El calentamiento global es el tema más grave de todos

Los uruguayos pueden percibir que es causante de problemas serios y visibles

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03 de marzo de 2019 a las 05:04

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Más allá de que las causas de la floración de las cianobacterias son varias y debemos centrarnos en las causas locales y regionales que son las que están bajo nuestra directa responsabilidad, vale notar que uno de los factores tiene importancia por su carácter global: la temperatura en ascenso. Las cianobacterias, además de mostrarnos que debemos revisar cómo se hace la agricultura, la ganadería y el manejo del saneamiento, nos muestran que el calentamiento global tiene consecuencias muy tangibles e incómodas. Es la primera vez que el público uruguayo puede percibir que el calentamiento es algo más que una advertencia de meteorólogos, sino que también uno de los causantes de problemas muy serios y visibles. Las dos olas de calor intenso, llegaron en el mismo verano en el que Australia batió récords de temperaturas, tuvo incendios e inundaciones inéditos y a posteriori de una primavera y verano en el hemisferio norte que también marcó récords de temperatura en varios lugares de Europa. Y por ser un año con fenómeno del Niño el calor vino con lluvias abundantes.

Respecto al calentamiento, mucha gente parece no querer enterarse o aferrarse a que “no será para tanto” o “alguna solución le encontrarán”. Una postura de negación que comparten el presidente de EEUU, la mayor economía mundial y el presidente Jair Bolsonaro en Brasil, que administra la mayor parte de la Amazonia, el mayor amortiguador del mundo al cambio climático.

Por supuesto que a la industria del petróleo no le cae simpática la postura de que las actividades humanas y centralmente el uso de las energías fósiles son causante del problema. Pero desde esta semana no quedan dudas razonables al respecto. La probabilidad de que el calentamiento no sea causado por humanos ha alcanzado el nivel de certeza conocido como estándar de oro. La probabilidad de que las actividades humanas no sean una causa fundamental del calentamiento son de solo una en un millón.

No es una novedad. El proceso empezó a quedar claro hace al menos 40 años, cuando la Academia de Ciencas de EEUU publicó lo que se llama el informe Charney, la primera revisión científica extensa del tema. 
La Agencia de Protección del Ambiente de EEUU (Enviroment Protection Agency), algo comparable a la Dinama de Uruguay, publicó en 1983 un trabajo cuya tapa hoy tiene una estética vintage, titulado ¿Podemos demorar el calentamiento por efecto invernadero? Una publicación muy elogiable por la puntería de sus predicciones. 

“Para el año 2000, la frecuencia de los días más calurosos será mayor”, dijo en aquel momento John Hoffman, director de estudios estratégicos de la EPA, en una sesión informativa. En aquel artículo de 1983 Hoffman señaló que con más dióxido de carbono en la atmósfera, “la comunidad agrícola aumentará la productividad significativamente”. El dióxido de carbono adicional, explicó, mejora la fotosíntesis. Ambas cosas están pasando, olas de calor, pero con las lluvias llega una producción de verde excepcional: cianobacterias, pasturas, agricultura, en este verano todo lo verde explota. Pero no es más que una señal de las plantas tratando de sacar carbono excesivo del aire y devolver oxígeno.

El estudio advertía que la temperatura podía llegar a desviarse en 2 grados, y que a partir de eso sería muy difícil frenar. Proyectaba también que para fines del siglo XXI podía tener un desvío de cinco grados, lo que sería gravísimo. Hoy es el saber estándar, en 1983 era excelencia en ciencia. Porque en esta semana ha quedado confirmado en su magnitud y en su causa.

Uno de los mensajes que deja este verano es fuerte y claro: el calentamiento es un problema realmente muy grave. Un grado de más, que es aproximadamente lo que tenemos ahora, 1,20 aproximadamente, y será muy difícil revertirlo y muy costoso padecerlo. No por la incomodidad que generan los picos de temperatura, sino porque todo el ecosistema se ve alterado, y en un año de pocas lluvias la producción de alimentos sufre graves daños.

