La alimentación y el estilo de vida tienen grandes impactos en el corazón

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Dr. Walter Pérez: “El corazón está muy unido a la vida”

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01 de octubre de 2021 a las 05:01

Nuestra vida comienza con el primer latido y acaba cuando el corazón deja de latir. La vida está ligada al corazón, de comienzo a fin. El 9 de setiembre se celebró el Día del Cardiólogo y, convocadas por Medicina Personalizada, fuimos a conversar con el Dr. Walter Pérez, pediatra.

Hablamos sobre los cuidados del corazón que podemos implementar en la planificación familiar y sobre algunos otros asuntos de corazón que como papás debemos considerar.

¿Por qué es importante el corazón?

El corazón es como una bomba hidráulica, con el mismo concepto que las bombas de riego. Toma agua de un pozo y le da presión para que sea enviada por regadores a distancias largas. El corazón hace lo mismo, y en ese riego va el oxígeno, los alimentos, a todo el cuerpo.

Todos los órganos son importantes, pero hay algunos que son los llamados “nobles”. Dentro de esos, que se benefician por el corazón, están el propio miocardio del corazón (su tejido muscular), la tiroides y el cerebro. Son los órganos nobles por excelencia. Son todos órganos que comandan la vida intelectual, cognitiva. Si el corazón falla como músculo, se compromete todo.

¿Se puede cuidar el corazón desde la niñez?

Hace tiempo ya se sabe que hay enfermedades que son del niño y que se expresan cuando crece y es adulto. Antes se tenía la ilusión de que el hígado del niño o páncreas o las arterias, estaban nuevas, y que por eso podía comer cualquier cosa y no pasaría nada. Que enfermedades metabólicas como la diabetes o la obesidad estaban vinculados a lo que hacía la persona adulta con su cuerpo. Pero de niño se establecen los hábitos que influyen en esas enfermedades de adultos.

El origen de los trastornos cardiovasculares que tiene el adulto que se ha alimentado mal, ya aparecen en el niño. A los niños, comer mal no les obstruye las arterias, pero si ves cómo se alimenta ese niño, podés prever qué problemas tendrá de adulto.

Hay un tema de obesidad infantil que preocupa y es algo que compromete la vida saludable del niño, su desempeño, las habilidades motoras que ese niño debe desarrollar.

¿Qué podemos hacer en casa para cuidar el corazón de los niños?

Varias cosas. Los adultos hacemos algunas cosas mal y a veces se las transmitimos a los niños. Es importante que los niños realicen actividad física. No podemos hacer lo que hacen muchos que están sedentarios toda la semana y el domingo se van a jugar fuerte con los amigos al fútbol. Eso no sirve. Es mejor caminar 20 cuadras por día para acompañar al niño a la escuela, que excederse en ejercicio un domingo sin tener preparación previa.

La actividad física incorporada a la vida doméstica es buenísima, me refiero a caminar en vez de usar el auto cuando la distancia lo permite. A veces entendemos por actividad física, eso de matarse un par de veces a la semana, o la actividad competitiva. Yo prefiero incorporar la actividad física a la vida diaria, subir escaleras, caminar algunas cuadras. La pandemia nos enseñó mucho en ese sentido. La gente empezó a tener caminadores en su casa y a caminar un poco todos los días, mirando tele igual. La otra cosa es, sin duda, el tema de la alimentación.

¿Hay alimentos especiales que cuiden el corazón?

Las grasas buenas tienen que estar incluidas en la alimentación de los niños. El aceite de oliva, de lino, los aceites refinados no procesados. No freír, eso es lo ideal. Que los niños coman frutas y verduras frescas. Eso previene en todo. Y lo otro que hacemos nosotros y está bueno descartarlo en los chiquilines, es evitar el picoteo. El hombre está programado para comer cada 4 o 6 horas, es cíclico. No está programado para comer a toda hora. Y una de las cosas que le transmitimos y permitimos es abrir la heladera a cada rato. Esa es una conducta a desarticular.

¿Cómo me doy cuenta si se despierta un tema cardíaco durante la infancia?

Hay enfermedades del corazón que se pueden adquirir como cualquier otra enfermedad y otras que están latentes y se despiertan después. Dentro de las primeras está la afectación del corazón y la presión arterial a partir de la nefritis o inflamación de riñones. El punto de partida de esta inflamación es una infección en la garganta. Es una típica infección reno cardíaca adquirida. La secuencia es: infección a la garganta, te produce una inflamación renal y eso un aumento de la presión arterial que afecta al corazón. La infección de garganta en el escolar, esa que da fiebre, es algo a controlar. Me refiero a esa angina que no te deja tragar.

Luego hay otras enfermedades que pueden afectar el corazón. Son más enfermedades degenerativas. Habitualmente tenemos una carga genética que se despierta con determinados estímulos. Los desencadenantes no están muy claros.

¿Cuándo debo consultar al pediatra?

Los síntomas de los problemas cardíacos en los niños son, primero, dolor en el pecho. Sobre todo, vinculado al esfuerzo. Las pérdidas de conocimiento, síncopes o desmayos también son para prestar atención y estudiar. Sobre todo, cuando el niño hace deporte. A la fatiga pronunciada, cuando el niño se fatiga mucho más que el resto de los niños, hay que prestarle atención. O cuando le falta el aire. Que se le hinchen los pies o los ojos también son elementos a tener en cuenta. Las taquicardias que se sienten bien en el pecho, también son para hacer ver porque pueden indicar arritmias.

El corazón de la familia

¿Cómo nos cuidamos?

–          El corazón es un músculo y hay que entrenarlo para cuidarlo. Lo ideal es de manera progresiva, ordenada.

–          Podemos hacer un gran cambio al incorporar el ejercicio como algo propio de la vida doméstica.

–          Evitar el sedentarismo.

–          Programar la actividad física en la rutina familiar. Los papás programamos a qué escuela mandarlo, si lo mandamos o no a inglés aparte y, sin embargo, el entrenamiento o los cuidados físicos no están muy en el plan.

–          Alimentación sana. Evitar la obesidad.

–          Los controles. Los niños tienen que controlarse la presión arterial dos o tres veces por año.

–          Si en la familia hay antecedentes de personas que se murieron jóvenes, de muertes inesperadas, hay que hacer controles desde la niñez.

–          Si tu hijo va a hacer un deporte de competición también debe realizarse una evaluación inicial.

–          Si alguna vez tuvo una pérdida de conocimiento, hay que controlar y no adjudicarla a que ese día no desayunó o no comió bien.

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