Nadie puede saber, en su fuero más íntimo, qué lleva a una persona a matar a otra. Por qué decide terminar un conflicto llevando adelante el acto más violento posible y que tiene un resultado definitivo. Cuesta razonar que una decisión tan personal se traduzca en patrones: horarios y días más comunes, zonas más probables y etapas de la vida en la que sea más probable matar o morir.
El Centro de Informaciones y estudios del Uruguay (Ciesu) y el Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, representado por los técnicos Emiliano Rojido, Ignacio Cano y Doriam Borges, realizaron un estudio de diagnóstico de los homicidios en Uruguay entre 2012 y 2022. Fue presentado en el Ministerio del Interior y contó con el apoyo del asesor ministerial, Diego Sanjurjo.
El estudio muestra que 54,9% de los homicidios fue cometido en la vía pública, convirtiéndolo en la escena que nuclea más homicidios. El segundo es el domicilio de las víctimas, donde ocurrió un 25,4%.
Los días de la semana más probables para cometer este tipo de crímenes fueron sábado y domingo y, en las estaciones, el verano. Así, destacan los autores, los períodos con mayor incidencia de homicidio coinciden con los momentos en que, en general, las personas consumen más bebidas alcohólicas y están en su tiempo libre.
¿El horario? Aquel en los que las personas suelen realizar actividades de ocio y, a la vez, está más oscuro: entre las 18 y las 23 horas.
En cuanto a los motivos, hay cinco que reúnen casi el 56% de los casos. Estos fueron las disputas y discusiones (15,2%), por venganzas o represalias (13,6%), derivados de rapiña, hurto o copamiento (12,2%), por celos y apropiación sexual (8,3%) y por tráfico de drogas (6,5%). Sin embargo, es probable que estos porcentajes sean en realidad más altos debido a la alta proporción de homicidios sin motivo aclarado.
Los homicidios derivados del tráfico de drogas están en ascenso desde 2020 y el año pasado tuvieron más de 10% de las víctimas, cuando el promedio anual era de 5%. Así, los investigadores destacan que el porcentaje ascendente de este tipo de crímenes en 2022, condice con un descenso en aquellos que eran cometidos en venganza y por represalias.
Según el relevamiento del 67% de los homicidios cometidos en la última década –que son los que se tiene información como para esbozar un perfil del autor–, la mayoría de los autores son hombres (casi 92%) y cerca de 57,9% tenía entre 15 y 39 años al momento del crimen.
Por otra parte, destacaron la alta incidencia de las armas. En 2019 había más de 600 mil armas registradas y según estimaciones internacionales realizadas por Small Arms Surveys para un promedio de países, por cada arma registrada hay una ilegal. Lo que, trasladado a Uruguay, significaría que en 2019 había 1.200.000 armas en circulación. Ellas son el medio más utilizado en los homicidios por venganza y represalias (83,5%) y las relacionadas con el tráfico de drogas (78,9%).
El estudio construye un perfil de cuatro tipos de homicidio en base al estudio en profundidad del 41,2% de los homicidios ocurridos entre 2012 y 2022, que son aquellos de los que tenían toda la información necesaria para hacerlas.
El conglomerado 1 nuclea los homicidios cometidos por venganzas o tráfico de drogas. Se cometen mayormente en espacios públicos, entre hombres jóvenes y con armas de fuego. Agresor y víctima se conocían previamente y más de la mitad de los autores tenía antecedentes penales. Se concentraron principalmente en las zonas operacionales 3 y 4 de la ciudad (norte de Montevideo).
En el conglomerado 2 se reúnen los homicidios que son derivados de delitos contra la propiedad. Más de la mitad de los casos cuentan con más de un autor y más de dos tercios fueron cometidos con armas de fuego. Las víctimas, por su parte, tenían, la mayoría, más de 45 años. En cuanto a los autores, la mayoría no tenía antecedentes penales y no existía relación entre víctimas y victimarios. Se ha concentrado mayormente en la zona 3 de Montevideo (noreste).
Los homicidios cometidos como resultados de discusiones se reflejan en el conglomerado 3. Suelen ser realizados por un solo autor y el arma predilecta es algún objeto cortante y no las armas. Son producto de una pulsión del momento y no de un plan. Junto con el conglomerado 1, la mayoría de las víctimas son hombres y el 44% tenía antecedentes penales.
Por último, el conglomerado 4 retrata los homicidios que ocurren en el marco de relaciones emocionales o sexuales. A diferencia del resto, sucede casi siempre en espacios privados y, aunque también son protagonistas las armas, en este caso se destaca que el 15% fueron cometidos con las propias manos. Ese porcentaje es el doble que el promedio del total de casos. A su vez, en relación con el resto, es grande el porcentaje de víctimas menores de 16 años, que alcanza un 14% de los casos totales. Prácticamente ninguno de los autores tenía antecedentes y la mayoría había convivido con la víctima.
Ni el conglomerado 3 ni el 4 se concentra en zonas específicas de la ciudad.
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