En el regreso de Luis Suárez a las canchas (tras la suspensión por la mordida al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial), Uruguay empató 1-1 con Arabia en la ciudad de Jeddah. El gol celeste fue en contra de Fallatah y sucedió después que un remate de Suárez rebotara en el caño. Fue la acción más importante del salteño, que después falló solo frente al golero.
El jugador de Barcelona estuvo lejos de su mejor nivel, lento en ocasiones y hasta tosco en algunos movimientos, algo lógico ya que no juega de manera exigente desde aquel 24 de junio. Estos partidos le sirven para entrar en ritmo con miras a su debut oficial con la camiseta azulgrana, el 26 de octubre.
Ayer, con los estrenos de Maximiliano Velázquez y de Jonathan Rodríguez desde el arranque, la selección salió con un esquema habitual, con Egidio Arévalo y Nicolás Lodeiro formando el doble cinco, con Mathías Corujo y Cristian Rodríguez por las bandas, Jonathan por la derecha y Suárez en el centro del avance, aunque con desplazamientos hacia donde estuviera la pelota en juego.
De un desborde del Cebolla por izquierda cuando se jugaban los primeros 10 minutos surgió la oportunidad más clara de Uruguay. El centro perfecto del jugador de Atlético de Madrid y el cabezazo desviado de Jonathan, con todo el arco a su disposición.
Excepto esa jugada, a Uruguay le costó llegar con riesgo al área del equipo árabe. No tuvo después ocasiones, salvo algún tiro de esquina. Suárez estuvo atrapado entre la férrea defensa y cuando pudo desnivelar, se notó su falta de fútbol.
Arabia demostró sus fortalezas defensivas. Se agrupó con dos líneas de cuatro, presionó y fue difícil sobrepasarlos. También pegaron, muchas veces con deslealtad. Y adelante tuvieron oportunidades más claras que Uruguay para convertir. AlShamrani en dos oportunidades y Al Shehri (su remate pegó en el palo) pudieron abrir el marcador.
Pero apenas empezó el segundo tiempo, tras un tiro libre de Lodeiro y un remate de Suárez que dio en el palo, Uruguay abrió el marcador.
Los cambios (seis en Uruguay y cinco en Arabia) desvirtuaron el juego. Muslera se convirtió en figura, con atajadas importantes. Pero no pudo con una de las últimas, un cabezazo de Hazazi que se coló contra un palo.
Fue uno de los típicos partidos para que el técnico siga probando jugadores y para que los nuevos demuestren sus condiciones con la camiseta celeste.
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