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26 de marzo de 2020 a las 05:00

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La decidida actitud del canciller de la República, Ernesto Talvi, al frente de la repatriación de los miles de uruguayos varados en distintos países del mundo está a tono con la del presidente Luis Lacalle Pou y los otros ministros que enfrentan con determinación la peor crisis sanitaria del siglo XXI.

“No hay ningún compatriota que quiera volver al país que más temprano o más tarde no vaya a poder hacerlo”, sostuvo con determinación el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Talvi.

Sea en Perú, Ecuador, Argentina, Galápagos, Australia, España o Italia los uruguayos de todo el mundo sorprendidos por las medidas de los gobiernos al cerrar fronteras para evitar la propagación del contagioso covid-19 están sintiendo tal vez como nunca en la historia la presencia de su país apoyándolos a través de consulados y embajadas.

No se sabe a ciencia cierta cuántos uruguayos están varados en el exterior. Una cifra difícil de cuantificar, pero intensa a la hora de vivir ese sentimiento tan único, que es ser oriental.

En los momentos confusos de una crisis que nunca se vivió, la pertenencia al país es algo fundamental para no perder los puntos de referencia. El miedo al aislamiento, al contagio, incluso a morir en tierras lejanas no es un sentimiento a subestimar. Por eso resulta tan gratificante y alentadora la actitud de la cancillería poniéndose al frente de las soluciones para todos esos uruguayos que quieren volver al país y no pueden.

El mundo vive una crisis sanitaria, económica y social sin antecedentes en su historia. Uruguay y su gobierno vienen actuando a la altura de las circunstancias. Pese a los insólitos reclamos sectoriales que buscan su salvación personal en tiempos donde hay que estar codo con codo con el gobierno, la cancillería está dando un claro ejemplo del rumbo correcto.

“Les transmitimos tranquilidad a los uruguayos, tenemos el toro por los cuernos, sabemos lo que tenemos que hacer, da un poco de trabajo. Un poco más temprano, un poco más tarde, los compatriotas que puedan volver a Uruguay van a poder hacerlo”, aseguró Talvi en la Torre Ejecutiva.

“Todo involucra negociaciones con otros países, y por eso algunas decisiones se demoran un poco más de lo que desearíamos”, añadió.

La decidida acción de nuestra cancillería pone arriba de la mesa la significancia para el Uruguay de los uruguayos en el mundo, de los que estaban de viaje y los que residen afuera. Es frecuente escuchar por estos días acciones de solidaridad y apoyo entre compatriotas en el exterior que sin conocerse se unen para enfrentar la crisis.

Lejos de casa, dicen, se ve a Uruguay y sus problemas muy pequeños comparados con los del mundo. Esta crisis sanitaria que está dejando el mundo patas para arriba viene a valorizar el terruño propio como algo para valorar y cuidar mucho más.

La actitud decidida del ministro y el trabajo de los funcionarios del ministerio ayudan mucho a levantar el ánimo y ver el futuro de Uruguay con esperanza. 

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