Luis ROBAYO / AFP

El espejo de Colombia

La crisis de Colombia podría augurar otros disturbios en países de América Latina de una problemática similar

Tiempo de lectura: -'

14 de mayo de 2021 a las 22:31

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Los estallidos sociales en Colombia, que suman más de 15 días, profundizaron la crisis a la que ya estaba sumido este influyente país para la estabilidad de la región, aumentaron tensiones geopolíticas y podría llegar a ahondar la delicada situación de la vecina Venezuela. Hay motivos de sobra para que la comunidad internacional encienda las alertas, se involucre en la solución del conflicto y esté atenta a eventuales réplicas en otros países.

Previo a la pandemia, Chile se convirtió en un caso paradigmático de la región en cuanto al malestar social. Pero con el covid-19, esa cualidad de laboratorio de protestas populares lo inauguró Colombia, uno de los países más perjudicados por el coronavirus, lo que es mucho decir desde una región muy golpeada.

Sin desconocer las dificultades propias, como las potentes bandas criminales en torno al negocio del narcotráfico y la presencia de grupos guerrilleros, que no deberían extrapolarse, el país cafetero presenta una problemática común a América Latina, en algunos casos puede que más exacerbada.

Estamos hablando de deficiencias estructurales de desigualdad o falta de oportunidades de las familias más pobres; violencia; alta informalidad; problemas derivados de la corrupción; ciertas debilidades del estado de derecho. Y a ello hay que incluir los estragos provocados por el coronavirus.

La oficina de estadística de Colombia, informó que, en 2020, 15,1% de la población vivía en la pobreza extrema y 42,5% se ubicaba en la franja de la pobreza monetaria (21 millones de personas de un total de 50 millones de habitantes). En una economía que atraviesa el peor desempeño en medio siglo -el PBI de 2020 cayó 6,8%, un desempleo de 14,2% en marzo pasado y un déficit fiscal proyectado de 8,6% anual.

En ese contexto de crisis, y sumando las restricciones que impuso el covid-19, el desencadenante del malestar social fue una reforma tributaria impopular que tuvo que desechar el presidente Iván Duque, así como aceptar la salida de su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, concentrado en que Colombia no perdiera el grado de inversión. 

Sin reforma fiscal y nuevo ministro de Economía, igual continúan las protestas en las calles de 19 ciudades de la mayoría de los departamentos, algunas de ellas con graves episodios de violencia por parte de los manifestantes y las fuerzas policiales, con epicentro en la ciudad de Cali. En 15 días de manifestaciones han muerto 42 personas (41 civiles y un agente), según la Defensoría del Pueblo.

Es un conflicto que se agudiza por el papel de las noticias falsas y de una guerra de narrativas en el ciberespacio en las que se sospecha la intervención de adláteres chavistas del régimen de Nicolás Maduro, según el académico colombiano Carlos Augusto Chacón. Hace unos días, en una entrevista radial, dijo que está ocurriendo un fenómeno similar al de las protestas en Chile de 2019, en las que se comprobó que un 1% de los usuarios fueron responsables de casi 30% del contenido en la red y de mayoría de cuentas geolocalizadas en Venezuela. 

La crisis de Colombia podría augurar otros disturbios en países de América Latina de una problemática similar, que en el fondo reflejan la incapacidad institucional y de manejo económico en el escenario de la pandemia. 

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.