El negocio de los mates: un clásico que no pasa de moda y al que la pandemia empujó

Termos, bombillas, posamates y materas que son los accesorios que también los clientes suelen comprar al momento de cambiar el clásico recipiente.

Juan Correa llegó a Montevideo en 2018 para estudiar veterinaria, a mitad del primer semestre salió por las calles capitalinas para comprar un mate y se dio cuenta que el mercado era carente de ofertas. En ese momento, despertaron las ganas de emprender su propio negocio, algo que siempre tuvo en el horizonte desde niño.

Para Correa se combinaban dos factores importantes: la calidad de los productos no era la que esperaba y el precio no era accesible para cualquiera. Pero no es fácil llegar del interior y, de un día para el otro, comenzar a vender algo en Montevideo, por lo que primero decidió testear el producto con sus compañeros de facultad. “En ese momento, la ganancia con la que me quedaba era mínima, pero la cosa es que se vendía muy bien”, rememoró.

Esta experiencia le sirvió para entender que el problema era común en otras personas, y esa motivación que surgió al buscar un mate, se consolidó al momento de charlar con amigos y conocidos.

De a poco el negocio iba tomando su forma. En la Facultad de Veterinaria, Correa era el “chico de los mates” y se daba cuenta de que necesitaba tomar una decisión para que el proyecto comenzara a despegar.

Se volcó a planear una estrategia a través de Instagram, porque consideraba que desde allí podía llegar a personas que estuvieran por fuera de su entorno. “Así fue que surgió Matesuru. Sobre todo rescato la persistencia y dedicación para llegar a consolidar el negocio”, comentó.

Cuando lanzó la página en Instagram, la gran pregunta era cómo reaccionarían los potenciales compradores. Para sorpresa de Correa, la respuesta de la gente fue muy positiva y rápidamente comenzó a vender por cantidades que jamás pensó.

Desde ese entonces hasta ahora, el crecimiento ha ido en un ascenso sostenido. Uno de los diferenciales que tiene Matesuru es la posibilidad de personalizar los productos, desde los propios mates hasta los demás accesorios.

Si bien Correa reconoció que este fue un año difícil, dentro del sector la pandemia impulsó a que muchos uruguayos compraran mates, por la imposibilidad de compartirlo con otras personas. Añadió que un factor fundamental que hace al negocio, es “tener una vidriera como Instagram” que permite mostrar las novedades y dialogar con los clientes.

De cara al corto y mediano plazo, el equipo de Matesuru tiene pensado innovar dentro del sector. Correa explicó que de cara al año que viene tienen “muchas novedades” que de a poco irán comunicando. Por otro lado, el gran reto que piensan encarar en el largo plazo, es poder salir de las fronteras uruguayas para llevar la tradición a otros países.

La historia de los estudiantes

Juan Manuel Murieda y Matías Fagundez se conocieron en la facultad. Fagundez tenía como pasa tiempo trabajar en cuero crudo y a su compañero se le ocurrió que podía ser una buena entrada de dinero adicional comprar mates crudos para venderlos. Así se comenzó a gestar lo que es hoy Mates Ajedrez, que cuenta con un local en Tacuarembó y otro en Salto.

Al igual a Correa, el comienzo fue “todo a pulmón” y las ventas se concentraban en familiares y amigos de ambos socios. Murieda y Fagundez tenían claro que no abandonarían el estudio por el negocio, pero eso se hacía cada vez más difícil en la medida que las ventas crecían.

Actualmente trabajan siete personas en el proyecto que se dividen las tareas de fabricación. La madre de Muerieda colabora, centralizando las ventas y llevando adelante la estrategia publicitaria para mantener a flote las operaciones tanto en los canales virtuales como en las tiendas físicas.

Tanto el equipo de Matesuru como el de Ajedrez tienen en común la escucha permanente a los clientes. Murieda y Fagundez se concentran en que ante la mínima falla que tenga alguno de los productos, se proceda a realizar el cambio correspondiente.

Si bien para las nueve personas que llevan el proyecto adelante, abrir dos locales fue un hito, el foco está, sobre todo, en las redes sociales. Al haber sido un rubro que aumentó sus ventas desde los primeros meses de la pandemia, el hecho de tener una estrategia fuerte en los canales virtuales es fundamental para aspirar a una mejor facturación.

A nivel geográfico, el equipo de Ajedrez logró llegar a Montevideo y hoy en día gran parte de la clientela se concentra en la capital. Desde el proyecto comentaron que en este caso, la mayor parte de las ventas son online y no tanto presenciales como sucede con el interior del país.

Agregaron que aún no piensan dar el paso para llegar a otros países, porque el tiempo que tienen es reducido debido a las horas de estudio, sin embargo, este es un objetivo que buscarán concretar a largo plazo.

Los mates que quieren innovar

TeroMates es un proyecto que surgió con una premisa clara: innovar. Federico Ross, Florencia y Leonardo Salgado se preguntaron por qué no hacer mates del mismo material que los termos –de acero inoxidable– algo que permite dinamismo y un mejor desempeño.

“Lo vimos como algo completamente viable”, contó Florencia Salgado. Agregó que el primer paso fue conseguir un proveedor que pudiera fabricar lo que los socios buscaban y, una vez que lo tuvieron, pulieron la idea y trataron de testearla. “Lo probamos un año, más o menos, porque cuando surgió nadie tomaba mate en este tipo de material”, agregó.

La aceptación por parte del público fue muy buena, según lo que dijo Salgado hoy en día se centran sobre todo en jóvenes. “Hay personas que buscan otros beneficios al tomar mate y no están tan arraigados a la idea del mate como todos lo conocemos”, explicó.

TeroMates acaba de incorporar una línea de termos, que busca ser funcional y facilitar el día a día. Salgado comentó que esta es una filosofía dentro del proyecto, y puso como ejemplo que el mate también sirve para tomar otro tipo de bebidas como café o té.