Desde 2017 la misma Agencia EPA del gobierno de EEUU, bajo Trump, tenía un director que manifestaba dudas respecto a que los humanos fuésemos causantes del calentamiento, algo muy conveniente a las industrias petroleras y del carbón.

Esta semana las pruebas se consideraron bastante contundentes, al 99,9999%. En ciencia normalmente no se puede decir que algo sea “cierto” mas que en términos probabilísticos. Pero si se pueden manejar niveles muy altos de certeza. Como decir que la probabilidad de que algo no sea cierto es de una en un millón. Eso es  lo que se llama el “standard de oro”.  Es lo que se aplica por ejemplo en física al bosón de Higgs, descubierto hace poco tiempo atrás. El nivel de prueba es muy pero muy alto. Dicho de otro modo, solo hay una posibilidad en un millón que la causa no sea humana. Esa fue la estimación de la probabilidad que hizo el equipo que lidera Benjamin Santer, del Lawrence Livermore National Laboratory en California, según consignó Reuters.

El panel Intergubernamental de Cambio Climático recién publicará su estimación de certeza sobre el origen humano del calentamiento en 2021, y tal vez ubique las probabilidades algo lejos de eso, pero a todos los efectos prácticos, aún considerando que la probabilidad fuera solo 99,9%, o 99% o 95%, más vale asumirlo: los culpables principales de los problemas somos nosotros mismos. El estudio citado que revisó a través del big data 40 años de información de todo tipo, deja poco margen al escepticismo.

Lo que es una buena noticia en un sentido, si nosotros somos la causa, nosotros podemos solucionarlo. Mucho peor sería que el sol se estuviese calentando locamente y no pudiéramos hacer nada.

Las gráficas de temperatura, dióxido de carbono y metano en aire son alarmantes. Los últimos cuatro años fueron los más calurosos en más de 100 años de mediciones. Las primeras proyecciones ya ubican a 2019 con temperaturas superiores a las de 2018. La frecuencia de los fenómenos El Niño parece cada vez mayor. La temperatura del planeta siempre ha cambiado, pero nunca a esta velocidad. La presencia de Co2 en la atmósfera es inédita en 500.000 años. 

El principal problema que a mi entender tiene la dinámica del calentamiento global es que se retroalimenta positivamente a sí misma. Al derretirse los polos baja el albedo, es decir la proporción de la energía solar que llega a la Tierra y rebota. Esto es porque al derretirse los polos los rayos solares que antes rebotaban en el blanco del hielo son absorbidos por las aguas del océano. El albedo es la luz reflejada/luz recibida. Un planeta perfectamente blanco tendría un albedo de 1, reflejaría todo. Un planeta completamente negro tendría un albedo cero, absorbería toda la luz. La Tierra tiene un albedo aproximado de 0,3 pero bajando, absorbiendo cada vez más calor por el derretimiento de los hielos polares y de los picos montañosos.

Hay otro hielo importante que se va derritiendo, el de zonas circundantes a los polos como Groenlandia. Y al derretirse generan grandes emisiones de metano, un gas altamente generador de calentamiento.

Otra retroalimentación del calentamiento es la dada por los incendios. Las olas de calor han generado grandes incendios: California, Portugal, Australia, Canadá. Y cada incendio es carbono que habían secuestrado las plantas y que se libera a la atmósfera. 

La especie humana precisa despertarse a la verdad incómoda que Al Gore hizo famosa en un documental que le hizo perder las elecciones ante el lobby petrolero. El calentamiento es el principal problema de la humanidad y queda poco tiempo para frenarlo antes de que el clima se vuelva un caos. Los culpables del problema somos todos, con un nivel de certeza casi absoluta. Toda la sociedad debe reorganizarse épicamente en una batalla global para frenar un proceso que por ahora se va acelerando. Nuestra ganadería también será cuestionada por las  emisiones de metano, pero tiene respuestas para dar. 

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