Gustavo Zubía, conductor de Tercera Vía en el Partido Colorado.

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El pedido de Zubía a Lacalle Pou: “Presidente, escúcheme”

El diputado colorado marcó varios “pecados mortales” que a su juicio está cometiendo el gobierno, incluido Lacalle Pou, y mandó un mensaje: “Se necesita poner más testículos”
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22 de mayo de 2022 a las 05:00

El diputado colorado Gustavo Zubía es un asiduo usuario de las redes sociales. Uno de sus últimos comentarios fue acerca de las medidas extremas implementadas por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para combatir la delincuencia. Decisiones que, para el legislador, resultan inquietantes: la disminución de las garantías constitucionales para combatir la violencia de las maras.

Zubía se preguntó si en Uruguay no sería hora de planificar más reformas y una lucha frontal contra el delito "si no queremos llegar a esos extremos". Su reflexión fue el disparador de una charla con El Observador en la que el diputado marcó ciertos "pecados mortales" que está cometiendo el gobierno y que quejó de la falta de coordinación que sigue habiendo en la coalición. 

¿Por que citó el caso de Bukele en El Salvador? 
Porque es una barbaridad, pero temo que, si no se toman medidas, vamos por el mismo camino. Ya lo había pronosticado (el exdirector nacional de Policía) Layera. Se está trabajando positivamente, hemos mejorado las cifras, pero están quedando muchas lagunas en el combate al narcotráfico y a la delincuencia. Así, seguirá creciendo cada vez más el sentimiento de impotencia frente al delito. Hay una sensación de fiebre terrible. Estamos con 26 mil rapiñas, y en 2007 teníamos unas 8 mil. Con lo de Bukele quise reflexionar que los países, cuando llegan a situaciones límite, emprenden reformas límite. Bukele toma medidas para contrarrestar como puede a una delincuencia que le está comiendo el hígado a su país. Medidas que, lamentablemente, cercenan derechos individuales. Ni siquiera corramos ese riesgo. La epidemia de delincuencia que estamos viviendo no se enfrenta con paliativos. En Uruguay debemos madurar. En cuanto a la delincuencia, somos un país adolescente. Supomenos que el delincuente se rehabilita, le hablamos como un compañero, lo tratamos de convencer. Suponemos mal. Puede ser que el 10% se rehabilite. 

¿Cuál es la principal "laguna" que, entiende, hay hoy? 
La política del gobierno en relación a la Fiscalía General. El doctor (Jorge) Diaz, en el acierto o en el error, era un digno perfil afín al gobierno frenteamplista, y marcó una línea. Pero cambiamos de gobierno, y mantenemos a un fiscal de gobierno que no está en la línea de la coalición. La coalición ganó las elecciones en gran parte por lo de la seguridad y, cuando cambiamos de caballo, seguimos con la misma montura. El fiscal general es el verdadero responsable de la persecución penal. 

Pero no hay acuerdo para nombrar un nuevo fiscal...
Dí la solución: un triunvirato. 

¿Qué perspectivas de solución hay a corto plazo? 
Lamentablemente, el pensamiento hoy es que a ese tema lo dejamos de lado y que al presidente no le interesa tratarlo ahora. Lo que estoy viendo es que avanzamos en una lucha contra el delito sin ningún referente jurídico importante. Con todos los respetos al doctor (Juan) Gómez, es la continuación del sistema anterior. Además, hay otro gravísimo problema: al momento de recibir una denuncia las fiscalías no aplican un sistema aleatorio. El fiscal lo determina una oficina que, jerárquicamente, depende de la Fiscalía General. Otro pecado mortal. 

¿Las lagunas de las que habla están referidas también al Ministerio del Interior?
Hay problemas graves en las comisarías, que son la cara visible de la Policía. Es su presentación. Y las comisarías no tienen un trato eficiente con los vecinos, ya que no hay referentes a los que el vecino conozca. Falta personal y falta actitud.

¿Usted respalda la gestión de Heber? 
Como todo lo de la coalición. Respaldo una cantidad de cosas y soy crítico con otras. Me pasa lo mismo que cuando era fiscal: al principio apoyé a Díaz, hasta que dejé de apoyarlo. Estamos cometiendo pecados mortales. Y no lo dijo solo por Heber, sino también por el presidente. Y no designar a un fiscal general es un pecado mortal. 

Eso depende más que nada de acuerdos políticos en el Parlamento...
No. Las negociaciones son entre cuatro cabezas. Y sé que en la oposición hay interés en conversar. 

¿Y cuál sería el pecado mortal del presidente? 
No querer accionar directamente en puntos claves. Primero le pediría que me reciba, porque tengo pedida una audiencia desde febrero y no me la da. Lo primero que le pediría sería:  "presidente, escúcheme, hay temas importantes que encarar". Al Ministerio del Interior hay que priorizarlo económicamente, hay que crear nuevas plazas en las cárceles. Allí hay dificultades para ejercer el control carcelario. Hay quien sueña con rehabilitación, pero allí hay que ejercer control y disciplina. Y para ejercer control, el ministro necesita el apoyo del presidente. Y para eso se  necesita poner más testículos, sobre todo para defender luego por qué. Porque cuando ejercés control, siempre tenés problemas. 

¿En qué otros temas estaría, a su juicio, fallando el presidente? 
Me molesta que no se haya aprobado todavía la ley que propone Cabildo Abierto para la prisión domiciliaria preceptiva para mayores de 65 años. Allí falta energía suficiente del gobierno para solucionar lo que fue una mala aplicación de las normas penales, en el marco de dos plebiscitos que ratificaron la vigencia de la ley de Caducidad. Al gobierno le está constando tomar posiciones que lo enfrenten más directamente al Frente Amplio. Por otra parte, en la campaña electoral le prometimos a los jubilados no seguir agraviándolos con el IASS. Fue una promesa electoral. Pero seguimos agraviándolos.

Pero el presidente anunció que en 2023 habría medidas en ese sentido si la economía lo permite...
El presidente reprometió. Una repromesa no vale. 

¿Está molesto con el gobierno?

Parcialmente.

¿Por qué piensa que Lacalle no lo recibe?

El otro día (por el jueves 12) no iba a ir a la reunión en Suárez y Reyes (convocada para discutir la reforma en la seguridad social). Un importante dirigente del Partido Nacional me pidió que fuera, que el presidente iba a dar mensajes. Pero no recibí ninguno. Al final, le dije: "presidente, sigo esperando". 

¿Esa molestia lo harían dejar la coalición? 
No está en mis planes. Pero he conversado con otros diputados y me dicen que están en la misma situación. Tal vez, por temperamento, soy de los que lo dice en voz alta. Están molestos porque no hay coordinación. No nos llega información de por qué se tiene querer votar un proyecto. No tenemos el diálogo que debemos tener con el Poder Ejecutivo. 

¿Aspira a nuevo período como diputado? 
Con los dos pulmones. También a generar una corriente política más concreta. Los 39 mil votos que obtuve fueron los que le permitieron al Partido Colorado superar a Cabildo Abierto. Dudo que esos votos fueran igual para el partido. Si no me votaban a mí, probablemente hubieran ido a Cabildo Abierto. 

¿Pedro Bordaberry es el camino a seguir? 
Sí. Estoy como perro con dos colas esperando que se haga presente. Creo que pondría orden en medio de esta orfandad que estamos teniendo en estos momentos.

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