El uruguayo del Barça que murió misteriosamente

Le tocó jugar en Barcelona en una época en que Real ganaba todo, pero los barcelonistas de entonces lo recuerdan por los duelos notables que tenía con Paco Gento, un fabuloso puntero izquierdo de los merengues. El uruguayo había encontrado la forma de anularlo cada vez que se enfrentaban.

En la liga de 1968 Real Madrid iba tres puntos arriba de Barcelona y tenían que enfrentarse. Dos días antes del partido los futbolistas azulgranas tuvieron libre. Benítez aprovechó para viajar a Andorra junto a su mujer y regresó enfermo. Se informó entonces que se había intoxicado con mejillones en mal estado.

Fue internado de urgencia la misma noche que los planteles se concentraban para el clásico. A las tres de la madrugada se comunicó la muerte del uruguayo: “Fallecimiento por fibrilación ventricular consecutiva a una séptico-piohemia intensísima, cuya etiología, dada la rapidez del cuadro, no se ha podido establecer. Cuadro humoral repetidamente estudiado por los doctores Salazar Badía y Travé Alonso. Cultivos bacteriológicos por los doctores hermanos Foz Tena”, fue el parte médico. Nadie lo entendió.

El partido se suspendió y unos 100 mil hinchas azulgranas pasaron por la capilla ardiente que se instaló en el Camp Nou.

La muerte quedó en el misterio, porque hubo médicos que dijeron que no había razones para creer que los mariscos hubiesen sido la causa del fallecimiento. Las dudas crecieron cuando años después la viuda expresó en el diario La Vanguardia de Barcelona que a su marido lo habían envenenado y que solo había comido carne y verduras en Andorra.