Donas uruguayas: un negocio en plena expansión

Franquicias especializadas y panaderías tradicionales potencian el mercado local de este producto asociado con la cultura popular estadounidense

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01 de octubre de 2020 a las 05:00

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El escritor estadounidense John T. Edge en su libro Donuts: An American Passion (2006), pone en tela de duda el origen holandés de las donas e insinúa que quizás llegaron a Estados Unidos por los alemanes, además de hacer un recuento de otras culturas que desde tiempos ancestrales tenían en su dieta alguna especie de bollo de masa frita. Sea cual sea su origen, es innegable que gran parte de su popularidad surge gracias a la cultura pop estadounidense y que nos es impensable imaginarlas sin el clásico agujero en el centro.

En Uruguay, una de las precursoras en instalarlas como opción de desayuno o merienda fue la cadena McDonald’s, que incorporó las donas en 2004, teniendo en cuenta los gustos de sus consumidores. Sin embargo, manifiestan que en la actualidad no es una opción que se destaque por encima del resto de las propuestas que ofrece McCafé en su menú. Pero para otros comercios las donas están abriendo un mundo de posibilidades y las ven como un producto con potencia de crecimiento, por lo que decidieron apostar fuerte en su producción y consolidarlas a nivel cultural.

Imponiendo tendencia

En 2017 abrió Donut City en Montevideo, el primer emprendimiento en especializarse en donas artesanales. Sus fundadores vinieron desde Venezuela hace cuatro años y cambiaron drásticamente de rubro profesional: del petrolero al gastronómico. “Yo soy ingeniera química, mi esposo ingeniero electricista y mi hermano arquitecto, pero nos encanta la cocina y el tema de las donas”, dice Anacary Marcano, una de las propietarias.

Donut City cuenta con tres locales (Cordón, Punta Carretas y Punta del Este) y está trabajando en la inminente apertura de otro en el Centro de Montevideo, ubicado en la calle Convención entre Maldonado y Durazno. “El crecimiento de las donas está siendo bastante significativo en Uruguay. Cuando llegamos era un producto muy poco conocido, solo lo encontrabas envasado en algún supermercado o en McCafé. Vimos ese nicho y la oportunidad para hacer algo diferente”.

SI bien la marca fue sumando otras opciones al menú, como sándwiches, hamburguesas y meriendas, el producto estrella y que da nombre al emprendimiento siguen siendo las donas. A partir de la próxima semana el nuevo local del Centro se encargará de la producción y distribución de todas las donas de sus locales (excepto del de Punta del Este). Entre los tres locales están cocinando unas mil unidades por día, de las cuales se venden entre el 90% y el 95%.

Los cuatro locales pertenecen a los propietarios iniciales, pero están manejando la posibilidad de convertir la marca en franquicia, algo que se definirá en los próximos meses. Según Marcano, la llegada de la franquicia argentina Don Us Company al mercado uruguayo no les ha impactado negativamente todavía. “Hay cientos de lugares y personas que hacen donas, cada uno tiene algo particular, cada sabor es particular y todas las donas son diferentes. Creo que hay campo para todos”, señala.

Para la emprendedora, las donas son un producto que va más allá de la moda y que el público uruguayo incorporó como opción de desayuno o merienda. “Me parece que va a quedar por mucho tiempo, porque ha tenido un crecimiento muy interesante y sigue creciendo de una manera increíble y no solamente en Donut City”. Afirma que esa adopción de las donas excede el desayuno o la merienda y se traslada a eventos, ocasiones especiales y regalos personales o empresariales.

Un éxito en pandemia

Don Us Company es una cadena de donas que nació en Argentina en 2018 y que llegó a Uruguay en plena pandemia de coronavirus. Alejandro Romani es uno de los responsables de que la marca haya cruzado el charco y de que se esté expandiendo rápidamente. Junto a un socio tienen la representación en exclusiva de la marca en  Uruguay, lo que implica que son los únicos autorizados a fabricar bajo el formato Don Us Company y a vender la franquicia en el país.

Cuentan con dos fábricas y tres locales propios en Montevideo y uno franquiciado en El Pinar. En mayo de este año abrieron su primer local en Punta Carretas, en julio el de El Pinar, en setiembre en Carrasco y en octubre un cuarto local sobre Camino Carrasco. “Entramos muy fuerte en el mercado porque es una marca conocida en Argentina y es un producto distinto, es lo más parecido a la dona americana”, dice Romani, quien agrega que tienen una lista de espera de más de diez franquiciados. Para acceder a la franquicia, la inversión ronda los 35 mil dólares, entre la compra de la marca y la adaptación del local a los requerimientos exigidos.

“Hoy la dona es un producto que está en alza, todo el mundo quiere hacer donas, pero acá en Uruguay los únicos que tenemos una planta habilitada exclusiva para producir donas somos nosotros”, dice. Actualmente, producen unas 30 docenas por día por local de lunes a viernes, cifra que se dispara los fines de semana alcanzando las 90. Entre los futuros proyectos planean abrir un local propio en Ciudad Vieja, hacer la temporada en Punta del Este con un foodtruck de la marca y empezar a mirar hacia el interior del país para el año que viene.

Resiliencia en la cocina

Pixabay

Gustavo Mancebo, gerente del Centro de Industriales Panaderos del Uruguay (CIPU), ve a la llegada de las donas como una oportunidad, más que como una competencia. “Hay una línea americana de pastelería que está apareciendo fuerte en Uruguay y eso es una oportunidad, se abre un frente nuevo de trabajo”, dice. Además de las donas, productos como brownies, cookies, carrot cakes, rolls de canela y red velvet, poco a poco se encuentran con más frecuencia en las panaderías tradicionales de la ciudad. Para Mancebo, un factor crucial en la difusión y popularidad de este tipo de productos son las redes sociales.

SI bien el CIPU no cuenta con mediciones de consumo que puedan comprobar si ha habido un cambio significativo en el gusto y preferencias de los consumidores uruguayos, la experiencia de sus asociados es un buen indicador de que es así. “Vemos que el sector de panadería tiene que perfilarse a elaborar una propuesta moderna y lo promovemos. Los consumidores van cambiando. Hay toda una nueva generación que pide productos más internacionales como las donas y otras cosas que están de moda a nivel global”. Para Mancebo, las donas son un producto que pueden crecer porque son tendencia, aunque aún no se vea reflejado en las ventas: “Hay panaderías que se meten a hacer este tipo de productos y les va bien, pero no tienen el volumen de venta que tienen los productos tradicionales, todavía”.

La panadería Verdún en Montevideo es una de las tantas que se sumó a hacer donas artesanales. Desde hace dos años las incorporó a su oferta siguiendo las tendencias de las redes como Instagram, pero su producción no supera las 80 por semana. Junto con las donas también fueron sumando brownies, bagels y panes de masa madre. Para su propietario, Héctor Facal, las donas no son un producto que pueda llegar a competir con la bizcochería local, pero considera que es necesario sumarlas como propuesta. Señala que el mercado en Uruguay es tan pequeño que es lo que obliga a las panaderías a innovar y sumar nuevos productos que den respuesta a los pedidos de los clientes. “Tenemos que seguir ese camino para poder avanzar en lo comercial. Necesitamos vender para seguir trabajando”.

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