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Dos dominicanos y un uruguayo interrogados por secuestro de empresario
La Policía interrogaba ayer a tres personas –dos dominicanos de 24 y 28 años y un uruguayo menor de edad– por el secuestro de un empresario de la puerta de su negocio. Uno de los detenidos es empleado del empresario, informó el Ministerio del Interior en un comunicado de prensa. La Justicia busca determinar si se trató de un rapto "entregado".
El empresario, de 50 años de edad, sorteó la situación de pura casualidad.
El hombre llegó a la hora 8.30 a Promet, la empresa familiar que dirige y que se dedica a la importación de maquinaria forestal, ubicada en la esquina de las calles San Martín y Contucci, cercano al cruce con Propios.
Según dijeron testigos presenciales, el empresario estacionó su auto, un Renault Megane blanco, a 20 metros de la esquina de la cuadra donde tiene su empresa y, cuando se dirigía al negocio, fue interceptado por dos delincuentes.
Hasta la tarde de ayer, en la esquina podían verse aún las manchas de la sangre del empresario, que recibió un disparo en el brazo, presumiblemente porque se resistió.
Imposible saber qué hubiera ocurrido si nadie hubiese visto el momento en que el empresario era subido al auto a la fuerza. Pero un testigo vio lo que ocurría y denunció inmediatamente el hecho al 911.
"Inmediatamente la Mesa Central de Operaciones del Centro de Comando Unificado dispuso un cierre zonal con saturación de móviles de las Unidades de Respuesta de la Policía de Montevideo (URPM), y del Área de Investigaciones de la Jefatura de Zona Operacional III. Ese cerco dispuesto permitió ubicar el vehículo con matrícula de alquiler (...) en la intersección de las calles Nogueira e Iraola, en el barrio Marconi. Dicho vehículo presentaba, entre otros elementos, rastros de sangre", informó el ministerio.
Al llegar a la zona, los policías fueron atacados con piedras, por lo que la Guardia Republicana dispuso un cerco perimetral para brindar seguridad a los demás agentes.
Finalmente, la Policía detuvo a los secuestradores y rescató al empresario amordazado en una casa del barrio Marconi.
Detenidos
Luego, un grupo de agentes se dirigió al negocio, en el que trabajan siete personas, y trasladó a dos de ellos a una dependencia policial para interrogarlos.
La Policía y la jueza Julia Staricco investigan si el secuestro fue entregado, entre otras cosas basándose en que el empresario, que vive en Pocitos con su familia, no llega siempre a la misma hora a su negocio. De todas maneras, esta semana el hombre fue muy puntual en sus arribos a la empresa, informaron fuentes del caso.
El empresario fue asistido en la policlínica de la calle Capitán Tula por el balazo que recibió en el brazo.
La Policía está impactada por la suma de casos
La Policía está inmersa en un estado de impacto por una situación delictiva que, como sostienen algunos de sus principales jerarcas, es más compleja de lo que se ve y conoce públicamente. Por un lado, aún sigue resonando el caso de la quinceañera argentina Lola Chomnalez –cuyo asesinato sigue sin aclararse– y, por otro, tiene a buena parte de sus mejores investigadores en el caso de la ginecóloga Mylvana Salomone, desaparecida el 17 de mayo cuando se dirigía de Florida a Montevideo.
Todas las hipótesis de trabajo de la Policía siguen abiertas pero sin indicios claros de de qué se trata: ¿una rapiña mal resuelta?, ¿un secuestro que se fue de las manos?, ¿un mensaje mafioso hacia la familia?
Como si estos dos casos mediáticos en extremo no fueran suficiente, la Policía tiene desperdigados en varios juzgados casos de secuestro, algunos de ellos de enorme signficación: mientras que los delincuentes festejaban el cobro de su segundo rescate protagonizaron uno de los asesinatos más sonados de los últimos meses. La Policía no quiere dar más datos porque teme por la vida de algunos de los informantes que ayudaron a aclarar el caso.
