones de Trump de sacar a Tillerson, lo que podría ocurrir a fines de diciembbre o en los primeros días de enero.
Según esa versión, que fue recogida también por otros medios estaunidenses, el candidato para sustituirlo es el actual jefe de la CIA, Mike Pompeo. En ese supuesto enroque de cambios en cadena, Pompeo a su vez puede ser reemplazado por el senador republicano por Arkansas, Tom Cotton.
Precisamente, Cotton ha sido un firme aliado del presidente en temas vinculados con la seguridad nacional.
Pero en el entorno del presidente salieron a poner paños fríos a las versiones periodísticas que, con insistencia, daban como un hecho la salida de Tillerson.
Pese a los desmentidos, es un hecho que, cuando está a punto de cumplirse el primer año de la gestión Trump, distintos cambios fueron evaluados en la interna del gobierno bajo la tutela del actual jefe de gabinete, John Kelly.
Según informaron recientemente distintos medios en EEUU el principal motivo de las divergencias entre el magnate y el exempresario petrolero tiene que ver con la crisis generada por los ensayos nucleares ordenados por el régimen de Corea del Norte.
Tillerson está convencido de que la alternativa para resolver ese conflicto y evitar un enfrentamiento que empeore las cosas es la vía diplomática. E insistió siempre en esa posibilidad.
Pero Trump va por otro lado y no para de advertir a Corea del Norte que ese país puede ser destruido, además de provocar siempre que puede –a partir de su ya probada y muchas veces inconducente incontinencia verbal– al líder Kim Jong-un, que incluso llegó a tratarlo de "viejo demente".
Hace algunos meses, Trump había dicho, sin rodeos, que Tillerson perdía el tiempo al buscar una negociación con Corea del Norte.
Según algunas versiones, este a su vez habría llamado "imbécil" al presidente.
Los rumores sobre la salida de Tillerson se conocieron en un momento en que la crisis nuclear parece entrar en ebullución nuevamente, luego que Pionyang realizara a mitad de semana un nuevo ensayo con un misil balístico después de dos meses.
Advertencia. Donald Trump amenazó a Kim Jong-un con responder a la pruebas nucleares con "fuego y furia".
Ensayos. En lo que va de 2017, Corea del Norte hizo 20 pruebas nucleares.
Downing Street había reprochado este miércoles a Trump el "error" de difundir en las redes sociales unos videos de la organización ultraderechista británica Britain First, atribuyendo actitudes violentas a los musulmanes.
A Trump le cayó mal el rezongo e instó a May a que se ocupara de sus propios asuntos.
"Theresa May, no te centres en mí; concéntrate en el terrorismo radical islámico en el Reino Unido. A nosotros nos va muy bien", escribió el presidente a través de la red social Twitter.
Este jueves, en Jordania, May insistió en que la difusión de material de la organización extremista fue "un error" de Trump, pero sugirió que eso no perjudicará las relaciones bilaterales. "Como primera ministra dejo claro que la relación con Estados Unidos debe continuar", afirmó.
"Es una relación perdurable por existe porque es del interés nacional de ambos", aseguró May.
El incidente ocurrió en un momento en que Londres está necesitado de grandes aliados alternativos a la Unión Europea, y confiaba en Estados Unidos, con quien se ufana de mantener una histórica "relación especial" en terminos bilaterales.
Sin embargo, no fueron estos los primeros ataques de Trump al Reino Unido.
El presidente ya disparó sus dardos varias veces contra el alcalde musulmán de la capital británica, Sadiq Khan.
La ministra de Educación británica Justine Greening, también intentó minimizar el incidente.
"Al final, nuestra relación con Estados Unidos tiene una longevidad que sobrevivirá después de que los presidentes vayan y vengan", dijo a la radio BBC.
Las diferencias entre el presidente y uno de sus más influyentes colaboradores no son nuevas.
Pero, claro, el peculiar estilo del mandatario republicano no necesariamente es compatible con de algunos de sus colaboradores.
Y, más aún, cuando está en juego un asunto tan importante y estratégico al mismo tiempo como el de la política exterior.
En ese rubro, como en tantos otros, volvieron a quedar en evidencia las visiones contrapuestas entre el presidente y el secretario de Estado.
