El cambio profundo del electorado: cae identificación de blancos y colorados y crece "la coalición"

Pero hay un factor de largo plazo que tiene un peso importante en buena parte de la población, y que en Uruguay además ha tenido históricamente una relevancia "excepcional" en comparación al resto de la región: las identificaciones o fidelidades partidarias. 

Eso que la literatura académica define como “un vínculo psicológico-afectivo de mediano plazo con un partido político” y que los cientistas sociales resumen en la idea de "camisetas" o "muros" han sido, al decir del politólogo y sociólogo Luis Eduardo González, un factor que históricamente ha "enlentecido la velocidad de cambio del sistema de partidos" ya que ofrecían un "colchón" difícil de mover y en el que las colectividades políticas podían recostarse más allá de sus vaivenes ante la opinión pública.

Pero eso no quiere decir que las identidades partidarias no se muevan, ni que en Uruguay las cosas no cambien.

Así como en el largo plazo el deterioro de la fidelidad hacia los partidos tradicionales abonó el campo para el paulatino ascenso del Frente Amplio, los últimos años han mostrado otro movimiento que acompaña una tendencia de largo plazo pero que se acentuó a partir del nacimiento de la "coalición multicolor". 

En ese proceso, datos de 2021 de Equipos Consultores muestran un mayor debilitamiento en la identificación partidaria del Partido Nacional y del Partido Colorado, que tiene como contracara un crecimiento del electorado que expresa sus "cercanías" con "múltiples" partidos dentro de la coalición.

El sociólogo y director de Opinión Pública de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar, presentó datos concretos de ese fenómeno durante lunes en una sesión ampliada del Directorio del Partido Nacional, en el marco de un informe cuantitativo y cualitativo que encargó la divisa que lidera la coalición de gobierno como insumo para la planificación hacia las elecciones de 2024.

Según los números que proporcionaron a El Observador participantes de la reunión, el "núcleo duro" del Partido Nacional se sitúa en 11% del electorado, el del Partido Colorado en 2% y el de Cabildo Abierto en 1,4%. A eso se le suma cerca de un 20% de votantes que expresan cercanías "múltiples" dentro de la coalición multicolor. 

El dato surge de presentar a los encuestados una escala partidaria y preguntarles a cuáles se sienten cercanos. De esa forma se obtienen identificaciones "exclusivas" –cuando se nombra solo a un partido– o "múltiples" –cuando se nombra cercanía con varios–.

Del total de consultados, 7,6% del total dijo sentirse cercano a blancos y colorados, 3,2% manifestó cercanía con el Partido Nacional y a Cabildo Abierto, mientras que el 0,6% dijo estar cerca del Partido Colorado y Cabildo Abierto, entre otras combinatorias. 

Lo relevante, más allá de los márgenes de error para esas combinaciones, es que el porcentaje de identidad partidaria "intracoalición" supera por ejemplo al porcentaje entre 9% y 10% en el que oscilaba hasta 2019 el electorado que se decía cercano a "blancos y colorados". Además, evidencia la irrupción de un nuevo actor como Cabildo Abierto, cuyo nivel de fidelidad "exclusivo" es todavía bajo –aunque nada despreciable para un partido recién nacido– pero que ha colaborado a mover los cimientos de las identidades de largo aliento.

Durante la reunión, y a partir de esos números, Zuasnabar mencionó el escenario de "muros bajos" al que se ha referido últimamente para ilustrar la mayor volatilidad del voto dentro de la coalición y la facilidad que tienen muchos votantes de cruzar esas fronteras partidarias que antes eran menos transitadas. Un efecto directo de ese fenómeno es la mayor relevancia que adquieren –especialmente dentro del electorado de la coalición– factores de más corto plazo, entre ellas las candidaturas.

"En la medida que se empieza a consolidar el electorado del bloque multicolor, las barreras que separan a un partido de otro, que antes eran muros de un tamaño enorme y que a la gente le costaba saltarlos, empiezan a ser más bajitos. La gente los puede saltar con más comodidad. Se transforma en algo más a corto plazo, no identitaria de fondo, y eso puede estar mucho más influido por las campañas y las candidaturas", dijo Zuasnabar semanas atrás entrevistado por el semanario Búsqueda. 

En la encuesta presentada a los dirigentes blancos, por su parte, el Frente Amplio se ubica con un porcentaje de fidelidad partidaria de 32%. En la recta final de 2014, el "piso" de fidelidad partidaria de la coalición de izquierda era de 36%, en 2009 de 40%, en 2005 de 42%, y en 1999 de 30%.

Al mismo tiempo, actualmente hay un 8% que expresa cercanía “mixta” con el Frente Amplio y al menos un partido del otro bloque, lo que representa un leve crecimiento de esa población respecto a anteriores elecciones.

Por último, se registra un 26% de electores que no expresan cercanía con ninguno de los partidos y por eso se los considera "independientes". En la segunda mitad de 2019 esa población sin identificaciones partidarias alcanzaba el 28%. En 2014 era 24%, en 2009 el 20%, en 2005 el 24%, y en 1999 el 21%. 

"Esos son los que tenemos que ir a buscar y convencer", dijo uno de los dirigentes consultados, resumiendo la tarea en la que competirán con el Frente Amplio.