Opinión > ANÁLISIS

EEUU, China y la lógica de las guerras comerciales

Todos los conflictos hacen que los protagonistas generen nuevas herramientas
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23 de septiembre de 2018 a las 05:03

Por Gideon Rachman
 

Beijing explorará nuevas formas de perjudicar a Washington, incluyendo dejar de comprar su deuda.

No se llaman guerras comerciales por casualidad. La última ronda de sanciones comerciales de ojo por ojo entre EEUU y China ha sido impulsada por las mismas emociones de temor y orgullo que provocan las guerras reales. Un país realiza un movimiento agresivo, por lo que el otro se siente obligado a responder en la misma medida. Ambas partes temen que, si retroceden, perderán el respeto del mundo y de sus propios ciudadanos.

La opinión de la administración Trump es que China ha estado “engañando” a EEUU en sus transacciones comerciales durante décadas. Pero en lugar de responder a la primera ronda de aranceles estadounidenses, impuesta en julio, con concesiones, los chinos reaccionaron con sus propios aranceles. Así que ahora el presidente Donald Trump está imponiendo aranceles adicionales de 10 por ciento sobre US$ 200 mil millones adicionales en exportaciones chinas.

Previsiblemente, en lugar de retroceder, los chinos han prometido responder a esta última ronda de medidas con más aranceles sobre los productos estadounidenses. Siguiendo la lógica de la escalada, Trump ha prometido que generará aún más aranceles –posiblemente a una tasa más alta de 25%– cubriendo esencialmente todas las exportaciones chinas a EEUU.

Ambas partes están dispuestas a arriesgar una guerra comercial porque creen que tienen buenas posibilidades de ganar. EEUU cree que la economía china está en problemas y que, por lo tanto, es vulnerable a la presión económica estadounidense. Larry Kudlow, asesor económico de la Casa Blanca, dijo recientemente que “la economía de China se dirige hacia el sur”. Los estadounidenses también saben que China tiene un superávit comercial masivo con EEUU y por lo tanto es más vulnerable en una guerra arancelaria.

El gobierno chino, por el contrario, cree que su sistema político autoritario está en una mejor posición para lidiar con una guerra comercial que el modelo estadounidense, que está abierto a la presión y al descontento de los votantes. El régimen en Beijing ya habrá notado que la administración Trump ha prometido rescatar a los agricultores de soja que se han visto afectados adversamente por los aranceles chinos.

Hasta ahora, la guerra comercial se ha librado principalmente utilizando aranceles. Pero China pronto se quedará sin productos estadounidenses a los que pueda imponer aranceles

Como dice Jeremy Shapiro, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores: “Ambos países creen que pueden ganar y, por lo tanto, están dispuestos a luchar en la guerra. La guerra, en el lenguaje de las ciencias políticas, es casi siempre una disputa sobre el poder relativo, de lo contrario no habría necesidad de luchar. En este caso, es necesaria una guerra comercial para descubrir quién tiene la razón”.

Hasta ahora, la guerra comercial se ha librado principalmente utilizando aranceles. Pero China pronto se quedará sin productos estadounidenses a los que pueda imponer aranceles. Entonces, el gobierno chino tendrá que buscar otras formas de luchar.

Algunos cambios ya son visibles. Los diplomáticos dicen que China ya ha aliviado la aplicación de las sanciones comerciales a Corea del Norte, que son importantes para los esfuerzos de EEUU para obligar al régimen de Kim Jong Un a desechar sus armas nucleares. También es probable que los chinos impongan nuevos obstáculos reglamentarios a las empresas estadounidenses que operan dentro de China. Y China también puede manipular su moneda para reducir su valor, lo que podría compensar fácilmente el efecto de un arancel de 10% sobre los precios.

También hay nuevas especulaciones sobre el papel de China como un principal comprador de la deuda del gobierno estadounidense. 

Ambas partes están dispuestas a arriesgar una guerra comercial porque creen que tienen buenas posibilidades de ganar

 

Algunos han teorizado durante mucho tiempo que China podría ejercer presión sobre EEUU simplemente al negarse a comprar letras del Tesoro, lo cual dificultaría la financiación del déficit federal de EEUU. Hillary Clinton una vez argumentó que EEUU tendría problemas para “endurecer” su postura con respecto a Beijing porque China es “el banquero de EEUU”. En los años de Barack Obama, sin embargo, prevaleció la opinión de que China nunca abandonaría sus tenencias de deuda de EEUU porque eso reduciría el valor de los propios ahorros de China. Sin embargo, ya que el déficit estadounidense está de nuevo en ascenso debido a los recortes tributarios del Trump, los chinos seguramente explorarán el posible uso de la amenaza de la deuda como una medida de represalia.

Una vez que estallan las guerras, se desarrollan todo tipo de armas nuevas. Y eso se aplica tanto a las guerras comerciales como a las guerras reales. 

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