Por eso no fue de extrañar que el influyente New York Times diera cuenta de las intenciones de Trump de sacar a Tillerson, lo que podría ocurrir a fines de diciembbre o en los primeros días de enero.
Según esa versión, que fue recogida también por otros medios estaunidenses, el candidato para sustituirlo es el actual jefe de la CIA, Mike Pompeo. En ese supuesto enroque de cambios en cadena, Pompeo a su vez puede ser reemplazado por el senador republicano por Arkansas, Tom Cotton.
Precisamente, Cotton ha sido un firme aliado del presidente en temas vinculados con la seguridad nacional.
Pero en el entorno del presidente salieron a poner paños fríos a las versiones periodísticas que, con insistencia, daban como un hecho la salida de Tillerson.
Pese a los desmentidos, es un hecho que, cuando está a punto de cumplirse el primer año de la gestión Trump, distintos cambios fueron evaluados en la interna del gobierno bajo la tutela del actual jefe de gabinete, John Kelly.
Según informaron recientemente distintos medios en EEUU el principal motivo de las divergencias entre el magnate y el exempresario petrolero tiene que ver con la crisis generada por los ensayos nucleares ordenados por el régimen de Corea del Norte.
Tillerson está convencido de que la alternativa para resolver ese conflicto y evitar un enfrentamiento que empeore las cosas es la vía diplomática. E insistió siempre en esa posibilidad.
Pero Trump va por otro lado y no para de advertir a Corea del Norte que ese país puede ser destruido, además de provocar siempre que puede –a partir de su ya probada y muchas veces inconducente incontinencia verbal– al líder Kim Jong-un, que incluso llegó a tratarlo de "viejo demente".
Hace algunos meses, Trump había dicho, sin rodeos, que Tillerson perdía el tiempo al buscar una negociación con Corea del Norte.
Según algunas versiones, este a su vez habría llamado "imbécil" al presidente.
Los rumores sobre la salida de Tillerson se conocieron en un momento en que la crisis nuclear parece entrar en ebullución nuevamente, luego que Pionyang realizara a mitad de semana un nuevo ensayo con un misil balístico después de dos meses.
LAS CLAVES
Diplomacia. El secretario de Estado, Rex Tillerson, quiere resolver la crisis nuclear a través de negociaciones diplomáticas con Pionyang.Advertencia. Donald Trump amenazó a Kim Jong-un con responder a la pruebas nucleares con "fuego y furia".
Ensayos. En lo que va de 2017, Corea del Norte hizo 20 pruebas nucleares.
May baja el tono a polémica con Trump
La primera ministra británica Theresa May no quiso responder este jueves al ataque directo que recibió de Donald Trump por unos tuits antimusulmanes del presidente estadounidense, y afirmó que las relaciones bilaterales tienen prioridad.Downing Street había reprochado este miércoles a Trump el "error" de difundir en las redes sociales unos videos de la organización ultraderechista británica Britain First, atribuyendo actitudes violentas a los musulmanes.
A Trump le cayó mal el rezongo e instó a May a que se ocupara de sus propios asuntos.
"Theresa May, no te centres en mí; concéntrate en el terrorismo radical islámico en el Reino Unido. A nosotros nos va muy bien", escribió el presidente a través de la red social Twitter.
Este jueves, en Jordania, May insistió en que la difusión de material de la organización extremista fue "un error" de Trump, pero sugirió que eso no perjudicará las relaciones bilaterales. "Como primera ministra dejo claro que la relación con Estados Unidos debe continuar", afirmó.
"Es una relación perdurable por existe porque es del interés nacional de ambos", aseguró May.
El incidente ocurrió en un momento en que Londres está necesitado de grandes aliados alternativos a la Unión Europea, y confiaba en Estados Unidos, con quien se ufana de mantener una histórica "relación especial" en terminos bilaterales.
Sin embargo, no fueron estos los primeros ataques de Trump al Reino Unido.
El presidente ya disparó sus dardos varias veces contra el alcalde musulmán de la capital británica, Sadiq Khan.
La ministra de Educación británica Justine Greening, también intentó minimizar el incidente.
"Al final, nuestra relación con Estados Unidos tiene una longevidad que sobrevivirá después de que los presidentes vayan y vengan", dijo a la radio BBC.
